Capítulo 2

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– Buenos días alumnos – sonrió la profesora de artes espirituales – hoy hablaremos del flujo de la energía con nuestro elemento, de cómo la espiritualidad y el control de nuestra aura, es esencial para un buen control del mismo.

La maestra prosiguió hablando otro poco. Su clase era más bien teórica y casi ignorada todo el tiempo por los estudiantes. Lekai era sin duda de los pocos que ponía atención a la clase, porque siempre le fascinaba escuchar más cosas de su elemento. Tomaba todas y cada una de las clases a las que podía entrar. La academia no era barata, así que estaba decidido a sacarle provecho.

– Y una vez dicho esto, quiero decirles que hoy trabajaremos con un compañero, de preferencia uno con el que se lleven bien, vamos a sintonizarnos con nuestros elementos atreves de la energía y la mejor forma de que fluya es a través de nuestra relación intima con la persona con la que lo haremos.

Genial, pensó Lekai, no podre hacer el ejercicio ¿Acaso alguien querrá trabajar conmigo?

Todos comenzaron a agruparse mientras Lekai divagaba sentado en su rincón habitual, con su capucha puesta escondiendo sus delgadas facciones, escondiendo también su antipatía y su poco sentido sociable.

Fue cuando todos ya estaban con sus compañeros que la maestra notó que solo quedaban dos chicas y él.

Una de las chicas había entrado al mismo tiempo que Lekai, pese a que no era muy buena tampoco era de las peores, la otra chica acababa de entrar a la academia no hace mucho y su rendimiento competía con el de él. Odiaba admitirlo, pero, a pesar de que llevaba tiempo estudiando, su desempeño se podría nivelar al de un novato.

– Ups, solo hay tres restantes – la maestra sonrió afligida – uno de ustedes tendrá que trabajar solo.

– Que sea el raro Lekai – dijo una vocecita burlona.

– Si maestra, Lekai puede hacerlo solo – sonrió la chica que aun no tenia pareja, aliviada que no la emparejaran con el raro – me quedo con la nueva.

– Bueno, si a Lekai no le molesta entonces podemos...

– Continúe – interrumpió Lekai, intentando ignorar el hecho de que se había preferido una chica nueva y sin conocimiento, a él.

Después de dar paso a la humillación, la clase comenzó y no se sintió tan tonto de estar haciendo el trabajo de dos él solo, por el contrario, esta parecía la única clase en donde podía sentirse más confiado.

Qué risa, se burló, que la única clase que nadie toma enserio es la única en la que me siento mejor.

El ejercicio pasó sin más, ya que era una clase en la que nadie ponía mucho esfuerzo no hubo grandes problemas.

– Oye Lekai – llamó la maestra después de clase, entregándole un papelito – te recomiendo estos libros, se que la energía elemental no es muy estudiada pero tal vez te sirva para algo. Veo lo mucho que realmente te interesa la clase.

– Gracias – dijo este para después guardar la hoja y salir a paso rápido.

Llegando a la biblioteca pidió dos libros de técnicas del control del fuego y se fue a terminar sus mandados antes de irse al área del bosque más alejada posible para comenzar a imitar las posturas.

– Enserio eres terrible – dijo una vocecita.

Lekai volteó rápidamente solo para encontrarse con la niñita de antes. Sus cabellos y su cara respingada la hacían parecer una pequeña elfa. Una muy entrometida y molesta.

– ¿Qué diablos haces aquí? ¿Tus padres saben que te saliste de casa?

– Soy huérfana – dijo esta restándole importancia – la señora con la que me quedo se durmió luego de que se comiera el cerdo asado que hice ¿y tú qué haces?

Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora