Ambos se detuvieron en una de las tantas cafeterías para comer una merienda y luego continuar con su recorrido, las mesas y sillas estaban afuera junto con sus respectivas sombrillas. La camarera no tardó en venir y preguntarles qué era lo que deseaban ordenar, el pequeño no supo que responder y el pelirrojo al notarlo, pidió lo mismo para los dos y con eso, la chica se retiró.
–¿Que sucede?–pregunto el mayor al ver como el contrario estiraba su brazo fuera de la sombra bajo la que estaban.
–Nada, solo que...a pesar de que ya llevamos tiempo de zarpar, se me sigue haciendo extraño la sensación del sol en mi piel.
–¿Por que?
–En mi isla el cielo es cubierto por nubes o neblina, es casi imposible ver un rallo de luz, supongo que es por eso por lo que cada planta qué hay está muerta–el capitán noto cierta nostalgia en sus ojos mientras estos miraban su mano bajo la luz.
–Anchor, ¿puedo preguntarte algo?
–¿Que cosa?–inquirió, volteándolo a ver y dejando de extender su brazo para prestarle total atención.
–¿Cual es tu sueño?El menor se le quedó mirando unos segundos, para luego estallar en carcajadas, aunque estas no eran sinceras, solo burlonas, estuvo así por unos segundos y después volvió a su expresión normal, conservando una sonrisa de mofa.
–¿Lo preguntas en serio?–el contrario asintió–Los sueños son estupidos, no son más que cosas idiotas que se inventan las personas para darle un sentido a su insignificante vida, además, la mayoría jamás logra cumplirlos, a decir verdad, prefiero vivir con arrepentimiento a morir intentando hacer algo imposible.El de sombrero sintió cierto asombro y algo de enojo con quienes le impusieron ese pensar, no podía creer que un niño tan pequeño pudiera tener un punto de vista tan crudo y pesimista desde una perspectiva totalmente derrotista.
–Eso no es cierto, un sueño es más que una excusa para estar vivo, es una razón para disfrutar estarlo.
–¿Ah, si?, y entonces, ¿cual es tu sueño?, ¿ser el pirata más buscado?, ¿conseguir fama y poder?–discutió con ironía.
–Mi sueño es navegar con mis Nakamas–respondió sin más, dejando totalmente pasmado al azabache.
–Eso no es un sueño–murmuró.
–¿Por que no lo sería?
–Porque es demasiado fácil.
–¿Y?El menor no supo que responder, claro que tenía algunos argumentos, pero no supo como explicarlos, algo dentro de él no quería contradecirlo.
–Un sueño no siempre tiene que ser algo grande, solo tiene que hacerte feliz y puedes empezar desde lo mas pequeño.La chica de antes vino a su mesa nuevamente, trayendo esta ves dos copas de helado, los dejo en frente de cada uno junto con unas malteadas de fruta.
–¿Que es esto?–pregunto el pequeño apenas la camarera se fue.
–¿No lo sabes?–cuestionó luego de comer una gran cucharada de este.
–No.
–Es helado, pruébalo, no hay nada mas delicioso, claro, sin contar la carne y el Sake–Anchor dudo un poco antes dé, pero igual lo hizo y sus ojos se iluminaron.Al caer la noche, ambos ya estaban llegando al Red Force, habían explorado gran parte de la isla y claro que aprovecharon para comer en los restaurantes o cafeterías más famosos. El menor se notaba más feliz que nunca, incluso se llegaba a ver aquel destello de inocencia que creían perdió en él.
–¿Todas las islas son así?–le preguntaba con entusiasmo al de sombrero.
–Por supuesto que no, hay unas muchísimo mejores.
–¿Como algo puede ser mejor que esto?
–El mundo es grande, Anchor–dijo, revolviéndole el cabello.
–Oigan–llamó Limejuice a ambos.
–¿Que sucede?–inquirió Shanks, mientas el tercero se escondía detrás de él, aún sin confianza en la mayor parte de la tripulación.
–Con el resto, al ver que no llegaban, decidimos ir a comprarle ropa a Anchor–explicó Bonk, uniéndose a la conversación con una sonrisa, la cual se le fue contagiada al capitán.
–¿En serio?, eso es fantástico, chicos, muchas gracias.Todos se mostraron expectantes ante la reacción del niño, pero este al notar tal atención, solo se aferró más al mayor en un intento de esconderse.
–Los dejamos en la habitación del jefe, si quieres, puedes ir a probártelas–el menor asintió y se retiró, dejando al resto algo decepcionados.El pequeño fue hasta el cuarto del capitán, cerrando la puerta tras de sí con cerrojo, apenas quedó sumido en la oscuridad del lugar, suspiró y avanzó, palmeando el escritorio del pelirrojo en busca de la lámpara que este tenía, ya que la habitación al estar bajo cubierta, era normal que fuera muy oscura. Al encontrarla, la prendió, iluminando el alrededor, haciendo que pudiera distinguir la pila de ropa que había sobre la cama, la cual estaba doblada y ordenada.
Habían varias camisas, principalmente sin mangas y de diseños algo infantiles, a un lado, se percatado de pantalones que al igual, eran cortos. Sin tener la intención de dar tantas vueltas en que ponerse, solo se vistió con lo que le parecía más cómodo; una camiseta de color azul oscuro con un "56" escrito en ella, por la parte de abajo unos pantalones de un celeste meramente opaco. Volteo a verse al espejo que Shanks tenía en una esquina y no pudo evitar sorprenderse un poco, estaba tan acostumbrado a poseer ropa vieja, que verse así, se le era tan extraño, pero no le desagradaba, al contrario, incluso lo hacía sentirse como un niño normal, al igual que los que vio hoy paseando junto con su familia.
Trato de esbozar una sonrisa, igual a las que las personas de la isla tenían, pero la suya se veía tan...falsa, claro que estaba feliz y agradecido por cómo su vida estaba cambiando tan abruptamente, pero no podía sentirse tranquilo, ¿por que?, era como forzarse a encajar en un mundo del cual no era parte, supuestamente debería de percibirse como alguien común, ya llevaba más de 3 semanas fuera de su isla y aún así, seguía sintiéndose tan miserable como lo era antes, pero claro, ahora con aquel consuelo o tal ves presión que le otorgaban los piratas que lo esperaban en cubierta, se esforzaban tanto y él sentía que hacía tan poco.
Sacudió su cabeza en busca de deshacerse de esos pensamientos que llegaban de forma tan repentina a su mente, ahora se sentía bien y eso era lo importante. Apago la luz y salió, dirigiéndose a la tripulación que al divisarlo, una gran y brillante sonrisa se asomó en sus rostros, siendo seguidas por una gran oleada de halagos que terminó por enrojecer sus mejillas al no estar acostumbrado.
–Solo me cambié de ropa, no es para tanto–murmuró.
–¿No es para tanto?, chico, ahora si que pareces un auténtico Nakama de los Piratas Del Pelirrojo–elogio Yasopp, causándole una leve sonrisa al pequeño, esas palabras lo aliviaron y animaron, suponía que las necesitaba, por fin dio el primero paso para sentirse parte de ellos.
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Pirata por accidente
ФанфикShanks llegó a una isla sin ley, nada fuera de lo normal, mucha pobreza y pandillas, creyó que sería una parada corta y que podría largarse pronto, pero todo cambio cuando una pequeña sombra trato de llevarse los tesoros de su barco. Esta historia t...