Madelaine González, la estrella en ascenso de Hollywood y hermana del famoso futbolista Pedri González, se muda a Barcelona. Allí conocerá a Pablo Gavi, la joven promesa del Barça y mejor amigo de su hermano.
¿Qué pasará cuando Madelaine intente ad...
La noche de la gala del Balón de Oro era un evento que cualquier futbolista anhelaba, y para Pablo Gavi, significaba más que un simple evento.
Estaba nominado para el premio Golden Boy, otorgado al mejor jugador joven del año, y la emoción de la posibilidad de ganar estaba acompañada de un nerviosismo palpable.
Pablo se miraba en el espejo, ajustando su moño por enésima vez. Sus manos temblaban ligeramente, y el nerviosismo era evidente en su expresión.
Maddy, que había estado observándolo desde la cama del hotel, se levantó y se acercó a él con una sonrisa tranquilizadora.
—Déjame ayudarte con eso— dijo, tomando el moño y arreglándolo con destreza. — No tienes por qué estar tan nervioso, Pablo. Has hecho una temporada increíble.—
Pablo suspiró, sus ojos reflejando la mezcla de emociones que sentía. —No puedo evitarlo, Maddy. ¿Y si no gano? ¿Y si Jude Bellingham se lleva el premio? Recuerdo que tú misma dijiste una vez que él sería el ganador."—
Maddy rio suavemente, acariciando su mejilla. —¿Eso? Sabes que lo dije solo para molestarte, en ese tiempo nos "odiábamos" ¿recuerdas?. Pero en serio amor, desde el primer momento en que te vi jugar, supe que eras un gran futbolista. No tengo ninguna duda de que ganarás este año. Eres el mejor, Pablo, y estoy muy orgullosa de ti. —
Pablo la miró con ternura, su nerviosismo disminuyendo ligeramente ante sus palabras. La abrazó con fuerza, sintiendo el consuelo de su presencia. —Gracias, Maddy. Tus palabras significan mucho para mí. —
—Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase, — respondió ella, acariciando su espalda.
Sus bocas se encontraron en un beso suave, que se profundizó rápidamente, convirtiéndose en un apasionado encuentro de lenguas. Pablo sostuvo su rostro con ambas manos, sintiendo su cuerpo encenderse con cada caricia de sus labios. Maddy se aferró a él, disfrutando de la intimidad y la conexión que compartían.
—Vamos, golden boy —dijo finalmente, separándose con una sonrisa —Es hora de deslumbrar al mundo. —
Pablo asintió, sintiendo una renovada confianza. Con Maddy a su lado, sabía que podía enfrentar cualquier desafío.
Llegaron al lugar de la gala, donde las cámaras y los flashes los recibieron con entusiasmo.
Pedri también los acompañaba, brindándole un apoyo adicional. Los tres caminaron juntos por la alfombra roja, saludando a los fans y posando para las fotos.
El ambiente dentro del teatro estaba cargado de emoción. Las estrellas del fútbol de todo el mundo estaban presentes, y las expectativas eran altas.
Pablo, Maddy y Pedri se sentaron juntos, esperando ansiosamente el momento del anuncio.
Mientras las presentaciones y los discursos continuaban, Pablo no podía evitar sentir un nudo en el estómago. Maddy, notando su nerviosismo, tomó su mano y la apretó suavemente. —Todo va a salir bien, Pablo— le susurró al oído.
Finalmente, llegó el momento tan esperado. El presentador y Pedri subieron al escenario con un sobre dorado en la mano, y la audiencia se sumió en un silencio expectante. —Y el ganador del premio Golden Boy de este año es... —dijeron abriendo el sobre lentamente. —¡Pablo Gavi!—
El teatro estalló en aplausos y vítores. Pablo se quedó momentáneamente inmóvil, procesando la noticia. Maddy, con lágrimas de felicidad en los ojos, lo abrazó con fuerza. —¡Lo hiciste, amor! ¡Sabía que ganarías!—
Pablo se levantó, aún un poco aturdido, y caminó hacia el escenario. Pedri lo abrazó, dándole una palmada en la espalda y junto al presentador, le entregó el trofeo y lo felicitó.
Pablo se acercó al micrófono, mirando a la audiencia con una mezcla de emoción y gratitud.
—Gracias, muchas gracias a todos. Este es un honor increíble, y estoy muy agradecido por este reconocimiento. Quiero agradecer a mi familia, a mis compañeros de equipo, y a todos los entrenadores que me han ayudado a llegar hasta aquí. No podría haberlo hecho sin su apoyo y guía.—
Se detuvo un momento, sus ojos buscando a Maddy en la multitud. Cuando la encontró, su sonrisa se hizo aún más amplia. —Y, sobre todo, quiero agradecer a alguien muy especial para mí. Maddy, gracias por ser mi roca, por creer en mí cuando yo mismo dudaba. Tu amor y apoyo significan el mundo para mí, y no estaría aquí sin ti. Este premio es tanto tuyo como mío. Te amo. Y visca el barça—
Maddy sintió las lágrimas llenando sus ojos mientras todos aplaudían. Pedri le dio una palmadita en la espalda, sonriendo orgulloso de su amigo y cuñado.
La audiencia aplaudió con entusiasmo, y Maddy se sintió inundada de emociones.
Después del discurso, Pablo bajó del escenario y regresó a su asiento, donde fue recibido con abrazos y felicitaciones.
Maddy lo besó profundamente, sus labios encontrándose en un beso lleno de amor y orgullo.
—Estoy tan orgullosa de ti, Pablo—dijo ella, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.
—Gracias, amor. No podría haberlo hecho sin ti—respondió él, acariciando su mejilla.
Maddy sonrió, sintiéndose abrumada por el orgullo y el amor. —Sabía que podías hacerlo. Siempre he creído en ti.—
Pablo la abrazó de nuevo, sintiendo la paz y la felicidad envolviéndolos. —No sé qué hice para merecerte, pero haré todo lo posible para estar a la altura.—
La noche continuó con celebraciones, risas y momentos inolvidables. Pablo y Maddy bailaron juntos, disfrutando de la magia de la noche y la alegría del triunfo. Cada mirada, cada sonrisa, fortalecía el vínculo entre ellos.
Finalmente, cuando la noche llegaba a su fin, Pablo y Maddy se retiraron al hotel, agotados pero felices. Mientras se preparaban para dormir, Pablo tomó la mano de Maddy y la besó suavemente.
—Te amo, Maddy—susurró, sus ojos reflejando la sinceridad de sus palabras. —Eres mi todo.—
—Y yo te amo a ti, Pablo—respondió ella, acurrucándose a su lado. —Siempre estaré aquí para ti, en cada triunfo y en cada desafío. Somos un equipo, y juntos podemos lograr cualquier cosa.—
Con esas palabras, se durmieron en los brazos del otro, sabiendo que su amor y su apoyo mutuo los llevarían a través de cualquier adversidad.
La gala del Balón de Oro fue solo el comienzo de una serie de éxitos y momentos compartidos, cada uno de ellos fortaleciendo el amor y la conexión que compartían.
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