CAPITULO 5

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¿Qué harás?

HAILEY (30 años)


— ¿Lograste dormir algo? — mi hermana entra a su habitación de visitas, que es donde me quede cuando llegamos, tome un baño, me puse un pijama de mi cuñado, jamás entraría en una de Jazmín.

Aunque no pude pegar los ojos en toda la noche, asiento.

— Dormí algo — miento.

Ella me entrega una taza de café y me siento en la cama.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta

Levanto mis hombros, no se como responder a eso.

Ella hace una mueca con su boca mientras se acomoda a mi lado en la cama, ambas nos apoyamos de la cabecera y pegamos nuestras cabezas, hicimos eso mismo cuando murió mamá y era difícil procesar lo que le había pasado.

Nuestra madre no estaba enferma ni nada, ella solo salió en su auto a trabajar y no volvió, tuvo un accidente de tránsito donde no solo ella murió si no tres personas mas, un camión venia cargado y perdió sus frenos, en su proceso del chofer de recuperar el control se llevó un matiz con un pareja y un niño, y el Daewoo de mamá. Todos murieron menos el chofer, quien estuvo varios años en prisión, como responsable del accidente.

Pero esta vez, la noticia no fue tan impactante como aquella, y tampoco soy una niña pequeña que se quedara sin lo más importante en su vida, su madre. Brandon me engañaba, lo hizo por años, lo sé, lo supe, nunca dije nada me sentía lo suficientemente estúpida para creer que no estaría mejor si no con él.

Es estúpido.

Fui estúpida.

Porque aunque no lo diga, la vergüenza aún está viva y se que quizás con el tiempo las personas se olvidaran, ¿pero yo? como olvidar la humillación y el dolor de lo que me hizo?

El engaño.

Elegir a una mujer como Julia.

Pero él prefirió hacerlo así, lo hizo por una sola razón, humillar a Vincent, y con eso que hizo se notara que Brandon jamás respetara a mis amigos, nunca olvidará que aunque lo elegí a él, la sombra de Vincent siempre será una molestia para él. Y mi amistad con Vinc es más valiosa que la relación que que tenemos él y yo, ahora lo sé.

— ¿Qué harás? — pregunta Jazmín y la miro mientras termino el delicioso café que me trajo.

— Quiero quitarme esta ropa, siento que la romperé — pasó por sobre mi hermana y ella me golpea el trasero cuando me levanto.

— Que idiota eres, te queda mejor que a Mario — la miro y sonrío.

— Que no te escuche, jamás la volverá usara — ella pone los ojos en blanco.

— Qué drama haría por eso — ambas reímos y luego yo termino mi risa con una exhalación.

Me siento muy triste y dolida.

— ¿Y las niñas? — preguntó, anoche llegamos y ya estaban dormidas.

Jazmín tiene dos niñas pequeñas, Marina y Esther, 3 y 2 años, Ameli tiene 7, a pesar que mi hermana y su esposo se casaron mucho antes que yo, pasaron algunos años sin poder lograrlo hasta que pasó, y fue demasiado abrumadora la noticia, más luego de tener a Marina a tres meses ya estaba embarazada, otra vez, de Esther.

— Mario ya llevó a Melly al colegio y a las niñas a la guardería, y si te quedas más tiempo llegarás tarde a tu trabajo — ella se levanta y yo paso las manos por mi cabello, preocupada. No tengo mi ropa, así que me tocará ir a mi casa a buscarla.

INFIELESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora