14. EXPOSED

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POV MADDY

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POV MADDY

¿Acaso habían hecho incluso una presentación de PowerPoint para mostrar nuestros amoríos? Espero que no, de verdad espero que no.

Malditos.

¿Qué clase de managers hacen eso? ¿Cuál era la necesidad de exponer la vida amorosa de ella... y de Pablo? No quería saber quiénes eran las chicas con las que Pablo se revolcaba; pobres chicas.

La gran pantalla frente a mí se iluminó, revelando el título "MADS" en letras mayúsculas. Tragué saliva, mirando nerviosamente a Pablo, que estaba sentado a mi lado algo tenso con la mandíbula apretada.

Rey del mewing.

—Empezaremos contigo, Madelaine —dijo Sonia.

Primera diapositiva:

1. Lorenzo Zurzolo 2000, italiano

2. Milo Manheim 2001, estadounidense

Podía sentir la mirada de Pablo sobre mí, pero me negué a devolverle la mirada.

POV PABLO
Mierda, todo esto era un completo desastre. Miraba la pantalla con una mezcla de incredulidad y desdén mientras se proyectaban las imágenes de los supuestos ex de Maddy. No podía evitar sentir una punzada de celos al ver las fotos y pensar en las relaciones que ella había tenido. ¿Qué tenían estos chicos que yo no tuviera? No podía evitar compararme con ellos, preguntándome qué habían visto en ellos que no vieran en mí. Intenté mantener una expresión indiferente, pero por dentro me estaba retorciendo de envidia.

3. Vinnie Hacker 2002, estadounidense

POV MADDY

4. Louis Partridge 2003, británico

Sentí que mi corazón se estrujaba al ver lo felices que ambos nos veíamos en las fotos. Quise soltar una lágrima, pero me recordé que Pablo se encontraba en la misma habitación.

Salí con estas cuatro personas, sí... aunque ninguna de estas relaciones se haya confirmado, los rumores y pruebas estaban ahí, y se seguía hablando de ello.

Suspiré, sintiendo que habían acabado de mostrar mi vida amorosa, pero no fue así.

Quinta diapositiva:

5. Jude Bellingham, 2003, británico

Mierda, mierda, mierda

¿Ppor qué tenían que exponerme de esa manera? Fue la única relación que no fue pública, muy pocos sabían de esto, sin embargo, ahí estaban las pruebas.

—Eres un caso aparte, Florencia. Con la cara de ángel que te cargas, ¿quién diría que... —Pablo no pudo terminar su frase porque...

—No te atrevas a terminar esa oración, Pablito —dije amenazantemente—. Espera, ¿acaso me has llamado ángel otra vez, Pablo? —dije en tono burlón.

—Por ángel me refería a demonio —dijo Pablo un tanto molesto, reflexionando sobre sus palabras—. Y no me llames Pablo.

—Bien, lo haré si tú dejas de llamarme así.

—¿Así cómo? FLO-REN-CIA.

Me puse de pie y estuve a punto de pegarle un puñetazo en la cara a Pablo cuando fui interrumpida por William.

—Alto, aún no terminamos contigo, Florencia.

Mi rostro palideció. No, no había forma de que supieran de él, ¿cierto?

¿Cierto?

Mierda. Estaba tan equivocada.

Sexta diapositiva:

6. Julio Peña 2000, español

Me dejé caer en la silla, con la mirada perdida. Sabía que probablemente Pablo se estaba riendo de mi reacción, pero no me importaba en lo absoluto. Lo que había visto no me había gustado para nada. Sentía mi cuerpo temblar de enojo. Me había esforzado para que nadie se enterara de mi relación con Julio. Quería hacer las cosas bien con él, por lo que habíamos tomado precauciones para evitar escándalos. Nuestros encuentros habían sido privados pero lindos, en mi casa y en el restaurante de mi mejor amigo, Ale, donde ningún jodido paparazzi o la prensa española nos pudo haber visto o seguido.

O eso creía yo, porque las fotos de evidencia que se mostraban fueron tomadas solo hace unos días... en el porche de mi casa. Ni la prensa ni los paparazzi sabían dónde vivía. De eso estaba completamente segura. Mi abuelo se había encargado de ello, pues pagaba una cantidad alta de dinero para que información como esa no se diera a conocer.

Cuando dirigí mi mirada a mi manager, este me veía con una mueca entre triste y con un poco de lástima, confirmando mi sospecha. Esas fotos fueron tomadas con autorización y por órdenes de mi abuelo.

Sentí que mi mundo comenzaba a cerrarse sobre mí. Mi respiración se aceleró y sentí un nudo en el pecho.

"Calma, Maddy", me dije a mí misma, tratando de mantener la compostura.

A su vez, la presentación de Pablo había comenzado. Me acomodé en mi asiento, mirando al frente, intentando concentrarme en mi respiración, pero los pensamientos seguían arremolinándose en mi mente.

No podía escuchar ni leer nada, únicamente me limité a ver las imágenes de las chicas con las que Pablo se había liado. Todas castañas, ojos verdes o marrones, claramente tenía un tipo y no eran nada como yo.

Sentía mi garganta seca, necesitaba agua. Intenté abrir la botella de agua que tenía enfrente, pero mis manos temblaban demasiado para abrirla.

Fue entonces cuando Gavi, quien había dejado de ver la pantalla hace rato al ver que yo estaba a punto de tener un ataque de pánico, sostuvo la botella de agua aún en mis manos. Acarició suavemente mi mano y me quitó la botella para abrirla.

Mads, respira —dijo suavemente, su voz firme y calmada—. Toma —dijo extendiéndome la botella de agua.

Asentí, cerrando los ojos. Poco a poco, mi respiración comenzó a estabilizarse y el nudo en mi pecho se aflojó.





 Poco a poco, mi respiración comenzó a estabilizarse y el nudo en mi pecho se aflojó

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quien pudiera ser maddy para salir con puro guapo 😍

The alchemy | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora