Sergio había llegado a Mónaco justo cuando su prometido se encontraba en Brasil. Había llegado para visitar a su amigo Charles el cual se encontraba solo en su apartamento cuidando de su hija.
Fue decisión del propio padre primerizo el quedarse con ella, ya que no quería que ningún extraño estuviera cerca de su bebé; incluso había tenido una pequeña discusión con Carlos porque le dijo que en algún momento iba a necesitar ayuda o se iba a desesperar porque Chloé no dejaba de llorar, pero Charles le dijo que podía manejarlo. Así es que con el español fuera de casa, sentía que podía respirar con libertad, porque se sentía asfixiado con tanta sobreprotección.
Sergio se presentó al hogar de sus amigos con regalos para la bebé y para Charles. A Carlos no le había llevado nada porque no era él el que andaba con una herida en su estómago y le dijo que la del apéndice no contaba, ya que no habían salido tres kilos de su interior.
—Hola, Chequito. —Murmuró cuando abrió la puerta después de que Sergio le escribiera que estaba frente a su puerta. —Chloé está durmiendo así es que es mejor hablar como si estuviéramos contándonos secretos.
—Me parece perfecto. —Entró y le tendió las bolsas con sumo cuidado de hacer el más mínimo ruido posible.
—Vamos a la sala, estaba viendo la práctica libre 3. Pronto se viene la clasificación.
—¿Extrañas estar ahí?
—Como no tienes idea. —Se sentó en el blanco sofá con cuidado. —No me mal entiendas, amo a Chloé con toda mi vida, pero desearía estar usando el nomex en estos momentos y no ropa de maternidad. —Suspiró cansado. —Lo peor de todo es la lactancia, los pechos se me inflaman y a veces a la bebé se le mete que quiere tomar del biberón.
—Supongo que has de tener un extractor. —Lo miraba a él y después a la pantalla y se sentía como adolescente enamorado cuando enfocaban los hermosos ojos de Max.
—Ahorita está en Brasil. —Soltó sin pensarlo.
Bien. Había captado que su mejor amigo era el bendito extractor.
—¡Ay no! Lo siento, juré que ya no volveríamos a traumarte con nuestras cosas porque sales con unas peores. —El monegasco lo observaba con pena.
—Descuida, es algo totalmente normal. A ellos siempre les gana la curiosidad de querer probar la leche materna. —Carraspeó avergonzado, porque solo le recordó que su prometido lo hacía aún incluso si no estaba lactando.
Charles le dedicó una sonrisa cómplice.
—Sé lo que estabas pensando, aún recuerdo la primera vez que nos dijiste que Max tiene una obsesión con tus pectorales. —Soltó una risita. —Y no lo culpo, son grandes. No me quiero imaginar cuando seas tú el que esté en cinta, porque a partir del segundo mes empiezan a crecer.
—Me preocupa más el hecho de que Max vaya a dejar a nuestro bebé sin qué alimentarse que el hecho de que me crezcan. —Ambos rieron, porque sabían que era una gran probabilidad de que eso sucediera.
—Extrañaba estar solo nosotros dos, bueno, ahora tres con mi hija. Siento que me puedo desestresar con solo verte o hablar contigo.
—¿Qué hay de Carlos? —Charles rodó los ojos.
—Créeme que llega una parte del embarazo en donde no quieres ver a tu pareja ni en pintura, hasta te dan ganas de matarlo.
—Sí, recuerdo que Carlos me lo comentó. —Rió divertido.
—A veces pienso que no he superado esa fase y mi prometido me cae mal.
Fue imposible para Sergio el aguantarse la risa, por lo que tomó un cojín y escondió su rostro en el mullido objeto y se dispuso a carcajearse.
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𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧'𝐬 𝐖𝐀𝐆
FanfictionSi a Sergio Pérez no le agradaba Max Verstappen, ¿cómo es que terminó siendo su pareja? O como los fans le llaman; "WAG". ¿Te gustaría saberlo?