– Ese que salió del coliseo era el idiota de Lekai ¿no? – Preguntó Toro con cara de disgusto
– Si – respondió Arista – ¿Qué estaría haciendo ahí?
– ¿Y si ya descubrieron su trampa? – preguntó Toro emocionado.
– No lo creo – aseguró Arista – no estaría tan tranquilo caminando a su cabaña.
Mientras ambos especulaban Mica se les acercó y les dijo que ya estaban listos los videos de las cámaras de seguridad.
El trio fantástico se fue a ver lo que habían planeado Mako y Lekai, si pudieran encontrar algo que los eliminara de la competencia sería un enorme alivio, después de todo tanto Mica como Arista tenían que reconocer con pesar que sus habilidades actuales no les servirían para rebasar un poder tan monstruoso como el de Lekai.
Ese hombre era una máquina, una que estorbaba y que necesitaban apagar.
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Viana untaba mantequilla en su pan tostado absorta en sus pensamientos. De repente metió el cuchillo en su taza de té y Mako tuvo que quitárselo.
– ¿Qué te pasa? Desde ayer has estado distraída.
La chica de cabellos de oro volteo a ver a su amigo y sonrió sin ganas.
– Pensaba en lo lejos que hemos llegado y en lo mucho que queremos quedar entre los 15 seleccionados para la siguiente ronda.
– Lo dices como si fuera tu discurso de despedida – comentó con sospecha Mako.
– No es eso – sonrió Viana de repente – por cierto ¿Cómo pudiste ocultarme que él maestro Lekai te ayudo con tu técnica?
La chica quería cambiar de tema, pero, como siempre, Mako la dejo ser.
– Bueno, estaba tan entusiasmado que lo olvide, incluso ayer fui a agradecerle al maestro, pero me dijo que no lo mencionara a nadie.
– Obviamente, el maestro no quiere que lo estén agobiando aquellos que quieran un poco de su sabiduría. Si saben que te enseñó a ti, querrán que les enseñen también. Aun así, siento un poco de envidia ¿Cómo fue? ¿Qué dijo?
– No mucho – recordó Mako – solo que debía tener más fuerza en brazos y manos, que lo estaba dejando todo a mis pies y eso era para los maestros tierra.
Viana sonrió al ver el brillo en los ojos de su amigo. Sabía que, de los dos, él era el que más ansiaba convertirse en un legionario, así que, si mañana no mencionaban su nombre, ella se iría con el corazón tranquilo sabiendo que Mako haría lo imposible por cumplir con el sueño de ambos.
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Ya estaba oscureciendo y ajena a las controversias del concurso, Luna salió de la biblioteca.
Había pasado sus horas de descanso en ella leyendo esos horribles libros de defensa que no servían más que para rellenar tu poder físico, pero no tu poder espiritual.
Cada que intentaba tirar la toalla, que quería gritar "olvídalo", recordaba la charla con Tony y seguía esforzándose un poco más. No sentía que estuviera avanzando realmente, pero al menos ese día había podido hacer una postura mínimamente decente, y eso ya era una gran victoria para ella.
Caminando por las calles del capitolio, deseo por enésima vez que Kai estuviera ahí para aconsejarla, seguramente él le diría que hacer para dejar de retrasar a su clase y para volverse más fuerte. El hombre tenía la paciencia de los dioses, y ella siempre había sido más del lado "apurémonos a terminar". Kai confiaba en la magia del proceso, y eso era lo que volvía tan satisfactorio el resultado.
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Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)
Ciencia FicciónEn un mundo donde los elementales existen, hay una fuerza élite llamada los legionarios, solo los más fuertes y valientes pueden pertenecer a ella. Y eso se decide en "El Concurso Bianual de Legionarios". Lekai es un elemental del fuego que nunca...