Capitulo 23

13 4 0
                                    

Rayan Slogan

El sol brillaba a través del cristal de la ventana anunciando un nuevo día. Ya estaba despierto hace rato pero aún no me colocaba de pie esperando su entrada y sonrisa radiante . Subo las escaleras de la litera para despertar a mí hermano....

— ¡Ray!— decía entre susurros y empujones —Despierta ...

¿Qué pasa?—Pregunta somnoliento restregando sus ojos...

Ya es de día...es nuestro cumpleaños hermano—Digo abalanzándome sobre el y pegándole un zape...

Se escuchan susurros detrás de la puerta y mi hermano y yo corremos a ocultarnos debajo de la manta y fingirnos dormidos. Sus tacones resonaban por más que intentara no hacer ruido...

¿Donde están mis gemelos cumpleañeros?— Susurraba canturreando con ese tono de voz dulce que calienta el corazón de cualquier niño de cinco años.

Mi hermano y yo nos movíamos ansiosos por sentir sus brazos. Nuestros ojos se abren al escuchar la canción de feliz cumpleaños. Nos sentamos al mismo tiempo y nuestro padre dispara confeti encima de ambos mientras gritan al unísono...

¡Feliz cumpleaños!—Con un pastel de chocolate en manos de mi madre y uno de vainilla en las de mi padre.

Nos abrazan y nos llenan de merengue por todos lados. Recuerdo que mi madre capturó ese momento con una foto.

Nuestro último cumpleaños decente...

— ¿Recuerdas ese día? —Pregunta acariciando mi cabellera mientras observamos la fotografía de nosotros cuatro como familia...

—Nuestro cumpleaños cinco— Respondo con la voz entrecortada...

— Ese día me sentí la mamá más dichosa del mundo por tener dos pequeños tan hermosos como ustedes— resuena la nariz y limpia sus lágrimas —Luego el dolor y la frustración me cegaron y no supe aprovechar y cuidar tal bendicion. Fui una pésima madre para ustedes y estoy consciente de eso.... no te pido que lo olvides —Toma mís manos observándome con desesperación —Solo te pido que me perdones para poder marcharme en paz...con la tranquilidad de que mis hijos no me odian.

Niego repetidas veces mientras las lágrimas caen de mi mentón...

—¡No hables así!— Grito —¡No hables como si nos dejaras para siempre porque no puedes irte!

— Cariño...

Trata de explicarse y me niego a oírlo...

— ¡No!. Te perdono, hasta olvido todo pero prométeme que no te vas a rendir y vas a luchar por un futuro junto a tus hijos —Niega con su cabeza mientras las lágrimas empapan su rostro — ¡Promete que no vas a morir!— Grito como si mi vida dependiera de ello.

— Mi niño— Me envuelve en un abrazo — Que más no quisiera yo que quedarme y remendar los errores cometidos. Pero dios me ha castigado con un corto plazo de vida y necesito irme— Se quiebra su voz — irme con la tranquilidad de que hicimos las paces y no me odias.

Acaricio su corto cabello hasta llegar a sus mejillas. Beso su sien y junto nuestras frentes...

— Nunca podría odiarte... eres mi madre y te amo con la vida.

Rompe en llanto como una niña pequeña y la abrazo uniendo cada una de sus piezas... Lloramos por horas hasta quedarnos dormidos yo sobre su busto y ella acariciando mi cabello como cuando era pequeño. Sus caricias causando las mismas sensaciones sin importar las heridas y el tiempo...los lazos con una madre nunca se desatan.

Sirena de Playa.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora