Cuando llegaron a la habitación, la tensión entre ellos volvió a ser palpable. Esta vez Sergio no pudo contener sus impulsos y le dijo a Max que se sentara en la orilla de la cama. El menor no protestó y mucho menos preguntó el para qué, él se dejaba hacer siempre y cuando se tratara de Sergio.
Los corazones de ambos hombres bombeaban con tanta rapidez, que Max pensó que nunca se había sentido así de ansioso cuando estaba en una carrera o en su primer día como piloto profesional de la Fórmula 1. Tragó grueso cuando observó que el hombre frente a él empezaba a quitarse la camisa con suma lentitud, haciendo que sus ganas por rompérsela crecieran.
Max apretó las sábanas para no tirársele encima cuando vio los pectorales de Sergio. Eran grandes y él lo único que quería era estrujarlos hasta que el mexicano que le gritara que le dolía.
—Quítate la camiseta. —Le ordenó. Con ambas manos temblorosas, tomó el borde de su camisa y la levantó lentamente. Si Sergio lo había torturado, él también podía jugar ese juego.
Cuando ambos estuvieron desnudos de la parte superior, Sergio le dijo que se deslizara más adentro de la cama y cuando lo hizo, se subió en su regazo y, antes de envolver sus manos por el cuello del rubio, paseó sus manos por todo el torso lechoso. Max echó su cabeza hacia atrás al sentir los dedos fríos del de piel canela acariciándolo, haciendo que su piel se estremeciera.
Luego, un toque cálido se hizo presente, Sergio sacó su lengua para pasarla por su cuello y luego besar y succionar esa parte dejando una leve marca.
—Mañana tendrás que usar algo que cubra esto. —Le acarició con delicadeza donde anteriormente había puesto sus labios.
—No importa, diré que fue por uno de los ejercicios. —Declaró con su voz ronca y la respiración agitada.
Sergio asintió complacido y esta vez su lengua se hizo presente, pero para pasarla sobre los labios rosa del neerlandés y de paso aprovechó en dejarle una mordida en el labio superior, donde sobresalía su hermoso lunar.
Max no soportó más tiempo sin poder tocar a Sergio, así es que lo abrazó por la cintura, tocando toda su espalda; luego empezaron a besarse de una forma más sucia y rápida, con sus dientes chocando y la saliva escurriendo. El mexicano empezó a moverse encima de Max cuando sintió que su excitación estaba creciendo con cada segundo que pasaba y el neerlandés no pudo evitar soltar un gemido, haciendo que rompieran el beso.
Las manos que Max tenía en la espalda de Sergio sosteniéndolo para que no cayera, esta vez se movieron más abajo, haciéndose paso por los pantalones cortos y la ropa interior. Sintió su polla crecer aún más cuando sus manos dieron con las nalgas del mexicano y no desaprovechó ningún segundo para empezar a manosearlas y apretarlas como quería hacer con sus pechos.
La fricción entre sus torsos y sus miembros sobre la ropa los hacía soltar gemidos que empezaban a inundar la habitación.
En lo que Max estaba ocupado con su trasero, él quiso hacer sentir igual de bien al hombre debajo de él, por lo que como pudo metió su mano hasta dar con el miembro del rubio y lo sacó. En esos momentos agradecía que los shorts que estaba vistiendo fueran elásticos.
Lo sentía caliente entre sus dedos y el líquido preseminal le ayudaba al momento de masturbarlo, dirigió su mirada hacia donde estaba haciendo su trabajo manual y su boca se hizo agua al ver lo grande que era la polla del piloto neerlandés.
—Te lo tenías bien guardado. —Le susurró con excitación en el oído mientras le mordía el lóbulo de la oreja.
—No... ¡Ah! —Gimió. —No me habías dado la oportunidad de estar así. —Finalmente logró formular una frase coherente. —Chúpamela, por favor. —Los ojitos de Max estaban brillantes, haciendo que su ruego le excitara de sobremanera, ya que se me miraba como si estuviera a punto de llorar.
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𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧'𝐬 𝐖𝐀𝐆
FanfictionSi a Sergio Pérez no le agradaba Max Verstappen, ¿cómo es que terminó siendo su pareja? O como los fans le llaman; "WAG". ¿Te gustaría saberlo?