Capítulo 29

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2 años atrás en san Calafia

– Maldición – gritó Kai mientras intentaba direccionar el rayo hacia la manzana colgada en el árbol, sin ningún resultado – joder, joder, joder.

Luna lo observaba preocupada desde la distancia. Desde que Kai había aprendido a hacer rayos su obsesión por perfeccionarlos lo habían estado consumiendo. Dormía y comía poco, apenas si hablaba con ella y Tony. Intentó muchas veces convencerlo de que bajara la velocidad, pero cada vez que se lo decía terminaba siendo regañada o ignorada.

Un destello de luz brilló en su periferia y luego se escucharon más insultos. Luna admiraba la tenacidad de Kai, pero en ocasiones esa misma se volvía obsesión y terquedad. No sabía en qué fase estaba él, pero no parecía que fuera a pasar mucho tiempo hasta que se volviera un problema.

Intentando despejar su mente y no pensar mucho en el hombre que estaba gritando groserías en el jardín, Luna se puso a terminar algunos quehaceres, salió a regar las flores de la entrada de la casa e incluso limpio la ventana que daba al frente. Cualquier cosa que la mantuviera activa.

No paso mucho hasta que regreso a la puerta abierta que daba al patio trasero y vio como Kai intentaba redireccionar el rayo, se había esforzado lo suficiente para lograr controlarlo, pero terminó cayendo lejos de la manzana.

Otra vez.

– Maldición ¿Por qué no puedes hacer lo que te pido? Es solo redirección ¡Es sencillo!

Luna negó con la cabeza y estaba por acercarse para hablar con él, cuando escuchó que la puerta de la casa se abría.

– Hola, soy yo – cantó Tony mientras se permitía pasar.

Cuando observó lo mismo que Luna veía, su sonrisa vaciló.

– ¿De nuevo entrenando? Aún falta un año y meses para las audiciones del concurso ¿Por qué esta tan apurado?

– No lo sé – confesó Luna preocupada – las pocas veces que no está entrenando con el rayo es porque está trabajando en el mercado... ya no sé cómo hacerlo parar.

Ambos observaron un poco al chico que anotaba en su libreta para luego hacer la postura y terminar maldiciendo más cuando parecía no tener los movimientos correctos.

Pasó un rato cuando por fin Luna dejó de ver al hombre frustrado y volvió su mirada a Tony.

– No sé qué pasará con Kai, temó que una vez ingrese al concurso todo se descontrole

– No creo que eso vaya a suceder – tranquilizó Tony

– ¿No lo estás viendo? ¿Crees que hay alguna forma de poder detenerlo? Tengo miedo de lo que podría venir después.

– ¿Crees que lo dominará y se volverá malo como el trio fantástico?

– No – respondió Luna frunciendo el ceño – tengo miedo de que nunca lo logre y eso lo haga retroceder en su confianza. Ahora mismo no parece tenerla consigo.

Ambos volvieron a ver al chico que parecía querer incendiar la manzana junto con el árbol.

– ¿Sabes qué? Creo que ya tengo una idea – sonrió Tony

Antes de que ella pudiera preguntarle que se le había ocurrido, el pelirrojo caminó hacia él chico que seguía soltando maldiciones.

– He amigo ¿Sigues sin tener resultados? Tal vez tu enfoque no es el correcto.

Eso llamó la atención de Kai que dejó de imitar postura defensiva y volteó a verlo con curiosidad.

– ¿Enfoque diferente?

Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora