Capitulo 32

11 4 0
                                    

Rayan Slogan
        Tres meses después.

                 El ojo de la tormenta.

      — Estamos aquí reunidos hoy, para despidir a esta gran mujer que fue Irene Mitchell. Una mujer llena de luz y bondad que dejó una gran marca en la vida de sus seres queridos y un vacío irreparable para reunirse hoy junto con nuestro señor...Dios todopoderoso. Una mujer valiente que combatió contra una grave enfermedad con mucha fuerza de voluntad y ganas de vivir pero nuestro señor decidió que ya era merecedora del descanso eterno. Deseamos que sea un ser lleno de luz y pueda iluminar el camino de sus seres queridos convirtiéndose en su ángel de la guarda y viviendo en sus corazones.

     Introducen el ataúd de mi madre en la tumba y luego de las oraciones del padre santo , soy el primero en poner un girasol, su flor favorita y en despedirme de ella con mi rostro enrojecido y lentes oscuros que cubren mi depresivo aspecto.

    Mamá:

   A pesar de combatir contigo en esta enfermedad y estar a tu lado estos últimos meses no dejo de sufrir tú ausencia y sentirla en lo más profundo de mi alma. Quiero pedirte perdón por todos los malos momentos que te ocasione y por ser un pésimo hijo rebelde y orgulloso que no hizo más que darte puros dolores de cabeza. Con tu muerte murió una parte de mi, aún no se cuál , pero siento que estoy incompleto y se que es un vacío que no tiene reparación. No te perdono el que nos hayas dejado nuevamente sin madre y jamás lo haré. Porque jamás dejaras de doler y jamás dejaré de sentirme solo. Aún así espero que encuentres la paz que te mereces y deseo que ilumines el cielo como mismo iluminaste nuestras vidas con tu presencia. Te amo madre y siempre te tendré presente, pero espero que comprendas que no seré capaz de visitarte y traerte flores. Espero y me perdones.

     ________________________________________

                  
                 Un luto interminable.

    Narración hecha por tercera persona.

       La familia Slogan estaba de negro no sólo en sus vestuarios, sino también en su alma. El señor Carl por más que trataba de animar a sus hijos no lo conseguía y cuando no lo veían y sentía que no podía más con el peso de su tristeza, se adentraba en la habitación de la que había sido la mujer de su vida a llorar desconsoladamente sobre sus pertenencias mientras inhalaba el aroma de la fragancia que desprendía. Luego lavaba su rostro y se forzaba a sí mismo a sonreír frente al espejo y esa misma sonrisa trataba de regalarle a sus hijos, cada uno peor que el otro.

    Raymond estaba sumergido en la oscuridad de su habitación, lo único que hacía era pintar retratos de su madre con el temor de olvidar su sonrisa con el tiempo. Se sentía muy abrumado , confundido y solo . Y aún cuando no tenía fuerzas para comer, bañarse y sobrevivir, tenía a su estupenda novia para compartir de la suya con el amor de su vida. La pequeña Lisseth estaba siendo una pieza clave en la recuperación de su novio. Haría de todo por verlo sonreír nuevamente y ayudarlo a convivir con el recuerdo de su madre. Estaba segura de que la señora Irene se lo estaba agradeciendo con una de esas hermosas sonrisas desde el cielo , y aunque se sentía destrozada ante su muerte y el estado de su novio y familia , sabía que de ella dependía las ganas de vivir de su amado así que no se rendiría tab facilmente.

     Mientras que nuestro Rayan por otro lado no tenía una novia que velara por su alimentación, aseo y ánimo, aunque la pequeña Lisseth trataba de animarlo nunca la dejaba acercarse , no soportaba ver la lástima y compasión reflejada en sus ojos marrones al igual que en los ojos grises de su padre. Cada día se iba hundiendo más y más en el ojo del huracán que no tenía fin. Su aspecto era lastimoso a la vista, se pasaba días sin comer y había flaqueado demasiado, sin contar con la contribución de las malas noches y consumo de sustancias tóxicas con las que creía aliviar el dolor que sentía cada vez que estaba consciente.

Sirena de Playa.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora