Madelaine González, la estrella en ascenso de Hollywood y hermana del famoso futbolista Pedri González, se muda a Barcelona. Allí conocerá a Pablo Gavi, la joven promesa del Barça y mejor amigo de su hermano.
¿Qué pasará cuando Madelaine intente ad...
One kiss is all it takes Falling in love with me Possibilities I look like all you need
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El sol apenas comenzaba a salir cuando Maddy se despertó. Hoy era un día especial, el cumpleaños de Ferran Torres. Había prometido llevar un pastel casero a la celebración. Se levantó de la cama con determinación y se dirigió a la cocina.
Pablo, que también se había despertado temprano para su rutina de entrenamiento, se asomó a la cocina al oír el ruido de Maddy preparando los ingredientes. Al verla concentrada, sonrió y decidió ofrecer su ayuda.
—¿Necesitas una mano, Mads? —preguntó, apoyándose en el marco de la puerta, aún sin camisa y con una mirada traviesa.
Maddy levantó la vista, sorprendida pero agradecida. —Claro, Pablo. Pero solo si prometes no comerte la masa antes de que esté lista— bromeó, devolviendo la sonrisa.
Pablo se rió y se acercó para lavarse las manos. —Prometido. ¿Qué estamos haciendo exactamente?
—Un pastel de chocolate para Ferran— explicó Maddy mientras medía el azúcar. —Pero no te preocupes, hay suficiente para que pruebes un poco— añadió con un guiño.
Juntos comenzaron a trabajar, Maddy mezclando los ingredientes secos mientras Pablo se encargaba de los líquidos. La cocina pronto se llenó de risas y comentarios divertidos, la tensión de la noche anterior disolviéndose en la calidez de la mañana.
—¿Así que el plan es fingir que somos pareja todo el día? —preguntó Pablo de repente, rompiendo la rutina. Maddy notó un tono curioso en su voz, casi esperanzado.
—Sí, parece que eso esperan nuestros amigos— respondió Maddy, con una pequeña sonrisa. —Creo que podemos manejarlo, ¿no?
Pablo asintió, su expresión algo más seria. —Claro, podemos hacerlo creíble. Pero, ¿qué pasa si hay que... ya sabes, hacer algo más convincente?
Maddy se detuvo por un momento, su corazón acelerándose. —Podemos discutirlo más tarde—dijo suavemente, volviendo a su tarea. Pero el comentario quedó en el aire, creando una nueva capa de tensión.
Finalmente, el pastel estaba listo para el horno. Maddy y Pablo se miraron satisfechos con su trabajo conjunto. —Gracias por tu ayuda, Pablito. Realmente lo aprecio— dijo Maddy, dándole un ligero empujón en el hombro.
—Siempre estoy aquí para ayudar, Mads— respondió él, devolviéndole el gesto con una sonrisa que iluminaba toda la cocina.
El pastel de chocolate salió perfecto del horno, y después de dejarlo enfriar y decorarlo, Maddy y Pablo estaban listos para ir a la fiesta
—Vamos, chicos, no queremos llegar tarde— dijo Pedri, sonriendo mientras observaba a Maddy y Pablo. —Y recuerden, actúen como si realmente fueran pareja—
