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Era un emocionante comienzo de primavera y con él, llegaron los amistosos de la selección nacional. Nico había sido convocado y no podía estar más emocionado. La casa estaba llena de entusiasmo mientras Nico preparaba su maleta para concentrarse con el equipo.

"¡Sara, no puedo creer que voy a jugar estos partidos! Va a ser increíble," dijo Nico mientras metía sus camisetas y botas en la maleta.

"Estoy tan orgullosa de ti, Nico," respondí, abrazándolo por detrás. "Vas a hacerlo genial. ¿Sabes cuáles son los primeros equipos contra los que van a jugar?"

"Sí," respondió Nico, girándose para mirarme. "Primero jugamos contra Portugal y luego contra Alemania. Dos partidos muy duros, pero estoy listo para el desafío."

"Estoy segura de que lo harás muy bien," le dije, mirándolo con orgullo. "Y Hugo y yo estaremos animándote desde casa."

Nico sonrió y me besó suavemente. "Gracias, Sara. Saber que me apoyas significa mucho para mí."

El día de su partida, lo acompañé al aeropuerto. Aunque me sentía un poco triste de verlo irse, también estaba emocionada por él. Sabía cuánto significaba para Nico jugar con la selección y representar a su país.

"Prométeme que te cuidarás," le dije mientras esperábamos que llamaran su vuelo.

"Lo prometo," respondió, abrazándome con fuerza. "Y también prometo que te llamaré todos los días."

"Eso espero," dije, sonriendo a través de las lágrimas que amenazaban con caer. "Te voy a extrañar mucho."

"Yo también te voy a extrañar, Sara," dijo, dándome un último beso antes de irse. "Nos vemos pronto."

Cuando el avión despegó, me quedé en el aeropuerto por un rato, pensando en lo afortunada que era de tener a alguien como Nico en mi vida. Sabía que su viaje iba a ser una gran oportunidad para él y no podía esperar a verlo brillar en el campo.

Los días siguientes pasaron rápidamente. Nico y yo hablábamos todos los días, y él siempre estaba emocionado de contarme sobre los entrenamientos y la preparación para los partidos. También me enviaba fotos y videos de sus compañeros de equipo y del ambiente en el campamento de la selección.

Finalmente, llegó el día del primer partido contra Portugal. Hugo y yo nos sentamos frente al televisor, ambos vestidos con nuestras camisetas de la selección y listos para animar a Nico y a todo el equipo.

"¡Va a ser un gran partido!" exclamó Hugo, rebotando en el sofá con emoción. "¿Crees que Nico marcará un gol?"

"Estoy segura de que hará todo lo posible," respondí, sonriendo. "Pero lo más importante es que juegue bien y se divierta."

El estadio estaba lleno de fans, y la atmósfera era electrizante. Cuando los equipos salieron al campo, la cámara enfocó a Nico y sentí una oleada de orgullo al verlo con la camiseta de la selección. Se veía concentrado y listo para el desafío.

El partido comenzó con un ritmo frenético. Portugal era un equipo fuerte y tenía a algunos de los mejores jugadores del mundo, pero la selección española no se quedaba atrás. Nico estaba en todas partes del campo, mostrando su habilidad y determinación.

En el minuto 35, después de una serie de pases precisos, Nico recibió el balón justo fuera del área. Con un movimiento rápido, dribló a un defensor y disparó con fuerza hacia la esquina inferior del arco. El portero se lanzó, pero no pudo llegar al balón. ¡Gol de Nico!

Hugo y yo saltamos del sofá, gritando y aplaudiendo con entusiasmo. "¡Lo hizo! ¡Lo hizo!" exclamó Hugo, abrazándome con fuerza. "¡Nico marcó un gol!"

DESTINO//NICO WILLIAMS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora