56- Moños y corbatas

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Planear una boda no era sencillo.
Dejar que todo el mundo enloqueciera con los preparativos mientras ellos solo decidían el color de los manteles estaba siendo mucho más fácil.

—¿Por qué no puedo tener un traje rojo como los demás?
Preguntó el pequeño Kurokawa mientras el sastre terminaba de poner los alfileres para ajustar las mangas del smoking infantil gris.

—Por última vez, ES VINO
Repitió por cuarta ocasión Ran, exasperado porque nadie podía notar la sutil nota oscura de los trajes que habían elegido para la recepción.

—Ese es el color de los padrinos, hijo
Respondió simplemente Izana, mirandolo desde el probador contigüo mientras elegía entre una pajarita negra y una corbata.

—¿Qué diferencia hay entre el rojo y el vino? El vino puede ser morado
Se quejó Mochi mirándose en el gran espejo de la boutique.

—No otra vez...
Lamentó Rindou, rodando los ojos al ver a su hermano con expresión molesta

—El rojo es un color primario, animales ciegos— Explicó horrorizado, como si alguien hubiera negado que 2+2 era cuatro —El color vino sienta mejor que el rojo, es sutil y elegante. El rojo los hará parecer mujerzuelas de los 80's

—¿Seríamos mujerzuelas lindas?
Preguntó Shion en tono de broma, consiguiendo molestar a Ran con las risitas afirmativas de los demás.

—¡Mochi sería una mujer fea!— Bromeo el Haitani menor mientras se ponía los pantalones

—¡Y tú una mujer enana!
Respondió ofendido el de trenza, levantando la voz

—Callense o van a echarnos
Intentó apaciguarlos Muto, peleándose con el cuello de la camisa para que se quedara dentro del saco.

—¿Necesitas ayuda?— Preguntó Kakucho al platinado —Solo elige una

Caminó hasta Izana, quitándole la pajarita y dejando la tira oscura de tela sobre su cuello.

—A _________ le gustarías incluso si llegaras vestido de payaso.
Dijo Shion metiendo las manos en los bolsillos de los pantalones, creyendo firmemente en su comentario.
—Ya pusiste dos bebés en ella ¿Qué otra cosa necesitas para saber que no te pondrá una orden de restricción?

Izana chasqueó la lengua, sacando el pequeño nudo de su cuello y acomodándose el cabello tras las orejas.
—Precisamente es eso lo que me preocupa— Dijo en un resoplido —Ella no espera nada de mi, pero quiero verme digno de estar a su lado

Continúo mirándose en el espejo, deteniéndose cuando el repentino silencio se hizo en la sala y un empujoncito fastidioso hizo que las burlas hacía su comentario iniciaran.

—Él quiere "verse digno" para su esposa
Le molestaron picándole las costillas y arruinando su aura tranquila, consiguiendo despeinarlo y arruinar el poco avance que estaban teniendo para terminar de vestirse.

El sastre intentó calmar los ánimos, advirtiendoles sobre los alfileres que les sostenían las medidas y arruinarían su trabajo con los ajustes.

—¿Pueden dejar de actuar como niños?
Pidió Kakucho al ver los intentos del pobre hombre ser ignorados por un grupo de treintañeros que se comportaban como niños de quince.

—Me cae mejor el Izana enamorado
Dijo Ran pasándole el brazo por el cuello.

—Si, el viejo Izana ni siquiera hubiera pensado en casarse y tú estás cogido de los huevos voluntariamente
Se unió también Rindou, haciendo que por poco los maten a los dos cuando se llevaron al moreno de bruces al suelo.

—¡Si continúan con eso en serio voy a tener sus ataúdes como mesas en la recepción!
Les gritoneo mientras trataban de ponerse en pie.

—Relájate Izana, vas a provocarte una úlcera si continuas preocupandote tanto
Le ayudó Muto, sacándole el culo de Rindou de encima.

Un hijo para IzanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora