𝐌𝐚𝐱 𝐕𝐞𝐫𝐬𝐭𝐚𝐩𝐩𝐞𝐧'𝐬 𝐖𝐀𝐆

𝟔𝟕: 𝐀𝐯𝐞𝐫𝐠𝐨𝐧𝐳𝐚𝐝𝐨

Sergio se sorprendió al ver que cuando llegó al paddock, los fans lo estaban esperando a él y no a su pareja.

Muchos de ellos estaban esperando que les firmaran fotos de él, camisetas, gorras y demás merch que Red Bull ha sacado a lo largo de los años. Incluso, algunas chicas andaban photocards que solo había visto entre los fanáticos de la música coreana. Se sonrojó al ver que algunas imágenes estaban editadas usando el nomex de la escudería. Max al verlas estuvo a punto de pelear con las mujeres para que se las dieran, pero se le ocurrió una mejor idea...

Mientras avanzaban, Max se iba molestado porque en las fotos que había subido junto a su prometido, lo habían recortado. Su rostro carmesí, no era por el sol, era por las ganas que se estaba aguantando de tomarlas y llevárselas. En otras, se habían editado junto con él y su mirada hacia esa fanática era como el de la icónica frase: "Bitch, you better be joking".

—¿Por qué no te habíamos visto, Chequito? —Preguntó un fan y Max carraspeó con enojo por la forma en la que le llamaron a su prometido, pero el chico ni en broma lo volteó a ver.

—Tuve un problema de salud y tenía que tener reposo absoluto. —Le dedicó una sonrisa sin mostrar sus dientes.

—¿Te hicieron un trasplante? ¿Fue Max el que lo donó? ¿Por eso le escribiste: "Gracias por los regalos"? —Cuestionó otra.

—Algo así.

—¿Ya estás mejor?

—Sí, gracias por preguntar. —Sintió la mano de Max en su hombro separándolo de la multitud.

—Lo sentimos, nos tenemos que ir. —Max ni siquiera se molestó en sonreír y se llevó a Sergio de ese lugar.

—¿No crees que fuiste un poco grosero?

—Sí, pero si seguía ahí, lo más probable es que me hubiese terminado agarrando del pelo con tus fans. —Sergio chasqueó la lengua, pero no le regañó.

—Si supieras todo lo que me he tenido que aguantar por culpa de tus fanáticos con los video edits que te hacen. Pero, prefiero disfrutarlos y decir: "Al chile, todo eso es mío y solo yo me lo como". —Max se relajó cuando Sergio lo hizo reír.

—Te amo mucho. —Con el brazo que llevaba alrededor de los hombros de su futuro esposo, lo atrajo hacia sí para besarlo, llamando la atención de los medios y haciendo que tomaran fotos de ese momento.

─── ❖

—Amor, ¿puedes venir? —Sergio levantó la mirada de su celular y la dirigió hacia Max cuando escuchó que le llamó.

Se puso de pie a regañadientes porque estaba muy cómodo en el sofá donde había estado esperando a que Max terminara de hacer las dinámicas, entrevistas y demás actividades pendientes junto con Daniel. Cuando ambos estaban juntos eran demasiado ruidosos y apostaba a que sus risas se habían escuchado hasta el paddock club.

—¿Hay algún problema?

—No, pero quiero que me acompañes a esa habitación. —Susurró en su oído.

—Max... —Dijo con advertencia. Últimamente ha estado frustrado sexualmente y el rubio no ayudaba en nada.

—No es lo que crees, es para algo más.

—Algo me dice que es una cosa turbia. —Max inclinó su cabeza pensativo.

—Es más bien una fantasía.

—¿Esto nos hará querer tener sexo? —Entrecerró sus ojos, desconfiando de su pareja.

—Nooooo, ¿cómo crees? —Tragó nerviosamente y rascó su nuca.