Las semanas tras mi separación con Nico se sintieron eternas. Cada día se arrastraba lentamente mientras intentaba concentrarme en mis estudios y mantenerme ocupada. Sin embargo, a pesar de todos mis esfuerzos, no podía evitar pensar en él constantemente. Mis amigos y mi familia me apoyaban, pero había un vacío en mi corazón que nada parecía poder llenar.
Una tarde, mientras estaba en mi habitación revisando unos apuntes de química, mi teléfono sonó. Al ver el nombre de Iñaki en la pantalla, sentí una mezcla de sorpresa y curiosidad. No había tenido mucho contacto con él desde la ruptura con Nico.
"Hola, Iñaki," contesté, intentando sonar animada.
"Hola, Sara," respondió él, su voz cálida y amigable. "¿Cómo estás?"
Suspiré, sabiendo que no tenía sentido fingir. "He estado mejor, para ser honesta. Las cosas han sido difíciles."
"Lo imagino," dijo Iñaki con empatía. "Quería llamarte para ver cómo estabas y también para invitarte a la final de la Copa del Rey. Patricia y yo tenemos entradas y pensamos que sería genial que vinieras con nosotros."
La idea de asistir a la final me emocionaba, pero también me llenaba de temor. No estaba preparada para ver a Nico y enfrentar todas esas emociones de nuevo. Sin embargo, una parte de mí deseaba ese tipo de distracción y, quizás, un poco de esperanza.
"No sé, Iñaki," respondí dudosa. "No estoy segura de estar lista para ver a Nico."
"Lo entiendo, Sara," dijo Iñaki con suavidad. "Pero creo que te vendría bien salir y despejarte un poco. Además, Patri estará allí y siempre es divertido pasar tiempo con ella."
Pensé en ello por un momento. Tal vez Iñaki tenía razón. Necesitaba algo que me sacara de mi rutina y me diera una nueva perspectiva.
"Está bien, aceptaré tu invitación," dije finalmente. "Gracias por pensar en mí."
"Perfecto," dijo Iñaki, sonando contento. "Nos vemos el sábado entonces. Te enviaré todos los detalles."
El día del partido llegó y, a medida que nos acercábamos al estadio, sentí un nudo en el estómago. Patricia y yo hablamos de todo menos de Nico, intentando mantener el ambiente ligero y despreocupado. Sin embargo, no pude evitar que mi mente vagara hacia él cada pocos minutos.
El estadio estaba lleno de energía y emoción. Los fans del Athletic de Bilbao llenaban las gradas, cantando y animando al equipo. Me dejé llevar por el entusiasmo del ambiente, aunque la idea de ver a Nico en el campo seguía pesando en mi mente.
Nos encontramos con Iñaki en la entrada y él nos llevó a nuestros asientos. Patricia se sentó a mi lado, dándome un apretón de manos reconfortante. Iñaki, sentado al otro lado de Patricia, nos miró con una sonrisa tranquila.
"Esto va a ser genial," dijo, intentando animar el ambiente.
El partido comenzó y pronto me encontré absorbida por la acción en el campo. El Athletic jugaba con determinación y pasión, y era difícil no dejarse llevar por el entusiasmo de los hinchas a nuestro alrededor. Intenté no buscar a Nico en el campo, pero mis ojos inevitablemente lo encontraron cada pocos minutos.
El primer tiempo pasó sin goles, y aunque el juego era emocionante, no podía evitar sentirme un poco decepcionada. Durante el descanso, Iñaki y Patricia intentaron mantener la conversación ligera, hablando de todo, desde la comida del estadio hasta anécdotas divertidas de su infancia.
Cuando comenzó el segundo tiempo, la tensión en el aire era palpable. Ambos equipos luchaban con todo lo que tenían, pero el gol seguía siendo esquivo. A medida que el reloj avanzaba, me di cuenta de que mi nerviosismo no se debía solo al juego, sino también a la posibilidad de encontrarme cara a cara con Nico después del partido.
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DESTINO//NICO WILLIAMS
RomanceTras la agotadora temporada de exámenes de enero, Sara decide relajarse y celebrar con sus amigos en una discoteca conocida de la zona. Es allí donde su amigo Asier le presenta a Nico, un encuentro que rápidamente se llena de tensión y atracción. La...