Capítulo 26

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San Calafia 7 años atrás

El chico de cabellos disparejos y largos llego al mercado, traía una mochila andrajosa y pantalones grandes para su talla.

Vio a unos hombres trabajar en un camión de carga y se acercó con vergüenza

– Dis... Disculpe, ¿Podría?... ¿Podría decirme dónde puedo conseguir empleo?

Uno de los señores volteó a verlo y sonrió de medio lado

– ¿Qué no vas a la escuela?

– No señor – contestó el chico – necesito empleo.

Otros dos señores evaluaron al chico, no parecía muy grande y tampoco parecía bien nutrido, aun con eso vieron que estaba necesitado y que realmente contaba con ganas de trabajar.

– Mira chico, tenemos solo un trabajo de cargador, pero no sé si con tu peso puedes cargar tanto – admitió el encargado.

El chico de cabellos largos sonrió y sus ojos brillaron ante la oportunidad que se le estaba presentando

– Oh no señor, soy realmente bueno cargando cosas pesadas, que no lo engañe mi apariencia.

Los señores empezaron a reír ante el entusiasmo del joven y lo dejaron trabajar con ellos un rato como prueba. Al final del día el encargado lo contrato y le dio un billete a escondidas

– Cómprate comida, muchacho, ese de allá – señaló las calles y casas – es un mundo cruel.

El chico parecía ya saberlo, así que agradeció mucho al señor y tomó su mochila para regresar al albergue donde vivía actualmente.

El señor vio al chico alejarse mientras uno de sus trabajadores se acercaba

– Pobre muchacho, se ve que la vida le ha dado un duro golpe

– Si – admitió el encargado – pero a veces de los golpes más duros es de donde salen las mejores personas, estoy seguro que ese chico tendrá un buen futuro por delante

– Oiga patrón y ¿Cómo se llama el chico?

– Lekai, me dijo que se llama Lekai.

Actualidad

La central de legionarios era, inesperadamente, más chica que la academia. Lekai consideró que era lógico tomando en cuenta que ahí solo entrenaban los legionarios, los ganadores del concurso, mientras que en la academia había muchos elementales entrenándose sin ningún tipo de filtro.

Si lo hubiera habido él no hubiera hecho el año obligatorio para empezar.

Las puertas de vidrio cromado daban una sensación de elegancia, mientras que por dentro la decoración contemporánea y pulcra daba la sensación de estar ante un palacio en lugar de una recepción.

Lekai se acercó a la mesa donde se encontraban una mujer hablando por teléfono y tecleando furiosamente

– Yo le daré su recado, que tenga buen día – dijo la chica, cortó la llamada y alzó la cabeza para verlo.

– Buenos días, mucho gusto. Bienvenido a la central de legionarios, mi nombre es Cindy ¿En qué puedo ayudarle? – dijo la chica de corrido dando a notar que llevaba mucho tiempo en ese lugar.

Lekai intento sonreír, pero solo le salió una mueca mal hecha.

– Buenos días, mi nombre es Lekai, vengo de la academia.

La chica buscó en su computador hasta que pareció encontrar lo que buscaba, miro de nuevo a Lekai con aires curiosos, pero si quería preguntar algo no lo hizo.

Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora