Pasado

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–Es agotador, pero si acabo lo suficientemente rápido, este fin de semana podré ir a visitar a mis nietos.
–¿Nietos?, pensé que solo era uno–se escucho una leve risa proveniente de Garp.
–Adopte a uno más y al igual que Ace, lo entrenaré para que sean los mejores soldados de la Marina.

El azabache al oír eso, un hipido escapó de su boca, el hombre que estaba hablando, era el mismo que vio, apenas tenía pruebas y podía ser solo una coincidencia, pero estaba seguro, algo en él lo sabía. Lastimosamente el ruido alteró a la Vicealmirante, quien rápidamente se agachó y vio al pequeño, el cual no tardó en entrar en pánico cuando lo tomaron del cuello de la camiseta, obligándolo a salir de debajo y levantarse.
–Garp, tendrás que esperarme un momento–hablo para luego dirigirse al azabache–Tu maldito mocoso, ¿como lograste entrar?–reprochó con autoridad, causando que el contrario bajase la mirada con miedo.
–Y-Yo lo s-siento–fue lo único a que atino murmurar.
–¿Que está pasando?, ¿quien está ahí?–pregunto desde el otro lado de la línea.
–Un niño, estaba escondido en mi oficina, no se como carajos logró entrar–le respondió la Marine, a lo que su amigo rió con ganas–¿Como te llamas?–inquirió, volviéndose a dirigir al contrario.
–...Luffy–respondió de forma casi automática, cosa que callo por completo la risa del mayor.

La anciana por la impresión, soltó la camiseta del pequeño, acción la cual aprovechó para salir corriendo.
–Maldición–exclamó dispuesta a seguirlo, pero la voz de su amigo la detuvo.
–Describe su apariencia–ordenó con una voz temblorosa de lo que podría ser la respuesta, la Vicealmirante exhaló un suspiro antes de responder.
–Pequeño, tal ves de unos cuatro años, tenía cabello y ojos negros, era pálido y se veía algo maltratado, tenía una mirada cansada y estaba llorando.
–¿Donde estas?, dime tu ubicación exacta, iré para allá–decreto con un tono mucho más firme.
–No te precipites, tu sabes que él falleció–alegó su compañera, no le gustaba ni en lo más mínimo recordarle aquello a su viejo amigo, pero no quería arriesgarse a verlo tan desesperado como lo estuvo en aquel accidente.
–Jamás encontraron el cuerpo.
–Era apenas un bebé, es obvio que no lo harían.
–Tsuru, por favor...sólo quiero comprobar que ese chico no es mi Lu.

Logró alejarse del muelle y desaparecerse entre la aglomeración de personas que había por las calles principales, caminaba a un paso tranquilo mientras se abrazaba a sí mismo con la cabeza baja, en todo el trayecto no había parado de llorar, se se...

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Logró alejarse del muelle y desaparecerse entre la aglomeración de personas que había por las calles principales, caminaba a un paso tranquilo mientras se abrazaba a sí mismo con la cabeza baja, en todo el trayecto no había parado de llorar, se sentía patético, una profunda pena se había albergado en su pecho al reconocerlo, era él, era su abuelo.
Suponía que los piratas ya se habían percatado de su ausencia, pero aún así no planeaba volver al barco, aunque tampoco podía ir a ningún otro lado, solo camino sin rumbo, viendo el suelo y escuchando todo su entorno desde lejos, se sentía tan fuera de sí.
Había pasado una hora, sus pies estaban cansados y decidió sentarse en una banca situada en un parque, miro a su al rededor, en el cual las personas no dejaban de pasar, yendo de un lado para el otro, diferentes rostros, distinta ropa y diversos rasgos, pero aún así, todos compartían algo en común: Eran parte de algo, iban con sus familias, parejas o amigos.
Estuvo allí por varios minutos, hasta que vio a una figura correr entre la muchedumbre y detenerse a mirar por ambos lados como si buscara algo de forma desesperada, al fijar mejor su vista, se dio cuenta que era Shanks, este en unos segundos hizo contacto visual con él, una expresión de alivio llenó su rostro y rápidamente se dirigió a su lado, agachándose para poder abrazarlo.
–¡Anchor!, ¡por fin te encuentro!, estaba tan preocupado, ¿como se te ocurre irte sin avisar?

El contrario no respondió, pero no podía evitar sentir alivio al estar por fin con el mayor, pero al levantar la vista, vio a soldados recorrer apresuradamente las calles, parecían en busca de algo y trago en seco. Afortunadamente, el capitán también notó a los Marines y lo tomó para ir rápido al barco, mientras que en el camino llamaba a los demás por un Ko Den Den Mushi, siendo que la mayoría de la tripulación había salido para buscar al menor.

 Afortunadamente, el capitán también notó a los Marines y lo tomó para ir rápido al barco, mientras que en el camino llamaba a los demás por un Ko Den Den Mushi, siendo que la mayoría de la tripulación había salido para buscar al menor

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Todos al reunirse en el barco, comenzaron a interrogar al azabache, no entendían el por qué se había marchado tan de repente o si alguien se lo había llevado. El pequeño no se veía con grandes indicios de querer hablar, así que el vice-capitán decidió hacerle una pregunta directa.
–Anchor, yo con Limejuice interceptamos las llamadas de la Marina y una Vicealmirante te estaba buscando, ¿por que?

El contrario miró a Benn y no pudo evitar recordar el sentimiento que tuvo apenas entró a ese cuarto, la silueta de un hombre sin rostro y la voz que sentía tan distante de él. Sin poder evitarlo, estalló en lágrimas, alarmando aún más a todos.
–Lo s-siento tanto, no q-quería hacerlo, no quería meterlos en p-problemas–sollozo con un marcado tono de culpa.
–Tranquilo, tranquilo, está bien, no pasa nada, nadie de aquí está enojado–hablo rápidamente el francotirador.
–Solo preocupados, queremos saber que fue lo qué pasó–aclaró Lucky, cosa que pareció calmar al azabache, pero se seguía viendo con cierta inquietud.
–Quiero irme de aquí...–murmuro y la mayoría procedió a mirar a Building, quien suspiró.
–El Log Pose aún no se ha actualizado al campo magnético, tendremos que estar aquí por lo menos unos tres días más.

El de sombrero vio al azabache con un notorio pánico, a lo que se disculpó con el resto y se lo llevó al cuarto que compartían para poder hablar mucho más tranquilos.
–Anchor, necesito que me expliques que esta pasando, ¿por que te buscan?
–Ese...e-ese no es mi n-nombre–murmuro con apenas un hilo de voz, desconcertando al contrario.
–¿De que hablas?
–Shanks, p-perdon, no quería meterme en problemas.
–Dime qué sucede, te juro que te ayudaré a resolverlo, pero primero necesito que me digas que fue lo que hiciste–le habló, casi suplicando pues auténticamente quería ayudarlo, no le gustaba para nada verlo así.
–E-Entre en los buques de la M-Marina, no se p-por que lo hice, me e-escondí en una oficina...su oficina y lo e-escuché–explicó al borde del llanto.
–¿Escuchar que?, ¿a quien?–cuestionó, aún más inquieto que antes.
–A mi abuelo–le confesó casi en un susurro.

Pirata por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora