𝒜𝓁𝓁 𝑀𝒾𝑔𝒽𝓉 𝓍 𝐸𝓃𝒹𝑒𝒶𝓋𝑜𝓇 𝓍 𝓁𝑒𝒸𝓉𝑜𝓇𝒶 [🔥🌞]

𝘾𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙫𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙣𝙪𝙚𝙫𝙚.

𝒜𝓁𝓁 𝑀𝒾𝑔𝒽𝓉 𝓍 𝐸𝓃𝒹𝑒𝒶𝓋𝑜𝓇 𝓍 𝓁𝑒𝒸𝓉𝑜𝓇𝒶 [🔥🌞]
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All for one.

Mi vida era gris, mataba por placer, en busca de mi propio placer para sentir algo, para sentir miedo, lastima, remordimiento. Cualquier sentimiento que me hiciera sentir que estaba vivo, pero jamás sentí algo por mucho que asesinara o hiciera el mal.

Hasta que la conocí.

Tan débil.

Tan indefensa.

Tan bella.

Tan mía.

Ella era la criatura más perfecta que mis ojos pudieran haber visto, sus bellos ojos color púrpura, demonios. Cómo amaba cuando ella me observaba, esos grandes ojos eran mi perdición, me daban paz. Amaba escuchar mi nombre salir de esos esponjosos y dulces labios, amaba que me regañara, solo dejaba que ella lo hiciera.

Solo ella.

Mi amor.

Mi reina.

Ella llenó mi mundo de colores, pintó con su presencia mi mundo tan gris, cuándo estaba al lado de ella sentía las dichosas mariposas, al principio creí que era causado por algo que había comido, pero conforme pasaba a su lado me di cuenta que no era por eso, era porque ella me había sentir vivo, ella era mi mundo.

A ella no le importa quien era y quién fui, dejé la idea de poseer el Don que tanto anhelaba tener en mi poder porque pensaba que solo él podía hacerme sentir algo. Pero como ahora la tenía a ella ya no hacía falta ese don. Yo la tenía a ella. A mí Enaka, no sé cómo ella odiaba su nombre si para mí era bello, a ella le gustaba más que le dijeran Aiko, pero yo siempre le molestaba diciéndole por su lindo nombre.

Ella estaba sola, salvó a su hermano, ellos estaban juntos, eran muy unidos, ella lo amaba a él y él a ella, jamás había visto una unión y un amor tan lindo como la de aquel par de hermanos. Me case con ella, me case enamorado y poco tiempo después ella me dió la bella noticia de que estaba esperando un hermoso bebé.

Un bebé mío y de ella, de nosotros.

—¿Tienes miedo?—La dulce voz de mi mujer habló en la habitación.

—No—Mentí yo mientras ponía una de mis manos en su vientre, aún no era tan gordo, tenía solo tres meses pero amaba hacer eso.

—Mentiroso.

¿Cómo era capaz de ver mis mentiras? Está mujer me enamoraba pero me asustaba al mismo tiempo cuando era capaz de ver a través de mi, como si fuera un libro abierto que deseaba ser leído solo por ella, había Sido creado solo para que mis páginas sean tocados por sus lindos dedos y sus ojos leyeran cada letra y párrafo de mí. Solo por y para ella.

—Es obvio que tengo miedo, muñeca.

—Deja de decirme así.

—No puedo, es inevitable no decirte así, tienes un rostro de ensueño como de una bella y delicada muñequita—Sostuve su rostro entre mis manos.—¡Me encanta! Espero que nuestro bebé sea niña y sea igual a ti.