Capitulo 15

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Rayan Slogan

    Entro a casa y la terrible escena que veo me dan ganas de salir de ella para no volver a entrar jamás.

     Mi padre e Irene están arrecostados uno al otro mientras ven una película de comedia romántica comiendo palomitas. Solo de presenciar esa escena me da una arcada. Cierro la puerta pegando un tirón y deshaciendo la escena romántica de esos dos.

  — ¿Eres tú hijo?— se escucha la voz de la cínica que dios me ha dado como madre.

   Desde cuando le importa si llegue bien , mal o no llegué a casa...

No. Es el perro — respondo con sarcasmo mientras subo las escaleras que llevan a mí cuarto.

    Tiro la puerta de mi habitación e inmediatamente me adentro en el baño, mientas se llena el Jacuzzi con agua caliente reproduzco una de mis playlist favoritas. Sumerjo mi cuerpo e inmediatamente las tensiones musculares se relajan. Cierro los ojos disfrutando de "Caminos de rosas" de Alejandro Sanz y enseguida visualizo a Jules bañándose en la orilla de la playa con esa sonrisa que encandila todo plasmada en su rostro.

    No se que tiene esa mocosa que causa estás sensaciones extrañas en mi. Desde el primer momento en que la vi en esa revista he desarrollado una obsesión enfermiza hacia ella. Lo único que hago es pensar en su caminar, en sus expresiones faciales...en su aroma, no hay rosa que no me recuerde a esa mocosa de los infiernos.

   Ni siquiera sé que es lo que siento ni quiero. Si algo he tenido claro desde niño es que no voy a formalizarme, no voy a casarme ni mucho menos tener hijos. Esa vida no es para mí.

   El toque de la puerta me distrae de todo pensamiento. Miro el reloj y caigo en cuenta de que llevo más de una hora en el baño.

   — ¿Quién es?— Pregunto mientras me coloco un albornoz .

   — Soy yo— Se escucha la voz grave de mi padre al otro lado. Perezoso abro la puerta al saber el tema del cual viene a tratar.

    Mi padre hecha un vistazo a la habitación. Entra sentándose en el sofá grande y marrón que está en una esquina. Me quedo esperando alguna reacción y me hace una seña invitándome a sentarme junto a él...

  —¿Qué pasa?— Pregunto con mal tono mientras me dirijo al vestidor y tomo lo primero que veo para vestir.

  — Deja de comportarte así con tu madre.

  — Irene — Le corrijo mientras me dejó caer en la cama.

  — Rayan — Regaña con tono cansino mientras hace una mueca de desagrado...

— ¿Qué?. Qué tú hayas decidido olvidar toda la mierda que te hizo y empezar una nueva vida como si nada hubiera pasado no significa que yo la vea como una madre , cuando ni siquiera sé preocupo serlo.

   Digo mirando hacia el techo , se escuchan bufidos y suspiros de poca paciencia por parte de mi padre. Veo como se acaricia la cabellera blanca e intenta entenderme. Mi padre a pesar de tener cincuenta años se ve mucho más joven que la edad que aparenta con todo y canas... tiene un físico envidiable. Desde que tengo memoria ha mantenido una vida físicamente activa y sana, además de que tiene un rostro bastante juvenil y favorable. De no ser por las canas pareceríamos trillizos ya que ni hermano y yo somos idénticos a él. De Irene heredamos los ojos grises y vena artística... creo que su obsesión por ser exitosa no la ha dejado vivir y la ha separado hasta de sus propios hijos. Cuando éramos pequeños un director de cine se interesó en ella puesto a que siempre ha sido una mujer muy hermosa y elegante. No pensó dos veces lo de abandonar a mí padre y llevarnos con ella.

Sirena de Playa.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora