Madelaine González, la estrella en ascenso de Hollywood y hermana del famoso futbolista Pedri González, se muda a Barcelona. Allí conocerá a Pablo Gavi, la joven promesa del Barça y mejor amigo de su hermano.
¿Qué pasará cuando Madelaine intente ad...
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La tarde transcurría con la calma habitual hasta que Pedri llegó a casa después de su entrenamiento vespertino, acompañado de Gavi. Al entrar, ambos notaron que Maddy apenas había salido de la ducha, su cabello mojado y envuelto en una toalla.
—¡Maddy! —exclamó Pedri, entrando en pánico al verla—. ¿Por qué no estás lista?
Maddy lo miró, confundida.
—¿Lista para qué?
Pedri se llevó una mano a la frente,exasperado.
—¡Para la cena! ¿No te dije que fuimos invitados a cenar con la familia de Gavi? Maddy lo miró con incredulidad.
—No, Pedro, no me dijiste nada.
Pedri se quedó en silencio un momento antes de suspirar profundamente.
—Lo olvidé. Pero tenemos que irnos en una hora. Por favor, ponte lista.
Maddy resopló, molesta por la situación, y dijo:
—Tengo planes, Pedri. Tengo una sesión con Vogue.
Gavi se metió en la conversación con una sonrisa burlona.
—¿Quién es vogui? ¿Tu nuevo novio?—preguntó con sarcasmo
Maddy rodó los ojos, acostumbrada a las bromas de Pablo.
—No, Pablo, no es mi novio. Es Vogue, una revista de moda muy importante. —Respondió con una mueca divertida.
—Ah, claro, claro. Yo también tengo una revista llamada Vugui. Es de deportes extremos. —Gavi agregó con una mirada traviesa, disfrutando de su propia broma.
Pedri soltó una carcajada ante la ocurrencia de su amigo.
—¡Vaya, Pablo, eres todo un emprendedor! —exclamó entre risas pedri
Se estaban riendo de ella y eso no lo iba a permitir.
—No pienso cancelar mis planes, chicos —declaró con firmeza.
Pedri y Gavi intercambiaron una mirada de pánico antes de que Pedri se volviera hacia Maddy con una expresión suplicante.
—Por favor, Mads, es importante para nosotros. La familia de Gavi está emocionada de conocerte y no queremos arruinar esto —rogó Pedri, con una nota de desesperación en su voz.
Gavi asintió rápidamente desesperado, siguiendo el ruego de su amigo.
—Sí, por favor, Maddy. Será divertido, lo prometo —añadió, con un tono que rebozaba de súplica.
Maddy no pudo contener una carcajada ante la expresión de Pedri y Pablo. Los dos parecían a punto de arrodillarse para rogarle que cambiara de opinión.
—¡Vaya! ¿Estaban a punto de arrodillarse? —exclamó entre risas, mirando alternativamente a Pedri y a Gavi, quienes ahora estaban un poco ruborizados por su dramática reacción. —Estaba bromeando. Por supuesto que iré con ustedes —anunció con una risita traviesa.
