Max solo veía cómo los demás disfrutaban de la fiesta, mientras que él estaba pendiente de su celular. En lo que esperaba una respuesta de Sergio, se puso a leer los comentarios de su publicación sobre la victoria que había tenido. La mayoría eran comentarios de felicitación, otros preguntando qué tipo de relación tenía con Sergio —y se aguantó las ganas de comentarles que eran pareja— y por último y los que nunca podían faltar en cualquier publicación: Los comentarios de odio.
A él poco le importaba que le comentaran que ya estaban aburridos de verlo ganar y que la Fórmula 1 había decaído gracias a su preferencia por su escudería. Lo que no podía soportar eran las fanáticas obsesionadas con él y que pensaban que algún día podrían salir con él comentando cosas desagradables de Sergio.
Con el ceño fruncido en molestia, empezó a bloquear cada una de las cuentas, la más insoportable era una mentada "maxwag". Aquí el único que llegaría a tener ese titulo sería el precioso mexicano con pecas esparcidas en todo su hermoso rostro.
—Tú eres el festejado y eres el que está aquí como marginado. —Levantó la cabeza y a duras penas pudo ver el rostro de Alex. El club estaba a oscuras y lo único que lo iluminaba eran las luces de colores, por lo que le costó identificar a su amigo.
—Ya festejé ayer, lo único que quiero ahorita es irme a dormir... A mi propia casa y no al hotel. —Alex se sentó a su lado para poder tener una conversación con Max.
—Solo estuviste dos horas porque Sergio te salvó.
Max sonrió inconscientemente cuando escuchó el nombre de la persona que le gusta.
—Nunca me imaginé que me había escrito para salvarme.
—Lo hubieras agregado al grupo para que nos salvara a todos. —Le dio un codazo en modo de broma. —Daniel terminó llorando por la regañada que le dio Christian. —Ambos rieron al recordar ese momento.
—Tú te salvas porque me informaron que no tomaste mucho y te fuiste temprano de la fiesta. En cambio Daniel se quedó hasta la madrugada. —El mencionado solo sostenía su cabeza entre sus manos. —Te juro que si no terminas entre los diez primeros, te va a ir muy mal.
—Sí, ya ya. ¿Podrías dejar de gritar? Me duele mucho la cabeza.
—Ni siquiera estoy gritando, ¡pero ahora sí!
Daniel lloriqueó. —Descuéntame todo lo que quieras, ¡pero cállate por el amor de Dios!
Max abrió sus ojos en sorpresa y volteó a ver a su amigo con un gesto en su rostro que decía: "¿Te has vuelto loco?"
—Después de eso Christian lo jaló de la oreja y lo llevó directo a la pista para que diera cinco vueltas.
—La última llegó de arrastras. —Alex soltó una carcajada y Max reía silenciosamente mientras las lágrimas salían por tanto reírse.
—No olvides el hecho de que lo dejó encerrado en el cuarto de hotel y no lo dejó venir a la celebración.
—Ah mira, esa no me la sabía. Había dicho en el grupo que estaba "malito".
—Mentira, si le volvió a llorar a Christian para que lo dejara venir.
—Que no se entere George porque lo va a molestar de por vida. —Se puso de pie. —Vamos a emborracharnos, hoy sí puedes.
Y Max no se pudo negar esta vez.
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Conversación entre Max y Sergio
Max Verstappen
Ya estoy en México y en mi empresa.
Me vine directo porque salió una reunión urgente e importante.
En este momento estoy esperando a los socios e inversionistas.
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Supongo que has de estar descansando.
Buenas noches, Max.
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