55-Tendremos una boda

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Después del medio día, cuando todas las visitas estuvieron fuera del departamento, la pequeña furia hostil de su hijo volvía a evitar hablarle mientras iba detrás de su mamá para atenderla.
Izana entendía muy bien a causa de qué se debía la molestia, pero no conseguía abrir su corazón para explicarle a su hijo que las cosas no estaban así por su causa.

Incluso le había echado fuera de la recámara cerrándole la puerta en la cara cuando había ido a echar un vistazo para saber si todo estaba bien.
Su pequeño clon estaba enojado y ni siquiera le había dado derecho a réplica haciéndolo responsable.

—Amor ¿Quieres comer algo? ¿Aún te sientes mal?
Preguntó acercándose a la recámara en un nuevo intento, observando como el niño se acurrucaba con ________ en la cama y empezaba a hablarle para restarle importancia a su pregunta.

—¿Todavía te duele la barriga mami?
Habló con incertidumbre infantil.

_______ le besó la frente, limitándose a asentir dirigiéndose al niño.
—Un poco mi cielo— Levantó la mirada para ver al mayor de pie en la entrada —No tengo hambre, voy a tratar de dormir
Notó la expresión de desacuerdo de Izana, intentando darle una sonrisa de disculpa.

—Tienes que comer algo, la bebé y tú necesitan alimentarse bien
Insistió Izana acercándose, notando como Kuro se abrazaba a la muchacha intentando mantener la distancia entre ellos.

—Mamá comerá cuando ella quiera comer
Dijo firmemente, dándole una mirada amenazante mientras sus manitas se aferraban a la ropa de ella.

Izana suspiró, mirando a la mujer en espera de que captara un poco la situación y le diera una mano.
Solo ella podía lidiar con un terco Kurokawa igual a él.

Sacó de a poco las pequeñas manitas de sí misma, mirando con tranquilidad al pequeño de nariz arrugada como un cachorrito molesto esperando atacar a la mínima provocación.

—Kuro ¿Por qué no vas con papá a preparar algo de comer mientras yo duermo un poco?
Propuso con voz dulce, pero el niño negó

—También tengo sueño— Se cubrió hasta la barbilla —Tomaremos una siesta juntos

Fingió cerrar los ojos, haciendo reír a la muchacha.
—Amor, no has tomado una siesta desde que aprendiste a caminar— Bromeó —Ve con papá y pídele lo que quieras para comer ¿Si?
Le besó la frente, echándolo de la cama con una sonrisita antes de mirar a Izana para que arreglara sus asuntos.

Los dos Kurokawa caminaron hasta la cocina, el más pequeño todavía con expresión de enfado por haber sido retirado de su labor protectora con ______.

—Escucha hijo, mamá tiene algunos mareos por el bebé. No es que le esté pasando algo malo
Intentó aclarar algunos puntos el mayor, tratando de descifrar un poco más del pensamiento infantil.

El niño le plantó cara desde su escaso metro de altura
—Pero le duele. No dejaré que mamá sufra— Hizo unos pequeños puños con sus manos, mirándo hacia arriba y señalandolo —Ni siquiera por ti papá
Su pequeña furia era real. Y la expresión de amenaza como si fuera a ladrarle en cualquier momento era todavía más palpable.

¿Era como verse a si mismo en un espejo? Agradecía que _______ le hubiera soportado todos sus berrinches.

—Kuro, eres muy joven para entender todavía
Intentó hacerlo entrar en razón, pero el niño seguía necio en sus ideales heróicos.

—Cuidaré a mamá y a mi hermanita incluso de ti
Frunció el entrecejo, yendo muy en serio con su pequeña advertencia.
—Voy a crecer, seré más alto que el tío Shinichiro... Y más fuerte que el tío Mikey
Le desafió con los labios apretados
—Voy a ayudar a mamá para que no tenga que trabajar todo el tiempo y pueda estar en casa

Un hijo para IzanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora