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El jueves llegó rápidamente, y con él la anticipación de una nueva cita con Nico. Me encontraba en mi habitación, eligiendo cuidadosamente mi atuendo para la noche. Quería verme bien, pero también sentirme cómoda y ser yo misma. Finalmente, opté por un vestido sencillo pero elegante y unos zapatos cómodos.

Nico llegó a las 8 en punto, puntual como siempre. Cuando lo vi, mi corazón se aceleró. Estaba tan guapo y parecía tan feliz de verme que no pude evitar sonreír. Nos saludamos con un abrazo cálido antes de dirigirnos al restaurante que había elegido.

El restaurante era acogedor, con luces tenues y una decoración rústica que le daba un ambiente íntimo. Nos sentamos en una mesa junto a una ventana que daba a un pequeño jardín iluminado. Mientras mirábamos el menú, Nico rompió el silencio.

"¿Cómo te fue en la uni esta semana?" preguntó, mirándome con interés.

"Fue una semana bastante ocupada," respondí. "He estado casi todos los días en el laboratorio haciendo pruebas, un poco aburrido pero bien."le sonreí

Nico asintió, sonriendo. "¿Siempre quisiste estudiar Farmacia?"

Tomé un sorbo de mi vino y asentí, pensando en cómo había llegado a esta decisión. "Sí, siempre me interesó la ciencia y cómo los medicamentos pueden ayudar a las personas. Pero hay más detrás de mi elección."

"¿Quieres contármelo?" preguntó Nico, apoyando los codos en la mesa y mirándome con atención.

"Claro," dije, sintiendo que podía abrirme a él. "Cuando era pequeña, mi abuela se enfermó gravemente. Pasamos mucho tiempo en el hospital, y yo la veía tomar muchos medicamentos. Quería entender qué eran esos medicamentos y cómo podían ayudarla. Fue entonces cuando decidí que quería estudiar algo relacionado con la salud."

"Eso es muy noble," dijo Nico, con una expresión de admiración. "¿Tu abuela se recuperó?"

"Sí, gracias a los médicos y a los tratamientos, pudo recuperarse y vivió varios años más," respondí, con una sonrisa nostálgica. "Siempre me animó a seguir mis sueños y a estudiar mucho. Ella fue una gran inspiración para mí."

"Tu abuela debe estar muy orgullosa de ti, donde quiera que esté," dijo Nico, tomando mi mano por un momento.

"Gracias, Nico," dije, apretando suavemente su mano. "Y tú, ¿siempre quisiste ser futbolista?"

Nico se recostó en su silla, pensando por un momento antes de responder. "Sí, desde que tengo memoria. Crecí en una familia donde el fútbol era una gran parte de nuestras vidas. Mi hermano Iñaki y yo siempre tuvimos el fútbol en nuestras venas."

"Debe haber sido increíble crecer en un entorno así," comenté, imaginando las dinámicas familiares.

"Lo fue," dijo Nico, sonriendo. "Recuerdo que cuando era pequeño, solíamos jugar en el parque todos los días después de la escuela. Mi papá nos enseñaba trucos y técnicas, y nos motivaba a mejorar. Siempre fue un sueño mío  jugar profesionalmente."

"¿Hubo algún momento en particular que te hiciera decidir que querías dedicarte al fútbol?" pregunté, curiosa por conocer más de su historia.

Nico asintió. "Sí, hubo un momento que lo cambió todo. Tenía unos diez años y fuimos a ver un partido del Athletic de Bilbao en San Mamés. La atmósfera, la pasión de los aficionados, la forma en que los jugadores se movían en el campo... fue mágico. Recuerdo haberle dicho a mi papá esa noche que algún día quería estar ahí, en ese campo, jugando para el Athletic."

"Y ahora lo estás," dije, sintiendo una oleada de orgullo por él.

"Sí," dijo Nico, sonriendo ampliamente. "Pero no fue un camino fácil. Hubo muchas horas de entrenamiento, sacrificios y momentos en los que dudé de mí mismo. Pero siempre tuve el apoyo de mi familia, y eso hizo toda la diferencia."

"Es increíble lo lejos que has llegado," dije, admirándolo aún más. "Eres una inspiración para muchas personas, incluido mi hermano Hugo."

Nico sonrió. "Hugo es un gran chico. Tiene mucha energía y pasión. ¿Él también quiere ser futbolista?"

"Sí, lo idolatra," dije, riendo suavemente. "Siempre habla de seguir tus pasos y los de Iñaki."

"Eso es genial," dijo Nico, con una mirada soñadora. "Me encantaría ayudarlo a alcanzar sus sueños también."

La cena continuó con conversaciones sobre nuestras familias, nuestras pasiones y sueños. Cada vez que Nico hablaba de su amor por el fútbol, veía un brillo en sus ojos que reflejaba su dedicación y entusiasmo. Y cada vez que compartía algo sobre mi amor por la ciencia y la farmacia, él me escuchaba con una atención genuina que me hacía sentir especial.

Después de la cena, decidimos dar un paseo por el jardín del restaurante. El aire fresco de la noche y la tranquilidad del lugar nos envolvieron en una burbuja de intimidad. Caminábamos de la mano, disfrutando del momento.

"Nico, me alegra que hayamos tenido esta conversación," dije, mirándolo a los ojos. "Conocer más sobre tu historia y tus sueños me hace sentir más conectada contigo."

"Siento lo mismo, Sara," respondió Nico, apretando suavemente mi mano. "Eres una persona increíble, y me encanta escuchar sobre tus pasiones y lo que te motiva. Estoy feliz de que estemos compartiendo estos momentos."

Nos detuvimos junto a una pequeña fuente y nos miramos por un largo momento. Sentía que nuestras historias, aunque diferentes, se entrelazaban de una manera hermosa. Él me atraía no solo por su apariencia y su éxito, sino también por su sinceridad, su dedicación y su corazón generoso.

"Nico," dije suavemente, "gracias por ser tan abierto conmigo. Me haces sentir especial y valorada."

"Es lo menos que puedo hacer, Sara," respondió, acercándose más. "Tú también eres especial para mí. Quiero que sigamos conociéndonos y apoyándonos en nuestros sueños."

Nos besamos suavemente, un beso lleno de promesas y esperanzas. Sentí que en ese momento, estábamos empezando algo hermoso y significativo.

Cuando finalmente nos despedimos esa noche, sentí que había compartido una parte importante de mi vida con Nico y que él había hecho lo mismo conmigo. Nuestros sueños y pasiones nos unían, y sabía que esta conexión seguiría creciendo.

De camino a casa, no podía dejar de pensar en cómo nuestras vidas, aunque diferentes en muchos aspectos, se complementaban de manera tan perfecta. Estaba emocionada por el futuro, por las posibilidades y por los momentos que aún íbamos a compartir.

Nico había entrado en mi vida como una ráfaga de aire fresco, y ahora, más que nunca, estaba segura de que quería explorar este nuevo camino junto a él. Con una sonrisa en el rostro, me preparé para dormir, soñando con el futuro y con todas las aventuras que nos esperaban juntos.

Holaa, ya sabéis darle ⭐, vos estimee.

DESTINO//NICO WILLIAMS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora