59- "Vida"

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Los últimos meses de embarazo podían ser duros, pero las últimas semana previas al alumbramiento habían dejado a una enferma _______ en cama que apenas y podía levantarse para ir al baño.

Tenía los pies hinchados y había subido casi el doble del peso de su primer embarazo.

No se sentía bien la mayor parte del tiempo y dormía tanto que llegó el punto en que fue imposible que cuidara de su hijo mayor.

Kuro se quedaba en casa del abuelo Sano al cuidado de Emma, pasando el tiempo en el Dojo con sus primos y el resto de estudiantes de karate.
Sus padres habían tenido que hablar con él varias veces después de tenerlo en casa llorando después de ir a recogerlo porque creía que estaban volviendo a sus rutinarias peleas de antes y no lo querían cerca.

Hacerlo ver lo mucho que se querían se sumaba a las tareas, así que lo habían resuelto comenzando a cenar todos juntos en la habitación para que la muchacha hiciera el menor esfuerzo posible pero su hijo pudiera convivir tranquilamente con ellos.

Los doctores mencionaban que aún con todas las molestias, aquel era un  embarazo de lo más normal.

Habían conseguido una rutina simple en donde ________ podía comerse algo simple de la nevera para desayunar/comer y volver a dormitar como un oso hasta que Izana y su hijo llegaban a casa a preparar la cena. Los fines de semana Izana le ayudaba quedándose en casa todo lo que le era posible para cuidar de Kuro y de ella, siendo exageradamente cariñoso aún cuando Kuro no los estaba observando; Tratando de compenzar un poco el enorme trabajo que ella estaba haciendo formando a su pequeña.

Le faltaba muy poco para dar a luz, así que estaba muy feliz por al fin poder conocer a su bebé.
Izana compartía aquel sentimiento, sin embargo, los miedos constantes sobre las complicaciones que podía haber durante el parto en la condición delicada de ________ le preocupaban.

—¿Por qué mamá no puede comer lo mismo que nosotros?
Preguntó Junior mirando de su tazón con tteokbokki caliente a la sopa de verduras en la mesita portátil de ______.

—Porque mamá tiene que cuidar a tu hermana.
Dijo Izana señalandole el plato para que continuara comiendo mientras el conductor de noticias en la pantalla mostraba el horroroso clima que la temporada allá afuera estaba causando como en cada temporal.

—Tendremos que ver las rutas aternas para ir al hospital si continúa lloviendo así.
Dijo _________ mirando con desgano su plato, lamentándose porque sin importar cuantas cucharadas tomaba, su plato parecía no bajar.
El clima afuera era el ideal para que se terminara el plato caliente, pero su apetito seguía siendo el de un pajarito.

Un par de truenos resonaron afuera, haciéndolos ver cómo algunas de las luces del edificio contiguo parpadeaban.

—Esta lluvia va a hacer la mudanza más difícil— Comentó Izana mirando las calles inundadas en las imágenes —Están arruinando todo a su paso.

_______ asintió, mirando como los ríos de agua arrastraban todo lo que tuvieran a su paso por las calles.

Perdió el apetito enseguida, sintiendo el corazón estrujado al pensar en las personas que habían perdido sus hogares.

—¿Qué? ¿Que pasa?
Dejó el plato Izana, acercándose a ella y abrazándola sin entender el por qué de sus lágrimas.

—¿Otra vez te duele tu pancita mamá?
Preguntó el niño imitando la acción de su papá, saltando sobre sus piernas en la cama para abrazarla.

_______ se limpió las lágrimas, disculpándose por su emotividad espontánea.

—Es sólo... Es el embarazo— Se excusó, tratando de no alarmarlos —Solo que ver noticias tan tristes me pone sensible

Un hijo para IzanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora