Un hijo para Izana

30- Explotar

La historia de como se formó el universo a base de la gran explosión del Big Bang fue sencilla de soportar. Kuro hacía una que otra pregunta en voz baja que, para suerte de Izana, su mamá había podido responder muy bien sin su ayuda.

Para los juegos del encantadoramente bien equipado museo interactivo no había tenido tanta suerte, perdiendo dos veces en un juego de trivia sencillo hasta que el pequeño niño empezó a darle una mano con todo lo que sabía acerca de los colores y ubicaciones de los planetas.

Que un niño de parvulario tuviera una mejor idea de que Júpiter era el planeta más grande del sistema solar era un poco humillante, pero que el estirado padre del niño con el que jugaban comenzara a compadecer su ignorancia había encendido su sentido de competitividad.

Junior estaba feliz de su victoria junto a él en el tercer round, así que dos derrotas consecutivas no eran la gran cosa en comparación.

La máquina de burbujas y gravedad cero había sido un buen acierto antes de la comida, ya que la pobre ______ parecia estar a punto de vomitar en cuanto le desabrocharon los cinturones y se tambaleó como una borracha hasta que Izana (inteligentemente) dió tres zancadas grandes hasta ella, dejándola apoyarse en su costado para que no fuera a caerse.

Un acierto total, ya que a pesar de que estaban disgustados el uno con el otro, ella no tenía más elección que dejarse tomar por la cintura hasta el baño más cercano para que pudiera vomitar.
Izana no dejaba de reírse y hacerle bromas para distraer a su estómago mientras se encaminaban, cosa que ________ genuinamente agradeció hasta que pudo botarlo todo en el retrete.

Recorrieron el lugar unos minutos más, haciendo un par de fotos en las atracciones hasta que dieron con el área de comida, dónde el estómago del pequeño niño comenzó a rugir repentinamente.

Se formaron para ordenar, meditando mientras estaban en la cola sobre los diferentes platillos que servían.
Las hamburguesas con pan de colores simulando una galaxia no le sonaba apetitoso a los adultos... Normales. Pero como ellos habían crecido en un ambiente precario en donde jamás habían visto una cajita feliz del Mc Donald's, el entusiasmo infantil los hizo pedirse también el menú para niños, completando los tres diferentes tipos de hambueguesa que ofrecía el lugar.

_________ no había tenido problema alguno con ceder el juguete del pequeño perro astronauta que venía en su paquete, pero Izana había peleado por su cohete durante el camino a la mesa a pesar de las súplicas de su hijo.

Kuro estaba feliz con su esfera de orbis en forma de la tierra, apretujandola entre sus regordetes deditos y la mesa mientras comían.

Habían hecho las cosas normales de una familia, divirtiéndose a pesar de todo mientras miraban la alegre sonrisa de su hijo mientras continuaba hablando entusiasmado al comer, revolviendo todos los temas que venían a su cabeza sin importar el orden.

—Y Shinjiro cargó a Rinnie hasta su cama cuando se quedó dormida.
Les contó alegremente el niño mientras se metía en la boca un puñado de patatas fritas.
_______ miró fascinada a su hijo, siendo un pequeño tan inteligente, perdiéndose en sus largas pestañas albinas que tanto le recordaban a su papá.

—Shinji es un buen hermano, cuida mucho de su hermanita
Observó ________, manteniendo la postura alegre con el pequeño. Mirando de reojo a Izana, quién comía en silencio como un niño bueno, dejándole espacio al niño para hablar.

La mujer observó entonces su perfil; tan hermoso como el de un ángel mientras mantenía la boca cerrada.

No podía negar que le seguía gustando tanto como cuando era un adolescente: Tenía el pelo largo cayendole sobre los hombros como en sus primeros días en Black Dragons. Usaba la camisa a cuadros desabrochada con unos simples vaqueros negros y las zapatillas deportivas que completaban un look casual que le restaba un par de años.

Si tan solo fuera un poco más dulce con ella...

¿Por qué no aprendía algo de sus amigos? Kakucho había comenzado a salir recientemente con una chica y por lo poco que sabía, la muchacha era una princesa a su lado.
Mochi, Rindou y hasta Madarame se comportaban como buenas parejas.
¿Tanto le costaba abrirle la puerta del coche o poner su mano en la rodilla mientras conducía?

No le había importado antes, o más bien, se había cansado de fingir que aquello era cosa de nada.
Quería a un hombre cariñoso y atento, no importaba si lo hacía mucho o poco, solo estaba cansada de ir detrás de Izana rogando por un afecto que simplemente no demostraba.

Estaba seguro de que él ni siquiera sabía cuáles eran sus flores favoritas, si prefería el frío sobre el calor o simplemente cuando era su cumpleaños.

Era frustrante, pero aún así le gustaba de sobremanera...

—Má
Le llamó el niño una vez que terminó de masticar la comida, sacándola de su ensoñación sobre el hombre que tenía delante de ella.
—Yo también quiero ser un hermano mayor— Habló con un poco de tristeza en su voz, llamando también la atención del peliplateado —¿Cuándo tendrán otro hijo?

Izana se atragantó con su bebida, tosiendo sonoramente ante la mirada curiosa del pequeño.
_______ le dió golpecitos en la espalda, pasándole una servilleta rápidamente con expresión preocupada.

—El tío Shinichiro dice que yo sería un buen hermano mayor
Continúo el pequeño, ignorando completamente que su padre casi se moría intentando reflexionar su pregunta.

—Estoy segura de que lo serías mi amor
Intentó manejar la situación ______ a pesar de que también le había pillado por sorpresa aquella curiosa observación. Sonriéndole con dulzura mientras le revolvía el pelo blanquecino, esperando con todo su corazón que el niño cambiara repentinamente de tema como acostumbraba.

—Para que nazca una estrella, primero tiene que explotar como dijo el guía ¿Verdad mami?

_______ hizo de toda su memoria para recordar las palabras del joven chico que les había hablado durante el recorrido.
—Ah... Así es amor
Jugueteó con la salsa de tomate, mirando discretamente a Izana en busca de ayuda, pero el moreno comenzó a mirar las servilletas como si Da Vincci hubiera pintado delicadamente los relieves en forma de triángulo.
Siempre tan útil con los temas que involucraban primaria básica.

Junior miró con ojos curiosos a su mamá, advirtiéndole que una oleada de preguntas se venía en ese momento.
—¿Cómo se hacen los bebés?
Comenzó, haciendo sudar frío a la muchacha mientras Izana la veía con esa expresión de "Oh no, te toca" en la cara.

—¿Qué tiene que explotar para que tenga un hermanito?
Preguntó nuevamente Kuro mirándola directamente a ella ahora que su padre parecía haberse quedado mudo.

Izana se río por lo bajo, dándole una sonrisita a la mujer a su lado, advirtiendo también que nada bueno iba a salir de su boca.
—Papi debe explotar dentro de mamá...
Dijo entre dientes casi inaudible para que el niño no lo escuchara, pero lo suficientemente fuerte para que las mejillas de _______ se colorearan de un escarlata tan perceptible que solo le quedó reírse cuando ella le pellizcó la pierna bajo la mesa para que se callara.

—Es... Mucho más complejo que eso bebé
Intentó ella, comenzando a explicar que aún era pequeño para que le hablara de aquello, pero dando una ilustrativa visualización de como cuando dos personas se querían mucho, un bebé podía surgir entre ellos.

Izana comenzó a reflexionar un poco sobre el tema.
¿Tener un segundo bebé?
Ya lo había considerado antes, pero ahora que tenía a Junior de su parte, quizá _________ se lo pensara realmente.

Terminaron de comer con aquella conversación presente hasta que Kuro vió algo más interesante para sus pequeños ojos y dejó de lado el tema del hermanito por la paz.

Tenían que prepararse para las preguntas que hiciera a futuro. En serio tendrían que explicarle el origen de los bebés en algún punto, antes de que le pidiera a Kakucho o a alguno de sus tíos que pudieran un bebé por delivery como si fuera una pizza.

Había muchos cabos sueltos, así que dejarlo ser simplemente no era algo que podían permitirse.

Vaya, ser padres en serio era una tarea muy dura...
Pero ya lo habían conseguido una vez ¿No?