37. The Archer

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Gritando: ¿Quién alguna vez podría dejarme, querido?
Screaming: Who could ever leave me, darling?
Pero ¿quién podría quedarse?
But who could stay?
—TS

Gritando: ¿Quién alguna vez podría dejarme, querido?Screaming: Who could ever leave me, darling?Pero ¿quién podría quedarse?But who could stay?—TS

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Maddy no había podido dejar de pensar en Pablo. Desde su última conversación, el dolor y la culpa la habían consumido. Después de varios días, finalmente decidió regresar a su casa para intentar hablar una vez más. Necesitaba disculparse por todo lo que había pasado y aclarar sus sentimientos.

Cuando llegó a la casa de Pablo, notó que había un coche estacionado en la entrada que no reconoció. Se acercó a la puerta y, justo cuando estaba a punto de tocar, escuchó risas provenientes del interior. La puerta estaba entreabierta, y Maddy, impulsada por la curiosidad y la incertidumbre entró

Vio a Gavi en el sofá, sonriendo y conversando animadamente con una mujer joven. Una punzada de celos y dolor atravesó su corazón, y de inmediato su mente empezó a asumir lo peor. Sin pensarlo dos veces, giró sobre sus talones y comenzó a alejarse rápidamente.

Antes de que pudiera llegar a la puerta de nuevo, escuchó la voz de Pablo llamándola.

—¡Maddy, espera! —dijo él, apresurándose a alcanzarla. Maddy se detuvo, aunque no se giró para mirarlo.

—No tienes que explicarme nada —dijo ella con la voz temblorosa, las lágrimas amenazando con brotar.

—Esa es mi prima, Maddy. Solo mi prima. Por favor, no te vayas así —explicó Pablo, su voz llena de preocupación y urgencia. —Ven, te la presentaré.

Maddy se maldijo a sí misma, sintiéndose avergonzada por su desconfianza, lo siguió. Pablo la condujo al salón donde la mujer se había levantado al verlos entrar.

—Maddy, esta es Laura, mi prima. Laura, ella es Maddy —dijo Pablo, haciendo las presentaciones.

Laura sonrió cálidamente y extendió su mano. —Hola, Maddy. He oído mucho sobre ti.

Maddy le devolvió la sonrisa, aunque todavía se sentía incómoda. —Hola, Laura. Es un placer conocerte.

Laura asintió comprensivamente, pareciendo captar la tensión en el aire. —Voy a dejaros solos. Ha sido un placer, Maddy —dijo antes de salir discretamente de la sala.

Una vez solos, Maddy y Pablo se miraron a los ojos, cada uno buscando las palabras adecuadas. Finalmente, Maddy rompió el silencio.

Maddy habló, su voz temblorosa pero firme. —Pablo, lo siento tanto por lo que dije el otro dia. No quería hacerte sentir insuficiente. Te quiero más de lo que puedo expresar con palabras, y lo último que quiero es perderte—

Pablo sintió un nudo en la garganta mientras escuchaba a Maddy.

Dio un paso hacia ella y tomó sus manos, apretándolas suavemente—Maddy, yo también lo siento. Fui cruel y dije cosas que no quería decir. Te quiero, y odio sentirme tan impotente cuando estoy lejos de ti. No quiero que te vayas a Nueva York. Te quiero aquí, conmigo...Eres la mujer de mis sueños, y no puedo imaginar mi vida sin ti—

The alchemy | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora