𝒜𝓁𝓁 𝑀𝒾𝑔𝒽𝓉 𝓍 𝐸𝓃𝒹𝑒𝒶𝓋𝑜𝓇 𝓍 𝓁𝑒𝒸𝓉𝑜𝓇𝒶 [🔥🌞]

capítulo veintitrés.

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—tu cabello es muy lindo, cielo.

Yagi me ayudaba a secarme el cabello. Después de que Katsume me haya colgado a los pocos segundos escuché la voz de mi rubio avisándome de que la comida estaba lista. Le dije que solo me lavaria el cuerpo y él espero pacientemente afuera en la recamara. A los minutos de haber terminado salí con ropa cómoda y una toalla de color crema en vuelta en mi cabello.

Ahora él estaba ayudándome a peinarlo y a secarlo. A pesar de hacerme platica su mirada estaba pérdida, estaba dudando. ¿Dudando de qué? ¿Qué era lo que tenía a mi rubio tan preocupado y triste?

—Akane... ¿Recuerdas que dije que yo también tenía algo que contar?

Asentí con la cabeza, mis ojos observarón mis manos que estaban en mi regazo y alce la mirada hasta el espejo que tenía frente a mí, para poder observar el rostro de Yagi y sus movimiento.

—Hay algo... Que no te he contado.

No dije nada, seguía observándolo por el espejo, él dio una última pasada a mi cabello con el cepillo rosa y lo dejo arriba del mueble, sus azules me observarón por el espejo y me regalo de nuevo aquella sonrisa forzada.

No, no me des una sonrisa falsa amor. Me gustan tus sonrisas sinceras y llenas de vida, me gusta ver como muestras tus dientes y como tus ojos se hacen más pequeños. Me fascina ver los hoyuelos que se forman en tus mejillas cuando solo sonríes sin mostrar tu dentadura perfecta.

Por favor, regalame más sonrisas así.

Y no las forzadas.

—yo... Tengo que ir a estados unidos por un año ¿Me esperarás?

-Siempre.

No dude en responder aquello con seriedad. Estaba completamente segura de que lo haría, de que podía esperar a este rubio y a Mi pelirrojo todo el tiempo del mundo. Sonará algo que no es sano y la verdad estoy consciente de que no lo es, pero era la verdad, si ellos me pidieran tiempo se los daría.

Incluso si es un año.

Dos.

O cinco.

Les daría todo el jodido tiempo del mundo porque los amaba.

—¿E-enserio?—Él abrió grande sus ojos.

Me di la vuelta aun sentada en la silla y lo observé con una sonrisa pequeña, tome sus mejillas entre mis pequeñas manos, no dude en dejarle suaves caricias mientras observaba sus ojos azules. ¿Lo dudaba? No debería.

¿Tenía muchas dudas?
Claro que si.
¿Me ponía triste saber que se iría? Demasiado.
¿Estaba confundida?
Mucho.
¿Quería llenarlo de preguntas ahora mismo?
Por supuesto.

¿Entonces porqué no lo hacía?

—Te esperaré todo el tiempo que necesites, no te preguntare el porque necesites ir a estados unidos tanto tiempo. Aunque deseo hacerlo.

Porque se lo preocupado y triste que has estado, lo que menos quiero es verte así de nuevo, por eso... Por eso no me opondría a eso, no haría preguntas y no lloraría por la noticia.

Ya lo haría estando sola.

No ahora.

No mañana.