La verdad en la luz

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—¿Qué les parece llevar unos de esos tops brillosos que no llevan nada abajo para...?
—¡NO!—Helena e Irene gritaron al unísono al escuchar tal propuesta, algo indecente.

Eran más o menos finales de Octubre, en la escuela tendrían una pequeña tardeada, para celebrar el día de muertos y les pidieron que si gustaban, tenían permitido ir disfrazados de catrines y catrinas o de alguna leyenda de índole nacional, ya que la escuela buscaba evitar costumbres extranjeras tales como lo era halloween para darle más importancia a las festividades típicas de su país.

A Helena le gustaba esa época del año, más que navidad o año nuevo, en la escuela todo estaba decorado con flor de cempasúchil, papel picado y las ofrendas en el patio de la escuela estaban a la orden del día, se buscaba recordar a alumnos de la institución que habían fallecido en el transcurso de los años que llevaba en funcionamiento o profesores y personal de la institución que ya no caminaban por ese mundo, las chicas no conocían a ninguno de ellos, pero les gustaba mirar el entusiasmo y belleza de esa festividad reflejado en las ofrendas, de tres pisos, a reventar de comida, dulces y un camino de flor de muerto junto con el aroma del copal inundando la institución durante la mayor parte de la jornada escolar.

Para hacer todo ese concepto mucho más entretenido, los profesores organizaron una especie de concurso de catrinas, para levantar el ánimo estudiantil y el espíritu competitivo.

Brenda, siendo la diseñadora que era, se tomó muy enserio ese concurso, tal vez fue una feliz coincidencia, pero se encontraba realizando disfraces para sus amigas desde hace mucho tiempo, el fin principal era usarlos para ir a algunas de las reuniones externas que los alumnos organizaban, sin embargo, esta oportunidad le había caído como anillo al dedo y se encontraba sumamente emocionada por terminar de confeccionar los disfraces, sin embargo, ella buscaba algo más atrevido, como una especie de catrinas qué combinaran la moda de antaño con lo nuevo.

Y según ella, lo de hoy, era mostrar algo más de piel y las mini faldas de mezclilla.

—Son demasiado anticuadas—les dijo mientras las miraba a cada una, muy detenidamente—¡Lo tengo!—en realidad habían ido a hacer tarea a la casa de Helena, siendo las más grande y más espaciosa, tendrían más amplitud para la imaginación o la concentración según quisieran verlo, se encontraban en el patio, cada una concentrada en su labor.

Irene en su tarea de historia y Helena tratando de responder un cuestionario de derecho mercantil, se suponía que Brenda debería estar haciendo lo mismo, sin embargo, aparentemente terminó la tarea antes y todo el tiempo que le quedaba lo estaba usandolo para sus diseños.

—Mangas holgadas, o algo suelto en la parte de arriba—después de eso garabato algo en su libreta de bocetos para luego mostrárselo a sus compañeras.

En el dibujo podía verse a una mujer, con una falda de mezclilla en color negro y una blusa algo rara, pues parecía poder abrirse en dos partes similar a un kimono o algo similar, con mangas anchas y sueltas que se abrían desde la parte del antebrazo hasta la muñeca.
En la parte de la cabeza, se le veía al boceto con un velo de encaje y lo que parecía ser una tiara con algunas varillas saliendo de la misma, unas más cortas y otras más largas.

—Lo mejor de todo es que la blusa puede dejarse más ajustada o más suelta dependiendo de lo que quieran ustedes, yo pienso dejarla un poco suelta a manera de que se me vean los hombros—las dos chicas miraron el diseño y asintieron, se veía bastante lindo y ambas pensaban que Brenda era muy talentosa, el velo y la blusa recordaban a épocas pasadas mezcladas con la modernidad del nuevo siglo.

Todas escogieron el color del velo y de la blusa, o dieron sugerencias, sin embargo Brenda tuvo la palabra final, decidió que para Helena lo mejor era un color púrpura bastante oscuro, para Irene usaría un rosa llamativo, mientras que para ella misma, eligió el negro como protagonista de su atuendo, pues según ella, la hacia lucir más delgada.
Se entusiasmaron con la preparación de su disfraz a juego y se adelantaron para buscar maquillaje que les gustara a las tres. Al final decidieron que Irene y Helena llevarían maquillaje solo en la mitad del rostro y Brenda lo usaría en toda la cara.
La idea era pararse en una formación determinada, con Irene a la derecha y Helena a la izquierda, Brenda iría en medio, quería ser la protagonista de las cosas aunque fuera solo una vez y sus amigas estuvieron de acuerdo con ello.

Delirios Juveniles #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora