Luna iba a esperar el autobús que la llevaría rumbo a su trabajo de medio tiempo cuando escucho su nombre.
Había un profesor acercándose que ella no conocía. Sabía que era uno porque traía el uniforme de la academia.
– Casi no te alcanzo, tú debes de ser Luna ¿cierto?
– Lo soy ¿Para qué quería hablar conmigo profesor? – Preguntó un tanto desconfiada
– Tu maestra de acción y defensa me pidió hablar contigo, me dice que te estás atrasando un poco y le gustaría que te ayudara. Soy profesor de jóvenes de secundaria, considera que, puesto que le has dicho que no conoces muchas técnicas, necesitas aprender lo básico.
Luna se sonrojó un poco por la vergüenza de ese hecho, pero sonrió agradecida.
– Es muy amable, el problema es que al salir de clases tengo un trabajo de medio tiempo, de hecho, ya voy tarde.
– Oh entiendo, entiendo. La profesora también me comento eso, dijo que tomáramos una hora de su clase para ayudarte.
A Luna le sorprendió aquello, pero supuso que no era por amabilidad de la maestra, sino que quería librarse de ella para poder progresar con la clase.
Oh dioses de los que son sabios, al mal tiempo buena cara
– Gracias profesor, será un gusto ser enseñada por usted.
– Nos vemos entonces – sonrió el maestro.
El autobús llego y Luna subió.
Mientras avanzaba no pudo dejar de pensar en su situación y en como esto mismo le había pasado a Kai. Con su personalidad sabía que no había pedido ayuda a sus compañeros y si lo hizo probablemente lo rechazaban.
Ahora comprendía que enseñarle a ella debió suponer un gran reto para él, de la misma forma que le supondría enseñarles a tres de sus compañeros competidores. Esperaba que tuviera las habilidades necesarias para ello, Kai, aunque no se notara, era un chico inseguro, consciente de que en el pasado nadie lo tomaba en cuenta y que ahora si alguien lo buscaba era para sacar provecho de él. Temía que si seguía así no podría progresar como miembro de un grupo de legionarios.
El autobús llego a su destino y ella bajó. Con el grito del hombre vendiendo periódicos y diciendo sobre la desaparición de chicas elementales en no sé dónde, Luna caminó pensativa.
++++++
El jueves llegó rápido y los competidores estaban en el coliseo esperando que se les dijera quienes eran los siguientes, Lekai esta ocasión no traía libro, consciente de que estaría observando a sus compañeros y ver si alguno cubría sus expectativas.
El presentador dio un saludo rápido y anunció lo que las dos facciones pendientes querían saber.
– Y bien, ahora les diremos que se preparen... los de la facción... del agua.
Los de la facción de la tierra suspiraron aliviados mientras que algunos confiados del agua se pusieron nerviosos. Las puertas del coliseo se abrieron y empezaron a entrar los jóvenes con sus mochilas, pines y estampa en el pecho con su nombre.
Los competidores de la facción veían como entraban uno por uno hasta que de los últimos estudiantes entro una que los puso mudos.
Era una chica bonita, de cara pequeña y de cuerpo bien proporcionado, sus cabellos largos blancos y azules estaban sujetos en dos coletas haciéndola parecer muy joven.
Los competidores se sorprendieron al ver a la novia del maestro Lekai entre los aprendices, y entonces después del asombro vino el temor. Según el joven Tony que estuvo de excursión mencionó, ella había sido su pupila antes de convertirse en su novia, lo que significaba que era la primera aprendiz que el maestro había tomado bajo su entrenamiento.
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Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)
Bilim KurguEn un mundo donde los elementales existen, hay una fuerza élite llamada los legionarios, solo los más fuertes y valientes pueden pertenecer a ella. Y eso se decide en "El Concurso Bianual de Legionarios". Lekai es un elemental del fuego que nunca...