Capítulo 33

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Actualidad

Lekai volvió a la central de legionarios después del fin de semana agotador que había vivido con sus estudiantes. Les dejó mucha tarea y esperaba que el fin de semana siguiente estuvieran a la altura.

Para la tarde, después del entrenamiento, estaba terminando de ducharse cuando escuchó el sonido de su puerta. Se vistió rápido y aun con la toalla alrededor de su cuello, secándose el pelo, vio a las maestras Sienna y Dory en la puerta.

La chica pequeña abrió mucho los ojos y se le colorearon las mejillas, pasó un rato antes de que Lekai subiera una ceja en señal de pregunta Sienna le metiera un codazo en las costillas a Dory.

– Ah, sí, claro, Lekai yo, digo, nosotros, sí, nosotros, el equipo, queríamos saber si, tu... si es que... ¡¿Quieres ir por yogurt con nosotros?!

La última parte salió gritando y Lekai hizo una mueca por el sonido.

– Lo siento – susurró ahora Dory – ¿Quieres ir?

Sienna comenzó a reírse, pero Dory la fulminó con la mirada y esta se volteó.

Lekai se sentía divertido, esta chica era una extraña versión adulta de la pequeña elfa y por esa razón decidió que iría.

Eso y para probarse a sí mismo que podía derrotar sus inseguridades.

– De acuerdo

– Está bien si no quieres, pero a fuera el día esta agradable y... espera ¿dijiste que sí?

– Sí.

Dory sonrió como si pudiera quebrar sus mejillas y lo instó a apurarse. Lekai siguió a las dos chicas hasta el grupo de tres que esperaba a fuera.

Cuando el maestro Gustaf lo vio se sorprendió un poco, pero fuera de saludarlo no dijo mucho.

– Mañana tenemos guardia todo el día – explicó Sienna mientras caminaban – así que disfrutamos del día con un buen helado.

Y no eran los únicos que pensaban así, había una gran fila donde jóvenes de todos lados parecían haber llegado a comer yogurt.

– Maldición – dijo Gustaf frustrado – otra vez llegamos tarde

– Siempre llegamos tarde – respondió Opal encogiéndose de hombros.

Lekai comenzó a sentirse abrumado por el exceso de gente y ya estaba arrepintiéndose de estar ahí cuando vio una cabecita blanca con mechones azules entre la multitud.

No puede ser...

– Mira Gustaf – dijo Tai apuntando con su barbilla – allá esta la belleza que te rechazó.

Habiendo mucha gente, el maestro Tai podía haber apuntado a cualquiera, pero aun con eso Lekai tenía un mal presentimiento.

– Joder ella es hermosa, es una lástima que no quiera salir contigo – insistió y se ganó un golpe en el hombro.

– Obviamente no sabe lo que le conviene, su novio debe ser un idiota que no sabe lo peligroso que es que alguien tan bonita ande sola por ahí.

Mientras Tai y Gustaf peleaban, Dory se acercó a Lekai y le contó de forma resumida lo que paso. Él, sintiendo que algo seguía pareciendo extraño, solo asintió.

La fila continúo avanzando y de repente Lekai tuvo una mejor vista de la persona en la fila. Y no se equivocó.

Joder, si eres tú.

Cuando la chica en cuestión tomó su helado y se alejó del camión, sintió la mirada abrazadora. Parando bruscamente, observó su entorno hasta que lo encontró.

Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora