Madelaine González, la estrella en ascenso de Hollywood y hermana del famoso futbolista Pedri González, se muda a Barcelona. Allí conocerá a Pablo Gavi, la joven promesa del Barça y mejor amigo de su hermano.
¿Qué pasará cuando Madelaine intente ad...
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Junio 2022 Barcelona
11:00pm
Después de la maratón de Stranger Things y la película de terror, todos se habían retirado a sus habitaciones para descansar.
Sin embargo, Maddy no podía dormir. Las escenas de la película de terror seguían rondando en su mente, llenándola de un miedo irracional que no la dejaba conciliar el sueño. Cada sombra en la habitación parecía tomar forma, cada crujido del piso la hacía sobresaltarse.
Finalmente, harta de dar vueltas en la cama y abrazar su almohada en un intento vano de sentirse segura, Maddy decidió que necesitaba compañía.
Solo había una persona en la casa que podía darle la tranquilidad que necesitaba: Pablo Gavi
Se levantó de la cama, envolviéndose en su manta para protegerse del frío nocturno y, quizás, también de los monstruos imaginarios que acechaban en su mente. Abrió la puerta de su habitación con cuidado, tratando de no hacer ruido.
Para su sorpresa, al salir al pasillo, se encontró con Pablo, que también estaba saliendo de su habitación en ese mismo instante. Él llevaba una camiseta blanca ajustada y unos pantalones de pijama cómodos, con el cabello algo despeinado. Simplemente hermoso.
—¿No puedes dormir, cariño? —preguntó Pablo, arqueando una ceja con una sonrisa divertida.
—No... —admitió Maddy, sintiéndose un poco tonta—. La película me dejó muy nerviosa.
—¡Oh, la valiente Max Mayfield tiene miedo! —bromeó Pablo, pero su tono era cariñoso.
—No me molestes, Pablo —dijo Maddy, acercándose más a él—. ¿Puedo dormir contigo esta noche?
Pablo la miró, fingiendo sorpresa y luego un poco de resistencia.
—¿Dormir conmigo? ¿Estás segura de eso?
—Si no quieres, encontraré a otro hombre que duerma conmigo —respondió Maddy, cruzándose de brazos en un intento de mostrarse decidida.
Los ojos de Pablo se estrecharon ligeramente, y su expresión se tornó más seria.
—Eso no va a pasar, Madelaine. No necesitas a nadie más.
Pablo hizo una pausa, mirándola fijamente antes de soltar una última broma.
—Oye, ¿te diste cuenta de que hay alguien detrás de ti?
Maddy giró la cabeza instintivamente, un escalofrío recorriéndole la espalda. Antes de que pudiera reaccionar, Pablo la atrapó en sus brazos, riendo suavemente.
—¡PABLO PÁEZ GAVIRA! —exclamó Maddy, su corazón latiendo a mil por hora—. ¡No juegues así!
—Lo siento, lo siento —dijo él, tratando de contener su risa—. Pero vamos, ya que estás aquí, claro que puedes dormir conmigo.