El cumpleaños de mi madre, se acercaba, y sabía que quería hacer algo especial para celebrarlo. Mi madre siempre había sido el pilar de nuestra familia, y este año quería asegurarme de que se sintiera verdaderamente apreciada. Nico estaba igual de emocionado y me ayudó a planear todo.
El día comenzó con un cielo despejado y un sol brillante. Nico y yo nos levantamos temprano para asegurarnos de que todo estuviera perfecto para la fiesta sorpresa que habíamos planeado. Pasamos la mañana decorando la casa con globos, guirnaldas y fotos familiares. Queríamos que cada rincón reflejara el amor y la gratitud que sentíamos por mi madre.
Hugo también estaba emocionado y nos ayudó a colgar los adornos más altos. Mis abuelos, tíos, primos y otros familiares comenzarían a llegar al mediodía, así que teníamos que asegurarnos de que todo estuviera listo para entonces.
Nico había insistido en preparar su famosa tortilla de patatas, un plato que mi madre adoraba. Mientras él cocinaba, yo me encargaba de preparar los aperitivos y las bebidas. La cocina estaba llena de risas y conversación mientras trabajábamos juntos, y no pude evitar sentirme agradecida por tener a alguien tan maravilloso a mi lado.
Alrededor de las once de la mañana, los primeros invitados comenzaron a llegar. Mi abuela llegó con una bandeja de sus famosas croquetas, y mis tíos trajeron una selección de embutidos y quesos. La casa pronto se llenó de risas y conversación, y el ambiente era cálido y acogedor.
Cuando mi madre llegó a la casa, acompañada por mi padre, su expresión de sorpresa y alegría fue todo lo que necesitábamos para saber que habíamos hecho un buen trabajo. La llevamos al centro de la sala, donde todos los invitados la recibieron con un gran aplauso.
—¡Feliz cumpleaños, mamá! —le dije, abrazándola fuerte.
—Gracias, mi amor —respondió ella, con lágrimas en los ojos. —No puedo creer que hayan hecho todo esto por mí.
—Te lo mereces, Begoña —dijo Nico, entregándole un ramo de flores. —Gracias por ser una madre increíble.
Mi madre lo abrazó también, y luego comenzó a saludar a todos los invitados, agradecida por su presencia y sus buenos deseos. La comida estaba lista, así que comenzamos a servirnos y a disfrutar de los deliciosos platos que todos habían traído.
La tarde transcurrió en un ambiente festivo y lleno de alegría. Los niños corrían y jugaban en el jardín, mientras los adultos conversaban y reían, compartiendo anécdotas y recuerdos. Me sentía bendecida de tener una familia tan unida y amorosa.
Después de comer, llegó el momento de los regalos. Todos se reunieron en la sala mientras mi madre se sentaba en el sillón principal. Le entregamos los regalos uno por uno, y cada presente era recibido con una sonrisa y palabras de agradecimiento.
Finalmente, llegó el momento del regalo de Nico. Había insistido en hacer algo especial, y no sabía exactamente qué esperar. Nico se levantó y le entregó una caja grande y cuidadosamente envuelta.
—Espero que te guste, Begoña —dijo, sonriendo.
Mi madre abrió la caja con cuidado y, al hacerlo, su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y emoción. Dentro había un álbum de fotos personalizado, lleno de recuerdos y momentos especiales de nuestra familia. Había fotos de ella cuando era joven, fotos de su boda, de los nacimientos de sus hijos y de muchos otros momentos importantes.
—Nico, esto es... es maravilloso —dijo mi madre, con lágrimas en los ojos mientras pasaba las páginas. —Gracias, de verdad.
—Quería que tuvieras algo que te recordara todos los momentos hermosos que has compartido —respondió Nico. —Y espero que haya muchos más por venir.
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DESTINO//NICO WILLIAMS
RomanceTras la agotadora temporada de exámenes de enero, Sara decide relajarse y celebrar con sus amigos en una discoteca conocida de la zona. Es allí donde su amigo Asier le presenta a Nico, un encuentro que rápidamente se llena de tensión y atracción. La...