El Cine

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Jamás disfrutó plenamente de ir a ver una película en la oscuridad, rodeado de un montón de personas desconocidas. Pero cuando Camila se lo propuso, no pudo decirle que no.
Arribó a una plaza comercial, una muy pequeña y que con suerte tenía un cine viejo y algo olvidado por la población de la zona.
Al llegar a la casa de la chica ella salió a recibirlo y le plantó un beso en la mejilla junto con un abrazo asfixiante, él le rodeo la cintura ancha y cuadrada con ambas manos, las cuales, ni siquiera alcanzaron a tocarse detrás de la espalda femenina.
Ella era de piel bronceada, nariz ancha, cabello rizado descuidado y espalda ancha, aún así, al notar su prominente pecho, no pudo evitar lamerse los labios discretamente cuando ambos caminaron por la acera de la calle, sería un transcurso largo y Supuso qué esa era su oportunidad para poner en marcha su plan.

Trato de ser caballeroso, incluso la tomó de la mano cuando se aventuraron más en la plaza comercial casi fantasma, le dijo cosas como que se veía completamente bella y radiante, que se asemejaba mucho al amor de su vida, su chica ideal.

—Creí que el amor de tu vida era Helena—le dijo cuando estuvieron en la sala y ella se recargaba en su pecho.
—¿Helena?, la verdad es solo una niña mimada
—Creí que era la única que pensaba eso—no le gustaba mentir sobre sus sentimientos acerca de Helena, pero esos días parecía haberlo olvidado y solo le enviaba un par de mensajes al día, sin intentar tener un tema de conversación como antes.
—Ni si quiera me gustaba tanto—apretujo más a aquella extraña contra su cuerpo, mientras las luces se iban apagando. Bien sabía que él no estaba enamorado de ella, ni siquiera pensaba en comentar lo que sucediera con ella a su familia, no tenía ese derecho y se limitaba solo a...ser una experiencia más.

Alguien del montón.

Pero si quería conseguir algo, si planeaba llevar las cosas más a fondo, para obtener lo que quería, estaba bien consciente que tendría que mentirle, decir cosas que no sentía para sacar ventaja de la situación, pues solo si la trataba bien, podría llevársela a casa y que pasara lo que tuviera que pasar.

—Ni esta tan bonita—musito en voz baja cuando Camila lo miro a los ojos, casi suplicante.
—¿Yo te parezco bonita?—trago saliva, o al menos lo intento, pues sentía la garganta seca y muy probablemente se arrepintiera después de eso, pero debía hacerse...
—Eres mi chica ideal y tienes un cuerpo...—una de sus manos viajó hasta la parte baja de la cadera de su acompañante y le sostuvo la mirada como preguntándole si debía proseguir a o no—Me encanta, me vuelve loco—Camila pareció entender y ella misma tomó la mano del chico para llevarla más abajo.

Estaba mintiendo.

Extrañaba la cintura estrecha de su novia, sus brazos delgados y su rostro bello, extrañaba sentir que él era quien la protegía y no que tenía a otro hombre abrazado a él.
Pero ciertamente también sentía cierta atracción por Camila.
Ella no era linda, ni de rasgos finitos, de hecho era bastante tosca pero tenía más pierna y más busto que Helena, entre otras cosas que no iba a mencionar en ese momento.

Solo quería probar un poco y averiguar que se sentía apretar algo que tuviera un poco más de...piel.

—Me gustaste desde la primera vez que te ví—finalmente las luces se apagaron y ella se acercó hasta sus labios, para saborear la saliva del otro. La película en realidad era un mero pretexto para todo lo que vendría después.
—Mis papás no están—le dijo con la respiración agitada.
—Mi mamá támpoco, ¿quieres ir a mi casa después?—Camila se aferro más a sus hombros, enterrandole los dedos en los mismos.
—Claro que si...

Un par de regalos anónimos en su salón de clases, mensajes lindos, una que otra salida al cine que él tanto despreciaba y ya la tenía en la palma de su mano, después de dos semanas de no ir a entrenar constantemente para salir con ella y podía tener lo que quería, después se iría y podría olvidarse de todo eso.

Delirios Juveniles #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora