50- Hospital

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_______ había entrado a urgencias en estado casi inconciente, repitiendo una y otra vez que tenían que salvar a su bebé con el poco aliento que le quedaba después de gritar por el dolor.

Izana en serio se estaba volviendo loco. Junior no dejaba de llorar entre más gritaba su mamá y cuando no los dejaron pasar con ella, ambos estaban muertos de miedo esperando noticias.

Emma había llegado a toda prisa, haciéndose cargo de Junior junto a Manjiro, quién había sido el único en casa que podía llevar a la muchacha en ese momento.

El interrogatorio sobre la situación le estaba comiendo vivo; Sabía que era a causa suya que ________ se hubiera puesto así, pero ¿Cómo carajo iba a saber que estaba embarazada?
Su profundo deseo de convertirse en padre se veía opacado por la preocupación y la culpa.

Lo último que quería era hacerle daño a _______ y al pequeño creciendo dentro de ella.
¿Cuántos meses tendría? Si ellos no habían estado juntos las últimas semanas, seguro que ya tendría un par
¿Por qué no se lo había dicho?

Quizá esa era la verdadera razón por la que ella había regresado a casa.

Emma le acarició la espalda, dándole ánimos repitiendo que ________ estaría bien y debía calmarse para no asustar a Junior, quién abrazaba a su tío Manjiro mientras lloraba al otro lado de la sala de espera.

—¿Otra vez discutieron?— Preguntó Emma en modo de reclamo —Tienes que dejar de ser tan duro con ella, las mujeres embarazadas...

—No discutimos— Le levantó la voz el platinado, revolviendo su propio cabello con ansiedad —Ni siquiera sabía que estaba embarazada, no me lo había dicho todavía

Emma miró al techo, sopesando la noticia, temiendo la pregunta que surcaba por su mente.

—Esto es tan inesperado... Hasta hace una semana ella se había ido y ahora resulta que tendrá un bebé— Miró a su hermano con preocupación —Izana... Tú no... Le pegaste cuando te lo dijo ¿O sí?
Lo dijo en voz baja, esperando que sus sospechas no fueran acertadas.

El moreno se puso de pie, bastante enojado con la conjetura que la rubia le estaba dando a entender.
—No vuelvas a tratar de insinuar eso— Le alzó la voz, alertando al rubio a unos pasos —Es la madre de mi hijo
Bajó la voz en cuanto notó la mirada del pequeño sobre él.
—No soy un cabrón que maltrata mujeres... Mucho menos a una embarazada.
Explicó enojado, escuchando la excusa de Manjiro de ir a conseguir algún dulce a la máquina con Junior para alejarlo de la pelea.

Emma le dió una mirada compasiva.
—Que alivió— Suspiró, sacándose un peso de encima —Con lo que me dijiste por teléfono... Creí que ella había tenido una aventura y lo habías descubierto.
Se avergonzó de su conjetura, poniendo las manos sobre su rostro.

El mayor se cruzó de brazos, manteniendo un ojo en la puerta de urgencias mientras hablaba con su hermana.
—Por muy enojada que ella estuviera conmigo, jamás me engañaría— Tocó el anillo bajo su camisa, completamente convencido —Jamás haría nada para lastimarla.

La rubia asintió, leyendo la preocupación en su rostro.

—¿Es tú bebé?
Preguntó después de morderse la lengua por apenas unos segundos, no estando muy segura de cuál sería la respuesta.

Izana rodó los ojos, bufando exasperado.
—Por supuesto que es mi hijo

Ella levantó las manos para restarle peso
—Solo quería confirmar... Si dices que  ella no te lo había contado y no se han visto en meses...— Se encogió de hombros —Nunca descartes esa posibilidad.

—Cállate, podremos tener problemas pero...
El mayor comenzaba a subir el tono debido al enfado, pero los pasos apresurados viniendo por el pasillo lo interrumpieron

Un hijo para IzanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora