Luna siempre amaba socializar, así que cuando unas amigas de la academia le dijeron que sí quería ir a comer helado de yogurt en un puesto que estaba delicioso, ella aceptó sin pensarlo.
Lo único que esas chicas no le dijeron era que estaba lejos de la academia y tuvo que gastar de su dinero ahorrado para transportarse hasta allá.
–Te lo aseguro – dijo una de ellas – vale la pena venir desde tan lejos, los helados son una delicia.
Ella esperaba que sí, sino gastar dinero extra en camión habría sido una horrible perdida.
El puesto estaba en una plaza llamada Arcos Verdes y era un enorme carro retro con un lado del camión abierto y algunas sillas y mesas regadas en el césped. Al parecer había fila, lo que en cierto sentido la alegró pensando que, si había mucha gente, era porque realmente los helados eran muy buenos.
– Luna como no sabes que sabores hay, tú te encargaras de comprarlos – dijo una de ellas mientras le pasaban el dinero – nosotras buscaremos unas sillas disponibles, cuando empieza a bajar el sol la gente empieza a llegar y es imposible encontrar asientos.
Las chicas les dijeron lo que querían y ella se puso en la fila. Mientras esperaba, sacó su celular notando que tenía dos mensajes, uno de Tony y otro de Kai.
El de Tony decía que había comprado una nueva marca de champú que le dejó crispado el pelo, y una foto adjunta. El de Kai decía que ya había terminado de entrenar y mañana por la tarde iría a verla ya que el fin de semana regresaría a la academia a entrenar a su equipo.
Luna respondió con algo chistoso lo de Tony y le mandó un mensaje de besos a Kai.
– Te dije que te apuraras Dorothy – se quejó alguien atrás de ella – ahora tendremos que hacer fila.
Luna volteó para ver a dos chicos y tres chicas a su espalda, la más pequeña de las chicas se encogió de hombros.
– Aquí siempre hay que hacer fila, no sé de qué te estás quejando.
– Se supone que soy un legionario – dice uno de los hombres, el de cabello castaño y músculos más pronunciados – no debería tener que esperar por mi maldito yogurt.
A Luna aquella frase la hizo iluminar sus ojos ¡Son legionarios! Al igual que Kai ella admiraba mucho a todos ellos. Al verlos patrullar por la calle se sentía protegida y llena de un nacionalismo que no sabría explicar. Desde pequeña había soñado con ser una de ellos.
– Hola – saludó, que a diferencia de Kai no le daba miedo entablar conversación con alguien extraño – me llamo Luna, perdón, pero los escuché ¿Realmente son legionarios?
El que había hablado antes volteó a verla y sonrió con amabilidad
– Así es pequeña, soy de la facción del fuego, me llamo Gustaf – con la mano comenzó a señalar a los demás y sus nombres – estos son mi equipo.
– Que maravilla, realmente nunca había tenido la oportunidad de hablar con legionarios, es realmente un honor, yo también soy elemental ¿saben? Soy de la facción del agua, estoy en la academia para entrenar el año de rigor.
El legionario Gustaf comenzó una conversación con ella y la chica de cabellos rubios llamada Opal la animó para que entrenara duro.
La fila comenzó a menguar y tocó el turno de Luna.
– ¿Ustedes son clientes habituales? ¿Qué me recomiendan? Es mi primera vez aquí
– A, bueno – sonrió el chico de ojos rasgados, el que se llamaba Tai – hay muchos sabores deliciosos, pero por ser tu primera vez te recomendamos el helado de yogurt de moras con cereales de fresa ¡Te aseguro que no te arrepentirás!
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Legionarios: El Nacer Del Fénix (Libro 1)
Ciencia FicciónEn un mundo donde los elementales existen, hay una fuerza élite llamada los legionarios, solo los más fuertes y valientes pueden pertenecer a ella. Y eso se decide en "El Concurso Bianual de Legionarios". Lekai es un elemental del fuego que nunca...