Madelaine González, la estrella en ascenso de Hollywood y hermana del famoso futbolista Pedri González, se muda a Barcelona. Allí conocerá a Pablo Gavi, la joven promesa del Barça y mejor amigo de su hermano.
¿Qué pasará cuando Madelaine intente ad...
Y sé que cometo los mismos errores cada vez And I know I make the same mistakes every time
Puentes arden, nunca aprendo Bridges burn, I never learn
Al menos hice una cosa bien At least I did one thing right
Hice una cosa bien I did one thing right —CIWYW TS
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Julio 2022 Barcelona
Los días que siguieron fueron un bálsamo para sus almas heridas, y la vida parecía brillar con una nueva luz. Cada momento juntos era una confirmación de su amor, y ambos deseaban dar el siguiente paso.
Una tarde, Pablo decidió que era hora de hacer oficial su relación. Quería que Maddy fuera su novia de verdad, sin fingimientos, sin apariencias. Quería que el mundo supiera que eran pareja, no por conveniencia, sino por amor.
Pablo decidió hacer algo especial. Planeó una velada íntima en su casa, llena de detalles que sabía que Maddy apreciaría. Decoró el salón con luces suaves y velas, creando una atmósfera cálida y romántica. En la mesa, dispuso una cena que había preparado con esmero, recordando los platos favoritos de Maddy.
Cuando ella llegó, quedó sorprendida por el ambiente. Sus ojos brillaban con una mezcla de sorpresa y emoción.
—Pablo, esto es... hermoso —dijo, su voz suave mientras recorría con la mirada el salón iluminado.
Pablo sonrió, acercándose a ella y tomando sus manos.
—Quería hacer algo especial para ti. Para nosotros —dijo, besando suavemente sus manos.
Se sentaron a cenar, disfrutando de la comida y de la compañía del otro. Las risas y las conversaciones fluyeron con naturalidad, llenando el espacio con una calidez que ambos habían anhelado. Pero Pablo tenía algo más en mente, algo que llevaba semanas planeando.
Después de la cena, la música suave llenó el aire, y Pablo se levantó, extendiendo su mano hacia Maddy.
—¿Bailas conmigo? —preguntó, sus ojos llenos de ternura.
Maddy sonrió, tomando su mano y dejándose guiar hasta el centro del salón. Se movieron al compás de la música, sus cuerpos perfectamente sincronizados. Pablo la miró a los ojos, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
—Maddy, hay algo que quiero decirte —comenzó, su voz llena de emoción.
Ella lo miró, expectante, sus ojos reflejando el amor y la curiosidad.
—Desde que todo esto comenzó, desde que empezamos con esta farsa, nunca imaginé que terminaría sintiendo algo tan real, tan profundo por ti. Te quiero, Maddy. Y no quiero seguir fingiendo. Quiero que seas mi novia, de verdad.
