El martes Luna regresó cansada de la clase de regularización, siempre era agotador, pero ese día en particular había terminado muerta. Había pensado muchas veces en decirle a sus maestros que ella se había entrenado diferente y que no la evaluaran con dureza, pero eso solo traería preguntas, todas ellas con necesidad de respuestas que ella no sabía si estaba lista para dar.
Luego de bufar ante el estrés mental, le mandó un mensaje a Kai deseándole buenas noches, y cuando no recibió contestación fue que recordó que ayer le había dicho que volvería una semana al concurso para entrenar a su equipo.
En el concurso no permitían los celulares, por lo que de nuevo estaría incomunicada con él.
Se metió a dar una rápida ducha para drenar el dolor de músculos y de espíritu al que había sido sometida en las últimas horas, el calor del baño la relajó lo suficiente para dejar de sentirse en el pináculo de la miseria.
Después de quedar limpia decidió que estaba más cansada que hambrienta, así que se saltaría la cena. Fue directo a la habitación y se metió a la cama dispuesta a dormir.
Oh dioses de los que se cansan por necios, mándenme unas piernas de repuesto.
Después de sus plegarias estaba por caer en el sueño reparador que necesitaba, pero aun no cerraba los ojos, cuando escuchó el sonido de una chapa moviéndose.
Se quedó muy quieta y no se levantó, creyendo que tal vez había oído mal. Siguió sin moverse durante un tiempo y luego volvió a escuchar el ruido, como si alguien estuviera forzando la puerta de la casa.
No entró en pánico, no aun por lo menos, se mantuvo serena en el dormitorio y esperó con un último rayo de esperanza que fuera Kai dándole una sorpresa.
Dioses de los que son atracados, que yo no vaya a ser una de sus fieles creyentes.
La chapa cayó, no era Kai quien entraba.
Ante el escenario rápidamente visualizó el cuarto y las posibilidades que tenía a su favor, fingió seguir dormida a pesar de que su corazón había empezado a latir con fuerza. En San Calafia jamás se habían metido a robar a su casa, tal vez porque el pueblo era muy pequeño y casi todos se conocían, o tal vez porque sabían que un elemental de fuego vivía con ella.
Ahora estaba por su cuenta.
Escuchó pasos amortiguados, eran pasos irregulares, parecía que ambos estaban a destiempo, lo que le dio a Luna la horrible noticia de que no era solo una persona, sino dos.
Los pasos siguieron avanzando sin detenerse, Luna pensó que si fueran ladrones simplemente se moverían de un lugar a otro metiendo cosas en una bolsa, pero estos iban con un objetivo.
Y el objetivo parecía ser ella.
Al darse cuenta de la situación Luna cambió su estrategia y saltó de la cama posicionándose en la puerta. Justo antes de poder ponerle seguro, la chapa se movió y Luna tomó de la jarra de su mesa de noche agua para no estar indefensa.
La puerta se abrió de golpe y un hombre con pasamontañas entro rápidamente, al ver que no había nadie en la cama se volteó y fue noqueado con una patada en el cuello. Lamentablemente su cuerpo cayó en la cama haciendo ruido y alertando al otro tipo que algo malo estaba pasando.
El segundo que entró parecía más listo, cuando Luna atacó la sorprendió usando el poder del aire, catapultándola hacia el otro lado de la habitación con un golpe seco contra la pared
– Maldita zorra ¡¿Qué le hiciste a mi amigo?!
Luna no perdió tiempo, se levantó rápido a pesar de que aquel hombre seguía enviando rachas de viento sin parar. En una oportunidad preciosa congeló los pies del hombre con un movimiento estilo maestro tierra, el hombre quedó estupefacto ante el poder y Luna uso ese tiempo de confusión para dar dos golpes precisos con su látigo y dejar inconsciente al hombre.
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Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)
Fiksi IlmiahEn un mundo donde los elementales existen, hay una fuerza élite llamada los legionarios, solo los más fuertes y valientes pueden pertenecer a ella. Y eso se decide en "El Concurso Bianual de Legionarios". Lekai es un elemental del fuego que nunca...