Sinopsis:
Tras la muerte de su madre, Iris vive en cautiverio desde los 5 años, pues su padre la mantiene encerrada en casa con estrictas reglas para protegerla.
Su vida da un giro inesperado ya que por un suceso extraño llega a otro mundo, uno lle...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos caminan hacia el palacio guiados por Kashmir. Algunos ya con miradas y cuerpos denotando cansancio, el más evidente es Sappheiros, Ángel se muestra preocupado por lo que ha permanecido tras él, aunque sin decir nada, Iris se da cuenta también y se aproxima al más joven, le sonríe y hace un gesto con la cabeza para indicarle que se acerque con ella, Ángel usa de pretexto su amabilidad y con pena se pone del lado derecho del ojiazul, mientras que Iris se queda al lado contrario, aunque es ella la que rompe silencio para preguntar cómo se encontraba, Sappheiros no puede evitar notar primero a su hermano, pues es donde puede ver, eso le hace pensar que es curioso que eligiera ponerse de ese lado, su tensión se relaja en consecuencia y hasta pareciera que una sonrisa se le quiere escapar.
—Estoy bien, gracias a las llamas de Ángel —responde.
—Pero por desgracia, a distancia no puedo hacer gran cosa, esa técnica agota mi energía muy rápido... —confiesa, manteniendo la mirada hacia sus pies.
—Es suficiente... —dice con suavidad, mientras de forma inconsciente, coloca su palma sobre la cabeza de Ángel.
Todos sus amigos notan el gesto y no pueden evitar ser invadidos por cierta ternura y nostalgia, Iris suspira de alivio, pero el joven es el más impresionado, sus ojos se abren mucho y hay lágrimas cayendo por sus mejillas.
—Lo siento, no creo que te agrade que haga eso, fue un reflejo —dice mientras retira la mano y se adelanta.
Ángel se detiene y aprieta los puños, su mirada ahora se fija en la espalda de Sappheiros, de nuevo esa sensación extraña le invadió, pues pudo ver otro recuerdo, donde ese niño de cabellera negra al que no podía verle el rostro hacia justo lo mismo que el ojiazul.
Por su parte y de forma muy discreta, Sappheiros miró su palma unos instantes y cerró el puño para bajarlo.
Gracias... —piensa.
Más tarde llegan al palacio, las puertas se abren ante la orden de Kashmir y después de varios minutos de caminar por lujosos pasillos, con guardias y sirvientes que presentan sus respetos al guardián y visitantes, llegan a una puerta de gran tamaño que también está cerrada, pero la diferencia es que irradia energía, tenía una barrera hecha con magia poderosa, en el centro se podía ver una imagen tallada en forma de cruz, los extremos y el centro parecían llevar algo en forma de rombos pero no lo tenían. Iris detecta similitud en la imagen con una que vio en libros: la rosa de los vientos.
—Esta es la sala del trono, en un momento más se reunirán los otros guardianes, pues sin nosotros no es posible abrir esta puerta, como ven en la imagen del centro, faltan piezas, los extremos son los puntos en que los vientos principales soplan, los cuales representan mis compañeros y yo represento la del centro.
Se quedan esperando como les indicaron y por aparente curiosidad acechan por los ventanales cercanos. Poco a poco se reúnen los guardianes y cuando están completos se colocan mirando a la puerta, las piedras en sus frentes brillan e iluminan la zona que representa cada uno, desactivando la barrera. La puerta no tiene manijas pero si cerraduras que se desbloquearon al retirar la barrera, Kashmir solo empuja y se abre, dejando ver el hermoso lugar, al fondo se logra distinguir el trono, pero no hay nadie sentado en él, los otros guardianes se sientan dos a cada lado del trono, mientras Kashmir indica a los invitados que se sienten en las sillas al costado derecho de la alfombra que lleva al trono.
Los invitados hacen lo que les pide el guardián y él se retira por una puerta en el rincón del lado izquierdo.
Rufo nota que ambos hermanos están algo estresados y sus cuerpos se mueven similar, apretando los puños sobre sus piernas, la mirada hacia el suelo como perdida en pensamientos, Iris se ve más ansiosa y los demás tienen posturas más controladas.
La puerta se vuelve a abrir, dando paso a los cuatro súbditos más cercanos al regente, presentados como Rhodusite, Ratnapura, Bombay y Mogok, se sientan al otro lado de la alfombra, frente a Iris y compañía, ocasionando más tensión, en especial en Sappheiros, quien tiene que poner todo de sí para controlar su ira, pues tanto el lugar como sus rostros están grabados en su memoria de cuando desterraron a Jade y a él. Por el lado de Ángel también recuerda la crueldad de todos ellos cuando fue degradado y expulsado de la isla flotante, pero su mirada es más de miedo, pues también piensa en su madre que aún debía estar en el palacio. Iris en cambio está tan nerviosa que no puede asistir a sus amigos y si activa su poder en ese momento sería demasiado riesgoso.
Cuando Kashmir regresa, anuncia la entrada de su señor, al mismo tiempo se abre una puerta detrás el trono y con gran imponencia aparece el más esperado de todos: Lazurd. Portando ropa suntuosa, digna de un gobernante, se aprecia de base una túnica larga, cerrada, en color dorado con cuello alto, otras dos o tres encima, abiertas en diferentes tonos de azul, un cinturón ornamentado con oro y zafiros que abarca todo su torso y una especie de capa azul intenso, con hombreras puntiagudas decoradas a juego con el cinturón, lo único que rompía esta exagerada imagen es la corona, ya que era un simple aro alrededor de su cabeza aunque de oro y con un gran zafiro estrella negra de seis rayos al centro.
Larimar se encarga de enviar mensajes mentales a sus amigos recordándoles que deben mantener la calma hasta que sea tiempo.
Todos se levantan de sus asientos y en dirección al trono hacen una reverencia con el puño derecho en el pecho del lado del corazón, hasta que el regente se sienta en su trono y da la señal de que hagan lo mismo.
Kashmir se hinca sobre una rodilla frente a su señor para informar el motivo de la reunión, Lazurd hace otra señal con los dedos y el guardián llama a Ángel para que se acerque, este ya muy nervioso lo hace y se hinca de la misma forma al lado del guardián.
—Francamente no tenía expectativas de que esta reunión se hiciera —dice con arrogancia—, espero entiendas que tendrás que hacer mucho más que esas pruebas tan básicas para recuperar mi confianza, agradece que por consideración no fuiste tratado como un enemigo y pretendo que así continúe, pero dependerá completamente de ti.
—Lo entiendo.
—Pueden sentarse, primero escucharé a cada guardián dar su reporte.
Mientras los guardianes hacen lo ordenado, Sappheiros opta por cerrar "los ojos" para calmar sus emociones, Lazurd observa con mirada juiciosa, las caras son conocidas para él, ha visto antes sus habilidades y detecta inconsistencias con los reportes.
—Quiero que hagan una demostración de sus habilidades ante mí, no puedo permitir que simplemente vengan aquí y dejarlos quedarse si no tengo conocimiento de su utilidad para mi reino, empezará Ángel.
—¡Si!
El joven hace una demostración de fuego característico de él.
—Aburrido como siempre, necesitas más entrenamiento. ¡Siguiente!, Iolita.
—¡Sí mi señor! —dice mientras se levanta y camina hacia el centro de la sala, después de una reverencia hacia Lazurd comienza con su demostración.
Como ella y Ángel no fueron suplantados, no levantaron sospechas y regresaron a sus asientos sin más. Pero la siguiente elección es crucial, pues como todos los demás fueron suplantados, era el momento para poner el plan en marcha.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.