Capítulo 91: Inesperada gratitud

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Todo el coliseo se mantuvo en silencio, el descenlace de la décima ronda fue algo que nadie había se esperado. Aún con la victoria en sus manos, con el cuerpo de la Autobot muriendo en el suelo, la Decepticon usó sus cualidades Insecticons para salvarle la vida, al costo de la suya.

El público Autobot no sabía si celebrar la victoria, mientras que los Decepticons no sabían si lamentarse por su derrota. Sin embargo, mientras que ambas facciones se encontraban en un punto de inflexión, los Terrorcons quienes observaban el combate terminaron decepcionados, en especial Strika.

- Menuda manera tan decepcionante de acabar este combate, ambas tuvieron la victoria en repetidas ocaciones, pero en esas ocasiones se perdonaron la vida mutuamente, qué aburrido...

- Aunque a pesar de todo, sí que estuvo curioso

Respondió una Terrorcon que se sentaba unos banquillos más arriba de Strika.

- Esmeral, te creí en el cuartel Terrorcon

- ¿Y perderme los combates? No gracias

Esmeral era una terrorcon un poco más pequeña que Strika, de apariencia delgada con una armadura azul oscura con líneas doradas. La Terrorcon se levantó de su butaca para luego acercarse hacia Strika, mirándose ambas mutuamente sin hacer ningún movimiento.

- ¿Te dolió acaso la traición de Nightbird?

Dijo confianda Strika.

- Más me dolió el hecho que no me hayan dado el placer de cazarla

De pronto, una señal en sus comunicadores las detuvo, era un mensaje de Clyclonus

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De pronto, una señal en sus comunicadores las detuvo, era un mensaje de Clyclonus.

- Parece que el novato tiene noticias

Dijo Esmeral.

- Vámonos, la ronda ya terminó después de todo

Todos los Terrorcons abandonaron las gradas, dejando a los Autobots y a los Decepticons solos ante el resultado de la décima ronda.

Dentro del campo de batalla, Arcee siguió sosteniendo el cuerpo sin vida de Airachnid, comenzando a llorar, recordando toda la pelea, al igual que los destellos de esa fatídica noche. Lo que más le dolía era ver cómo ese sentimiento vengativo arruinó su vida y la de Airachnid, y aunque hayan acabado con este ciclo, lo de ahora, no lo siente como una victoria, pues ella no ganó nada, solo perdió a alguien importante.

- Si tan solo hubiera aprendido a dejar ir el dolor, tal vez ambas hubiéramos sido felices...

Arcee observó como las puertas Autobots de la salida de la arena comenzaban a abrirse, era ya la señal de abandonar el campo de batalla. Ella alzó la vista, observando cómo las mandíbulas de Unicron se abrían y las pequeñas piedras que quedaron sueltas comenzaban a elevarse.

La Autobot se levantó apenas, pues no quería soltar el cuerpo de Greenlight, sin embargo, su pierna dañada comenzó a desmoronarse, cayendo de rodillas al suelo.

Record of the Cybertronians Donde viven las historias. Descúbrelo ahora