𝟏𝟓: 𝐄𝐥 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐌𝐚𝐱 𝐲 𝐒𝐞𝐫𝐠𝐢𝐨

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—Disculpa, ¿has visto a este hombre? —Daniel le mostró la foto de Sergio a uno de los mecánicos de Max que iba pasando a toda prisa.

—Uhm, me pareció verlo en el hospitality. —Dijo apresuradamente y se marchó.

Él ya debería de estar en su garaje, para ser más específicos, en su monoplaza. El reloj marcaba que estaban a diez minutos de empezar con la práctica libre y Daniel andaba paseándose por todo el paddock buscando a Sergio.

Todo porque quería que su amigo lo viera para que ya no esté triste y tenga un buen desempeño en la práctica.

Estaba a punto de entrar al hospitality de su escudería cuando sintió que lo jalaban por el cuello de su nomex.

—¿A dónde crees que vas? ¡Ya es muy tarde para que sigas comiendo! —Su jefe lo regañó.

—No, yo iba a...

—Ya deberías de estar subido en el monoplaza, así como Max. —Lo interrumpió. Christian estaba muy molesto.

—Solo iba a buscar a alguien. —Lloriqueó.

—Ven, agáchate. —Daniel ingenuamente lo hizo, porque pensó que le iba a contar un secreto y a él le gustaban mucho de esos, pero para su sorpresa, lo agarró de la oreja y lo empezó a encaminar hacia su garaje.

—Auch, ya entendí. Suéltame, por favor.

—No, te me puedes escapar y ya no estoy para andar corriendo detrás de gente desobediente.

—Es verdad, ya te truenan las rodillas. ¡Ay! —Se quejó cuando Christian jaló más fuerte de su pobre oreja que para ese momento ya estaba roja.

Los mecánicos, ingenieros y demás miembros del equipo se quedaban viendo confundidos la escena, pero al mismo tiempo les divertía el ver como el hombre de menor estatura llevaba doblado a uno de sus pilotos.

—Y no me moveré de aquí hasta que vea que te subes.

Daniel hizo una mueca imitando a su jefe y se empezó a poner el balaclava, a conectar los cables de su radio y por último el casco. En todo momento Christian lo observaba con los brazos cruzados.

Por otro lado, Max estaba viendo confundido todo lo que pasaba con Daniel. Bueno, lo que lograba observar porque sus mecánicos estaban rodeando su monoplaza y le habían llamado la atención por distraerse, ya que le habían puesto las pantallas frente a él para que estudiara las estadísticas y la estrategia.

Justo cuando el reloj digital marcaba que estaban a menos de un minuto de iniciar con la actividad de ese día, los mecánicos empezaron a retirar todo el equipo, incluso las mantas térmicas de sus neumáticos.

Daniel salió primero y se formó detrás de él en el pit lane. La luz se puso verde, dándoles a entender que tenían el paso libre para iniciar con sus vueltas en la pista.

—Bien, Max. Concéntrate, no pienses en Sergio.

Por su parte, Sergio estaba sentado en uno de los sillones frente a la pantalla que mostraba todo lo que estaba sucediendo afuera.

Le había mandado un mensaje a sus amigos deseándoles buena suerte en la práctica y luego les mandó una foto del hospitality de Red Bull, mostrándoles la razón del porqué no estaría ahí con ellos apoyándolos. Tanto Charles como Carlos le dijeron que no se preocupara, que entendían y luego bromearon diciendo que ya no verían a Sergio en el garaje de Ferrari porque ya pertenecía a la escudería rival. Sergio les respondió con el emoji que mostraba el dedo medio y luego se salió del chat grupal.

A penas iban doce minutos de la práctica libre uno cuando Max ya había protagonizado tres banderas amarillas, todo porque se había salido en zonas que significaban riesgo para otros pilotos.

𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧'𝐬 𝐖𝐀𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora