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La noticia se había filtrado, tal y como temíamos que sucediera tarde o temprano. No estaba claro cómo había llegado a los oídos de la prensa, pero un rumor tan emocionante como este no podía mantenerse en secreto por mucho tiempo. Desde el momento en que decidimos compartir la noticia con nuestros amigos y familiares, sabíamos que eventualmente los medios se enterarían. Después de todo, Nico era una figura pública, y cualquier cosa relacionada con él siempre atraía la atención.

Nos despertamos una mañana con titulares en todos los periódicos y en las redes sociales hablando de nuestro embarazo. Aunque habíamos compartido la noticia con nuestros seres queridos en una fiesta privada, el mundo entero ahora parecía querer saber más detalles. Era como si de repente nuestras vidas estuvieran bajo un microscopio, y todos quisieran una pieza de la historia.

Nico y yo decidimos que lo mejor era tomar el control de la situación antes de que los rumores y especulaciones se salieran de control. Aunque ninguno de los dos era amante de la prensa, sabíamos que, dadas las circunstancias, era mejor contar nuestra versión de la historia directamente. Así que, después de una conversación tranquila sobre cómo manejarlo, acordamos hacer una entrevista exclusiva con una de las revistas más respetadas y confiables del país. Queríamos compartir nuestra felicidad en nuestros propios términos, sin que la prensa sensacionalista tergiversara nuestra historia.

El día de la entrevista llegó rápidamente. Nos habíamos preparado mentalmente para todas las preguntas que pudieran hacer, pero aún así había un nerviosismo subyacente en ambos. Decidimos que la entrevista se realizaría en nuestra casa, un ambiente que nos hacía sentir cómodos y seguros. Queríamos que la conversación fuera lo más natural y sincera posible, y estar en nuestro hogar nos ayudaría a lograrlo.

La periodista asignada a la entrevista, Marta Soler, llegó puntualmente acompañada de un fotógrafo. Marta era conocida por su tacto y profesionalismo, lo que nos tranquilizó desde el principio. Después de una breve presentación y algunos minutos de charla informal, nos sentamos en el salón, con las grandes ventanas abiertas dejando entrar la luz del sol y la brisa fresca de la mañana.

—Gracias por recibirnos en su casa y por estar dispuestos a compartir este momento tan especial con nuestros lectores —comenzó Marta, sonriendo cálidamente mientras encendía su grabadora.

—Gracias a ti por tu tiempo, Marta —respondió Nico, tomándome de la mano—. Queríamos asegurarnos de que todo lo que se dijera sobre nosotros y nuestro bebé fuera la verdad, sin distorsiones ni malentendidos.

Asentí, sintiendo la calma que la presencia de Nico siempre me traía. Sabía que, juntos, podríamos manejar cualquier cosa que nos lanzaran.

—Antes de empezar con las preguntas —dijo Marta—, quiero decir que estoy muy emocionada por ustedes dos. Es un momento maravilloso y, como muchos otros, estoy deseando escuchar todo lo que quieran compartir.

Sonreí, agradecida por sus palabras.

—Gracias, Marta. Ha sido un camino largo para llegar aquí, y estamos muy felices de finalmente poder compartirlo.

Marta se tomó un momento para revisar sus notas antes de empezar con las preguntas.

—Entonces, empecemos desde el principio. Sara, Nico, ¿cómo ha sido para ustedes recibir esta noticia tan maravillosa? ¿Cómo reaccionaron cuando se enteraron de que estaban esperando un bebé?

Tomé aire antes de responder, recordando con claridad ese momento en la playa cuando le conté a Nico.

—Para ser honesta, cuando lo supe, fue una mezcla de alegría y miedo. Después de lo que pasó la última vez, estaba aterrada de que algo pudiera salir mal de nuevo. Pero con el tiempo, esa sensación de temor fue siendo reemplazada por esperanza. No le dije a Nico hasta que estuve segura de que todo estaba bien. Quería que cuando lo supiera, no hubiera lugar para el miedo, solo para la felicidad.

DESTINO//NICO WILLIAMS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora