¿Qué es esta m13rd@?
VINCENT (33 años)
Revisó el inventario por algunas cajas de comida que han llegado al restaurante y luego voy al de los licores, pasó la mayor parte de la semana verificando que no falte nada, aunque cada uno tiene su gerente y yo sólo debe revisar que marche bien, me gusta tener el corazón trol de todo.
Miro el reloj en mi muñeca y marcaba las 5 menos 10, y hace 39 minutos los niños llegaron del colegio, se que están solos en el apartamento y debo subir a ver que hacen.
Se que mis hijos son bastante tranquilos, igual a veces chequeo en mi celular las cámaras que me muestran la imagen de ellos. Bonnie está en la sala de estar y acabo de ver a Junior entrar a su habitación. Luego subiré porque siempre tienen hambre. Aunque no dormía en el apartamento porque está Julia, pasaba el día con mis hijos y sus actividades, ella prefería hacer quien sabe que y yo prefería mantener a los niños lejos de ella, igual tengo una niñera que también pago cuando yo no puedo encargarme. La chica es una adolescente que trabaja para pagar sus gastos al ir a la universidad. Ella no tiene auto así que yo le facilito uno que hacía comprado para que Julia no estuviera jodiendo y se ocupará de los niños, pero solo lo usaba para ir ella de compras y a la peluquería, si los niños necesitaban ir a algún lugar yo los llevaba, así que el auto está guardado o cuando Sofía, que es la niñera necesita ir por ellos lo usa.
Puedo decir con esto que soy un hombre económicamente tranquilo, no tengo deudas que no pueda cubrir mis ingresos actuales y mis hijos tienen una buena educación y también asisten actividades extras, junior va a fútbol y Bonnie a ballet. Julia no podía quejarse, vivió bien a pesar que al comienzo yo era un desastre económico , la muerte de mis padres, la ampliación y recuperar el terreno que casi pierdo por no pagar las deudas que papá me dejó, los préstamos del banco, todo eso me enseñó a ser organizado y tener prioridades en los pagos. Aprendí a administrar a pesar de no haber ido a la universidad, soy bueno en lo que hago, mis negocios son rentables, estoy en un sitio que todos tienen acceso, cumplo con mis deberes financieros y fiscales, así que soy un hombre próspero.
Ahora solo reviso todo y por esa razón le doy de mi tiempo a mis hijos, se que no es tanto pero estoy para ellos cuando me necesiten, no soy Julia que prefería dejarlo solos llorando mientras ella se iba hacer quién sabe qué y con quien..
Mientras termino de verificar las últimas compras de hortalizas para el restaurante, la puerta de la oficina se abre y se asoma una pequeña niña con cabellos rizados y ojos azules.
Bonnie es la niña más hiperactiva que conozco, nunca está tranquila.
— Bonie Benevides ¿porque no estás haciendo tareas? — le digo sin verla y se que su expresión es de fastidio poniendo los ojos en blanco y cruzando sus brazos.
— No tengo tareas y ya tengo hambre — responde con su pequeña voz infantil.
Yo la miro por un lado del monitor de mi computador.
— ¿Que almorzaste? — pregunto y golpea su cara con sus dedos pensativos, me hacen recordar a Flavio, creo que ella lo está imitando.
— Pollo, papas y zanahorias, pero eso no es comida — se queja.
Yo no cocino, Julia mucho menos, ellos comen en el colegio pero a veces pido que en el restaurante le preparen algo especial para ellos.
— ¿Y qué es comida según tú? — ella me mira y sonríe y estoy seguro que me pedirá algo especial.
— Pizza — me mira abanicando sus pobladas pestañas que me dice que quiere manipular y no se como el género femenino nace con ese poder.
— Es temprano para pizza — le recuerdo que no es hora de cena.
Levanta las cejas y mece su cuerpo pensando qué más decir.
— Es hora de la merienda, ¿entonces? — la miro y en cierta manera sí podría ser la hora de la merienda.
— ¿ Quieres merienda Bonnie? — pregunto mientras apago el monitor y me levanto, ella brinca de felicidad y me toma de la mano.
— ¿Podemos comer las galletas espaciales que guarda mi mamá? — pregunta y la miro mientras me sostengo del pasamano y subo hacia el apartamento.
El terreno del bar lo heredó mi abuelo de su padre y él construyó un edificio de dos piso, en la parte de abajo está el bar en donde él decidió trabajar, que era donde la mayoría de los hombre poderosos de la ciudad se reunión para hacer su negocios o en otras ocasiones pasar el rato lejos de sus casa.
En aquel entonces este lugar no estaba muy habitado, y como se encontraba lejos se prestaba para cualquier tipo de cosas ilegales, aquí crecieron mi padre y mis dos tíos, mi padre fue el único que se quedó ya que mis tíos por no tomar buenas decisiones terminaron muertos en la cárcel.
Mi padre se encargó del negocio aun con mi abuelo viviendo, trato de cambiar la imagen del lugar, pero mi apellido ya está muy relacionado con cosas malas e ilegales. Esa fama me siguió, pero con mi imagen de una familia que tenía y el fan de pertenecer a la comunidad, comparto con todos, a pesar de la mierda que Julia hacía, siempre puse mi mejor cara por mis hijos, el restaurante ya tiene tres años y muchas personas que hablaban sobre mi ahora vienen y tiene una mesa.
Mi plan es que mis hijos no le sigan esa maldita fama de delincuente que me siguió a mí, se que muchos aun me miran como un delincuente, pero solo soy un hombre que trabaja y ama a sus hijos.
Al llegar a la cocina, Bonnie me alza los brazos para que la levante y la suba a la encimera y eso hago.
— Ahi papi, están las galletas espaciales que esconde mamá — dice ella y yo sigo donde ella señala con su manito.
Noto una lata grande de leche que siempre ha estado ahí, aunque no la note. Esta demasiado alta para mí, así que tomo una de las sillas altas y me subo sobre ella arrodillado.
— ¿Qué hace papá? — pregunta Junior entrando a la cocina
— Las galletas que guarda mamá ahí — responde mi hija que mece sus pies que guinda, Junior sienta en otra de las sillas altas trepando y ambos me miran impacientes.
Siento que la lata no pesa lo suficiente y entonces la abro.
¿Que mierda?
— ¿Me das una? — me dice mi hijo mientras yo no entiendo que carajos hacen estos aquí.
— Es mejor salir y comer helado ¿Quieren? — les pregunto y mis hijos gritan emocionados, mientras yo esconderé esta mierda que la idiota de su madre metió aquí.
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INFIELES
RomanceVincent y Hailey, son engañados por sus respectivas parejas, juntos, y en cumpleaños numero 30 de ella, todo se descubre, la traición y la humillación hacen que ellos terminan apoyándose uno al otro, pero ellos dos han tenido una historia antes, una...