Eran las 4 de la mañana cuando Lekai despertó a su equipo para seguir buscando.
El cielo oscuro no mostraba ninguna estrella, lo que daba a entender que aún estaba nublado a pesar de que ya no estaba lloviendo.
Una vez recogieron todo lo de la cueva, él fénix los guio con el fuego como linterna advirtiéndoles cuando el piso se volvía resbaloso por el lodo. Continuaron caminando un poco más, subiendo y bajando en el camino irregular de los límites que daban al llano.
Cassie observó que había algo extraño cerca de un pequeño charco de lodo en la parte donde el bosque daba paso al llano.
– Creo que ahí hay una bandera – se aventuró a decir.
Aron corrió hacia ella y la sacó de ahí
– No se alcanza a ver bien, pero creo que es de la tierra
– Justo la que nos falta a nosotros – dijo una voz cerca de ahí.
El equipo 8 volteó para ver que de nuevo se toparon con otros, pero esta vez eran el equipo 9...
El equipo de Arista
– La encontramos primero – se quejó Cassie
– Si dulzura – dijo Arista con condescendencia – pero las reglas estipulan que podemos luchar por ella
– Otra pelea – murmuró Crisma que no estaba muy convencida.
A pesar que esta vez el equipo no eran los monstruos de los primeros lugares Arista seguía siendo una rival de la cual temer.
Mientras los equipos se enfrentaban cara a cara, la lluvia comenzó de nuevo. Era ligera, pero nadie se esperaba que trajera rayos consigo.
Un rayo cayó cerca de un árbol y entonces los equipos empezaron a sudar, tomando en cuenta que estaban en el llano donde no había refugio, necesitaban correr para salvar sus vidas.
– Líder, será mejor irnos ¡es una tormenta eléctrica! – dijo uno del equipo de Arista.
Esta última no se veía muy convencida, aun sentía que podía pelear por la bandera, si lo hacían podrían ser los primeros en llegar al campamento.
– Vámonos – dijo Lekai sin pensarlo mucho
– ¿Oye cómo te atreves a irte? – Grito Arista enfurecida – deberías...
Y en ese momento el cielo se iluminó.
Lekai sintió una corriente subiendo por su espina dorsal y al darse la vuelta reacciono rápido, tomó a Arista por la cintura poniéndola detrás de él mientras que plantaba sus pies con firmeza en el suelo y usaba sus dedos índice y medio para recibir el rayo que bajaba con fuerza.
La línea parecía un dragón eléctrico enfurecido dispuesto a matar a todos, pero Lekai parecía un experimentado domador. Con la técnica de redirección, esa que en el pasado había lastimado a Luna, desvió el rayo haciendo que pasara por su cuerpo y terminara en su otro brazo estirado.
El dragón de repente se convirtió en una serpiente y después en un gusano de tierra que se volvió a meter a su madriguera.
La fuerza que usó Lekai era considerable y empezó a jadear un poco.
– Será mejor irnos de aquí – sugirió y esta vez nadie se opuso.
Arista parecía en shock, se limitó a mirar al cielo y luego a las manos de Lekai. Su equipo se la llevo de ahí antes de que pudiera decir nada.
El equipo 8 regresó a su cueva improvisada y esperó una hora hasta que la lluvia y los rayos cesaron. Durante eso el equipo no dijo nada y Lekai lo prefirió así, ensimismados en sus pensamientos, conscientes que si él no hubiera actuado a tiempo Arista podría haber muerto.
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Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)
Science FictionEn un mundo donde los elementales existen, hay una fuerza élite llamada los legionarios, solo los más fuertes y valientes pueden pertenecer a ella. Y eso se decide en "El Concurso Bianual de Legionarios". Lekai es un elemental del fuego que nunca...