Capitulo 30

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  Rayan Slogan...
        Una semana después.

    Estaciono el auto fuera de su casa con manos temblorosas. La vi entrar hace unos segundos así que no podrá esconderse ni refugiarse detrás de Michael.

    Llevo una semana tratando de explicarme y no me ha dejado acercarme, observo mi rostro en el reflejo del espejo del auto y los moretones se están desapareciendo, producto de mis peleas con Michael. El trigueño cumplió su amenaza de golpearme sin compasión si me acercaba a su amiga, terminamos dándonos unos buenos golpes. Me jode que después de lo que le dije no confíe en mi palabra, ni siquiera me ha dejado explicarme y creo que debido a nuestra amistad es lo mínimo que merezco. De Jules lo entiendo, pero la actitud de Michael no. El vio mi vulnerabilidad al hablarle de nuestra relación, sino no lo hubiese aceptado. Está cargado de rabia y no piensa con claridad.

    Con pasos decididos toco el timbre de la casa y me abre la sirvienta que estaba la primera vez que vine a su casa.

  — ¡Señorita la buscan en la puerta!— Grita la mujer y se escuchan los pasos de Jules, los latidos de mi corazón se intensifican con cada paso que escucho.

  — ¿Quién es Lilo?— Escucho su voz ronca y las rodillas me tiemblan, soy todo un manojo de nervios y me siento patético.

   Al verme parado en la puerta su mandíbula se descuelga, me observa por unos largos segundos e intenta cerrar la puerta en mi cara, acción que impido poniendo mi brazo...
 
  — ¡Vete de aquí! — Forcejea tratando de cerrar la puerta...

— ¡Solo escuchame por una maldita vez y te juro que no vuelvo a molestarte!— Grito abriendo la puerta y haciéndola retroceder una vez que entro a la casa...

— ¡No entiendes que no quiero oír tus mentiras! — Grita con el mentón alto y ojos cargados de ira — No pierdas tu tiempo y lárgate de mi casa antes de que llame a la policía.

   Ruedo los ojos y entro sentándome en el sofá. Abre la boca en asombro y aprieta sus puños.

  — Llama a quien quieras — Cruzo las piernas en una pose relajada — No me iré de aquí sin que me escuches.

    La señora se aparece con un palo de limpiar y me amenaza...

  —¡Deja a mí niña en paz si no quiere que le rompa la cabeza! — controlo una carcajada y Jules la observa con el seño fruncido...

  — Lilo...déjanos solos— Acaricia sus brazos y la mujer no deja de matarme con la mirada — No te preocupes.

   La mujer retuerce sus ojos y se va de mala gana, Jules se sienta frente a mí y cruza sus brazos sobre su pequeño busto...

  — Tienes dos minutos— Dice mientras me apuñala con sus ojos verdes. Trago en seco y me muevo inquieto en el sofá...

  — No pasó lo que crees — me atrevo a decir y levanta una ceja haciendo sonar una carcajada que destila veneno.

  — ¿En serio fue lo mejor que se te ocurrió?— pregunta controlando los ataques de risa y la observo incrédulo viendo una Jules que no conocía.

  — Te estoy diciendo la puta verdad— Comienzo a desesperarme, nunca le he mentido a nadie y no dejan de tratarme como un mentiroso.

  — Anja — acomoda su cabello — ¿Y que se supone que hacían en esas fotos? ¿Era un montaje? ¿No la besaste? ¿No estabas en su casa? — pregunta y aparto la mirda.

  — Si — Bufa y se encamina a la puerta — ¡Pero no hicimos nada y todo fue una trampa!— Grito como si mi vida dependiera de ello, los ojos me pican al ver así actitud de hielo y contengo las ganas de hacerla entender que la amo mediante besos y abrazos.

  — ¿Y a mí que me importa? — Pregunta mientras abre la puerta — de todas formas eras libre de hacer lo que te quisieras, no éramos novios y no teníamos nada serio . Ni siquiera sé para qué pierdes tu tiempo en explicarte si no soportas dar explicaciones a nadie. Me lo dejabas bien claro.

   Abro los ojos en sorpresa...¿Que le hicieron?...

  — Te estoy explicando porque quiero hacerlo y te mereces todas las explicaciones del mundo — Por un segundo su mirada se afloja y puedo ver un profundo dolor en su expresión...

  — ¿Serio? ¿Y porque me merezco esas explicaciones según tú?...

  — Porque eres la mujer que amo — entre abre sus labios, sus ojos se cristalizan y noto como sus manos tiemblan — No quiero que esto que tenemos se dañe por una ardida con el orgullo roto. Mía solo quiso separarnos ¿Sino porque demonios te enviaron las fotos? .

   Desvía su mirada al suelo negando repetidas veces...

  — ¡Pero los besos eran reales!— Grita con la voz rota y niego tirando de mi cabello en desesperación — ¿Quién me asegura que no pasó algo? ¿Quién me asegura que no caíste en su trampa?.

  — ¡Yo! — La agito de sus hombros — ¡Yo te lo aseguro maldita sea! ¡No ves que ando como un loco detrás de ti desde hace una semana tratando de que me escuches! ¡Yo no te he engañado con nadie Jules...te lo juro por mí madre!— Grito en una súplica con los ojos empañados y se suelta de mi agarre.

  — Te creo— dice en un susurro y suelto un suspiro, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba reteniendo el aíre — Pero no quiero seguir en una relación contigo...si es que se le puede llamar así a lo que teníamos.

    Golpe directo a mí estómago que saca todo mi aire y hace que mis pulmones se contraigan...

   — Claro que lo es...¿O acaso no me amas? ¿No conocemos a nuestras familias? ¿No hemos dormido juntos? ¿No nos hemos consolado en nuestros momentos más difíciles? — hago una pausa y limpia sus lágrimas — ¿No has conocido a mí madre?.

  — ¡Sí!— me observa — Pero aún así no era suficiente para que te tragaras tu maldito ego y admitiras que me amabas y que éramos más que sexo casual.

      Ruedo los ojos...y dale con el maldito orgullo...¿Que necesidad de oir una miserable pregunta?.

   — ¡No era necesario que admitira si te lo he demostrado con miles de acciones!— Grito desesperado y harto de este show.

   — Yo necesitaba oírlo, merecía oírlo.

   —¡ Pues te amo y eres mi maldita novia!— ¿Estás contenta ahora?— Me observa con los ojos abiertos como platos con un río de lágrimas salientes....

   — Vete Rayan — Frunzo el ceño ante sus necias palabras — Se feliz viviendo en tu puto orgullo de mierda y déjame en paz.

     Tomo mi celular y me voy pegándole un tirón a la puerta...

     Maldita mocosa inmadura...

   Que maldita necesidad de ponerle etiquetas estúpidas a las cosas, no había necesidad de gritar a los cuatro vientos que teníamos una relación cuando eso se notaba a dos kilómetros de distancia. Por razones como estás siempre odie las relaciones amorosas.

     Entro a mí auto golpeando el volante...

    Las mujeres quieren a un hombre que le demuestre con acciones y cuando lo tienen no les he suficiente y necesitan palabras. Las malditas palabras que no demuestran nada .

    ¡Son una putas cabras desquiciadas!

   Pero no gasto más mi tiempo en una niña inmadura de pataletas y llantos. Si quiere que me vaya ...pues me voy a la mierda y que se quede con sus putas palabras de amor. Estoy arto de todo, de ella, de Michael, de Raymond, de Mia y hasta de la maldita empleada. Voy hacer lo que debí hacer desde el primer momento en que llegue aquí y es concentrarme en mi vida y ahora en mi familia que me necesita en vez de estar detrás de una niña malcriada.

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Sirena de Playa.[En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora