INFIELES

CAPITULO 19

VINCENT (21 año)

A las 8 en punto Hailey y su bella sonrisa cruzaron la puerta del bar, por un momento tuve esperanza que todo hubiera sido un sueño, asi tendría el valor de saber que nunca ella se fijaria en mi, es distinto cuando solo lo piensas y cuando ahora es tu realidad, es abrumador.

A ver, tengo 21 años, he salido con muchas chicas, he tenido sexo con algunas con otras no, pero igual con ella todo es distinto, Hailey para mi es distinta.

Ella se me declaro, ella me dijo que era una chica mala que no seguía las reglas y no se si solo lo dijo para darme ese beso, quiero pensar qué es así, porque la Hailey en mi cabeza es buena, dulce y me pone duro con solo verla.

— Hola — dice con su bella voz musical.

— Hola — respondo y miro como Daniel detrás de mí se acerca.

— Hola, hermosa ¿Qué quieres tomar? — pregunta él y yo me la adelanto.

— Hailey — lo corrijo, para que de una vez deje de llamarla hermosa — solo vino a verme.

Ella y yo nos miramos y su sonrisa se amplía. Mi corazón enloquece y le muestro el camino hacia la entrada del interior de la barra, ella asiente y viene hacia mí, cuando llega la tomo de la mano, está fría y quiero pensar que es porque había llovido un poco durante el día, mientras aquí adentro hay calor.

Ella me sigue sin preguntar y paso por donde está el cubículo de la caja que es donde Francys trabaja.

— Esta es la caja — le explico aunque no hay mucho espacio ella y yo nos metemos en el cuarto de descanso.

En realidad es un espacio muy pequeño donde en ocasiones todos nos metemos para alejarnos del resto, siempre está lleno de cajas, botellas vacías o llenas y esta la maquila de hacer hielo descompuesta que nunca papá boto, ella mira el pequeño espacio y yo la jale hacia mi, necesito un beso de ella. Hailey se sorprende cuando la rodeo con mis brazos y la beso, gime de la sorpresa porque se que no se lo esperaba.

Nos arrinconamos hacia la máquina de hielo y se que su trasero lo golpea cuando no puedo caminar mas, ella se sostiene de mis hombros e inclina la cabeza, su lengua se enreda a la mía cuando abre su boca y siento lo tibio de su aliento sobre el pequeño bigote que cubre mi labio; un gemido sale de mi boca cuando me aprieto a ella y sus tetas se aplastaron en mi pecho, son suaves, quiero tocarlas y saber que son tan bien se sentiría todo su cuerpo. Muerdo su labio cuando me quedo con algo de aliento y ella aprovecha y cubre mi cuello con sus brazos, como si no quiere que me aparte.

— Sabes la cereza — le susurro y ella ríe.

— Mi labial — responde como un susurro

— Creo que ahora lo tengo en mi boca. — respondo mientras muerdo su barbilla y buscó su cuello.

Ella ríe y siento su garganta vibrar cuando lo hace, paso la lengua por su pulso acelerado y mis manos cubren su cintura, ella grita cuando la levanto y la hago sentar sobre la máquina de hielo descompuesta.

— ¿Qué haces? — dice y me aparto.

— Tengo algo que hacer — le informo y me mira algo confundida — es trabajo, tengo mucho aun — ella curvó su boca y muerde su labio.

Exhalo, vuelvo hasta ella y abrazó su cintura.

— Estas hermosa — le digo y eso hace que ella sonría y sus mejillas se tiñeron de rosa — ya regreso, solo quería un beso tuyo ahora que los puedo tener todo, solo para mi.