Capítulo 24

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Lekai tenía muchos sentimientos encontrados.

Había creído que con el desayuno podría abrirse un poco a sus estudiantes, pero incluso estando ahí, comiendo en la misma mesa, no pudo realmente empezar la charla.

Desde la noche anterior había practicado como se iba a dirigir a ellos, había dormido poco estructurando la clase y tratando de olvidar la parte difícil.

La parte donde debía relacionarse con ellos.

En todos sus años escolares no había tenido la necesidad de entablar conversación con algún equipo, porque, o bien siempre lo dejaban fuera, o hacía lo que los demás decían y se quedaba callado en un rincón aparte.

Ahora no solo estaba formando ese equipo él mismo, sino que era él quien tendría que decirles que era lo que tenían que hacer. Sería su maestro, su guía, el que los liderara, y eso podría ser mucha presión para alguien que hasta hace poco solo hablaba con las 4 personas de su círculo social.

Contando a su jefe en el mercado y a la mamá de Tony.

Cuando terminó de lavar los trastes y limpió la cocina, sabía que no había más excusas, él los había invitado, esos tres chicos sentados en la sala de entrenamiento eran su equipo especial.

Así pues, Lekai tuvo que destrabar esa puerta que estaba cerrada y dejarla abierta para que pudieran entrar. Lo había hecho con la pequeña elfa, podía hacerlo con ellos.

Invoco a todos los dioses de Luna, se dijo a sí mismo, para poder pasar esta prueba personal.

Entró a la sala de entrenamiento donde estaban los 3 sentados en el suelo leyendo sus libros. Los chicos se pararon rápidamente y lo miraron esperando instrucciones. Lekai miró sus manos y luego recordó como era que se debía respirar de forma normal.

– Maestro, no pude leer mucho, pero juro que hare mi mejor esfuerzo – admitió Silver.

Lekai sabía que sería injusto exigirle demasiado si apenas ayer por la tarde le había dado el libro, así que solo asintió.

– Siéntense – dijo sin más.

Una vez sentados todos se dispuso a advertirles sobre los contras que tendría aquello. Quería iniciar esto dejándolo muy en claro.

– Mi forma de entrenar no es convencional – explicó – si consideran que será muy difícil aprender de cero a mitad de concurso... pueden irse ahora.

Dio un momento para que tomaran su decisión, siendo paciente e intentando comprender que si alguno quería irse él no podía realmente hacer mucho para que se quedara. Estarían dando un gran salto de fe después de todo.

Para el deleite de Lekai parecía que ninguno se veía con la intención de irse.

– Bien – siguió ligeramente complacido – necesito que sean comprometidos con su entrenamiento, no podré estar con ustedes todo el tiempo, así que es necesario que las tareas que yo les deje, por más mínima que sea, se complete con éxito.

Los chicos tenían asombro y determinación en sus caras. Jamás lo habían escuchado hablar tanto, inconscientemente sus espaldas se pusieron más rectas.

– Mako – volteó a verlo – tienes más tiempo con el libro que los demás. La tierra es la contraparte de tu elemento, te será difícil aprender sus técnicas, pero es mejor que aprendas antes.

– Lo entiendo maestro, tal vez no importe, pero le juro que he estado dando mi mejor esfuerzo.

Lekai asintió entendiendo lo serio y dedicado que se veía el semblante del chico. Luego volteó a ver a los demás, notando con algo de asombro que tenían el mismo semblante. Silver y Ren parecían tan inmersos en esto como Mako.

Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora