CAPITULO 22

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HAILEY (30 años)


Siento que mi estómago se retuerce, y no es precisamente de hambre en el momento que cruzó el jardín de la casa que soñé que sería mi hogar, ahora no sé cómo verla.

No tocó sino que abrí con mi acceso y escucho la voz que viene de la cocina.

— Mami le va gustar es su comida favorita — dice Ameli emocionada.

— Lo se, ella estará feliz — le responde Brandon. Siento que es otro hombre, su tono de voz calmado y cariñoso como se dirige a mi hija, nada que ver con ese que a veces me muestra, arrogante y controlador.

— ¿Pero si no es su cumpleaños, que celebramos? — pregunta mi hija con duda.

— Que es la mujer más bella — casi rio, que ironía que me hace sentir todo lo contrario.

Y como no quiero que siga su teatro salgo de mi escondite.

— Hola — digo y Ameli se dispara a abrazarme, lleva un vestido blanco con flores amarillas, fucsia y azules, es hermoso y se le ve muy bien.

— ¡¡Mami, mami, sorpresa!! — ella me abraza de la cintura y yo la recibo con amor.

Miro hacia Brandon que también Está muy bien vestido, y aunque no lleva sus trajes costosos y con corbata que es su costumbre, lleva una polo verde militar y un jeans, informal pero realmente elegante.

Brandon es de se tipo de hombres, está acostumbrado a vivir bien y a los lujos, a pesar de ser de una pequeña ciudad como esta, su familia es una de las conocida por ser personas influyentes y eso le ha dado la arrogancia que sustenta, ser abogado y poderoso lo hace un poco intocable, se que si no lo convenzo de que deje en paz a Vincent hará cualquier cosa para perjudicarlos, no quiero eso, no quiero que alguien le vaya mal solo por querer apoyarme a solo darme su amistad.

— Bienvenido mi amor — me dice cuando viene hacia mí y me pretende dar un beso en la boca pero no lo dejo, me alejo mirando la mesa.

Velas, rosas rojas, la mejor de las vajillas, asado de cordero, ensalada verde, vino, del mejor como siempre le gusta a mi infiel esposo, para presumir e impresionar.

— ¿Te gusta? — pregunta él y lo miro.

Parece otro, su mirada su tono de voz y hasta su sonrisa, me hace recordar cuando lo conocí, no que era el más simpático entre su grupo de amigos, pero si me impresionó su inteligencia y su manera de respetarme, nunca me presiono para nada cuando apenas si le había aceptado un café y no quise nada más, por Vincent no lo hice.

— Mami esto es lo que más te gusta, también hay postre de chocolate — eso hace que abra mucho mis ojos sorprendida, aquí no se comía nada de chocolate porque me hacía engordar, según las palabras de Brandon.

— Bueno, solo por esta noche — aclara él y no me sorprende cuando lo miro y exhaló un suspiro de tristeza, era muy lindo para ser real — esta bien vamos a comer. — me saca la silla para que me sienta. Y aunque se que lo que hace es actuar, le sigo el juego, no tengo por qué no hacerlo.

Comemos entre un silencio mío y la conversación que solo tiene mi hija con su padre, aunque él ha sido cruel con algunos comentarios que me dice, con Ameli no lo es, es considerado y acostumbra a aconsejara, un poco escondiendo lo controlador que es cuando lo hace pero el amable con ella.

— Estás callada, amor — dice y lo miro mientras termino mi asado.

— Estoy comiendo — digo sin tratar de sentirme demasiado cómoda.

Vine decidida a solo hablar, y no cambiar de opinión.

— Deja de estar a la defensiva, quiero arreglar las cosas— me pide y yo miro hacia mi hija.

— Ameli ¿puedes decir que tu padre y yo hablamos? por favor, arregla todo para irnos cuando termine — le digo y ella me mira y luego a el.

— Dijiste que nos quedábamos — se queja ella.

Brandon la ve y asiente, luego me mira a mi.

— Claro que se quedarán, esta es nuestra casa — dice mas como un hecho que una solicitud de su parte.

— Tuviste que pensar en eso, cuando me dejaste en ridículo delante de mis amigos — ataco.

Él llena sus pulmones de aire mientras me mira, está molesto, no puedo creer en su actuación de esposos enamorado, no tenía que haberlo hecho, lo hizo y hay consecuencias, no lo quiero, no confiaré en él.

— Ameli, sube — le ordena mientras ella nos mira a ambos.

— ¿Van a pelarse? — pregunta ella con tristeza en su voz, la miro.

— No bebe, solo sube y te llamaré cuando termine de hablar con tu padre — Ameli se levanta y sale del comedor, Brandon resopla.

— ¿Por qué te niegas a resolver esto? parece que te importamos como familia — me reclama y quisiera reir, pero mis manos tiemblan por la furia acumulada y la impotencia.

No puedo creer que sea tan despreocupado y frío, que le importe muy poco mis sentimientos.

— Esto lo dañaste tu — le digo usando las manos para señalar entre los dos — me engañastes, me ridiculizaste.

El sisea y se levanta, tomando los platos de él y el de Ameli.

— Fue un error, una estupidez, algo sin importancia — dice y rió, no puedo creer lo que dice, ni siquiera se excusa.

— No lo fue, lo hiciste con toda la intención — reclamo levantándome de la silla y apoyando mis puños sobre la mesa.

— No voy a discutir sobre eso — me enfrenta — tu y yo tenemos una familia, nos amamos, te amo Hailey, no permitiré que otros se metan entre nosotros.

— ¿Qué? — pregunto incrédula.

¿De qué habla?

El me engaño, él fue quien me mintió.

Tuvo sexo con otra mujer en mi cumpleaños, y todos lo vimos.

— Sabes de qué hablo — está molesto — de ese asqueroso que desde que apareció en nuestras vidas todo cambio, tu cambiaste.

— No culpes a otros de tus errores — le acusó.

— ¿Otros? no son otros, es ese maldito delincuente — la vena de su cuello se brota, porque su furia por Vincent es tan grande que no puede esconderla — sabía que no debía aceptar ir a ese lugar — toma el resto de las cosas de la mesa y lo lleva a la cocina tirando todo en el fregadero haciendo todo un escándalo.

Me hace brincar con el estruendo.

— Eres mi esposa Hailey, Mi.Esposa — remarca — no dejaré que nadie menos ese idiota se crea con el derecho de cambiar eso.

— ¿Qué quieres decir con eso? — pregunto confundida

— Eso — levanta la barbilla y me desafía — que te quedaras aqui, en tu casa, en nuestra casa, como nuestra hija — sus palabras son una amenaza — eres inteligente mi amor, lo eres, sabes que tienes que hacerlo, cariño — se acerca a mi y me acarició la mejilla, es una amenaza claramente.

Me aparto molesta.

Me aparto molesta

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