Incierto

40 4 7
                                    

Brenda estaba llorando...otra vez.

Suspiró antes de tomar el valor para acercarse y preguntarle la razón de su llanto silencioso, nadie más lo había notado porque se encontraba apoyada en el escritorio con la cabeza oculta entre sus brazos, todos pensarían que estaba durmiendo, aprovechando que la próxima clase tardaría un poco en comenzar, tendía a estresarse mucho el primer día de clases, quería que todo saliera perfecto, tal como lo presentaban en las series americanas que ella disfrutaba ver todos los días en Netflix. Pero Helena sabía bien que no era así, la forma en la que sus hombros se movían para volver a decaer tristemente le resultaba incluso doloroso.

—¿Qué tienes, Bren?—no respondió—Brenda, por favor dime...
—Es que...—Helena acarició la espalda de su amiga, esperaba tener un efecto tranquilizador aunque no sabía muy bien si lo estaba logrando—Erick...—con tan solo escuchar ese nombre sintió como alguna parte de ella la hacía querer buscarlo para patearlo.
—¿Qué te hizo?, te dije que no volvieras a hablarle, sabías bien que...—Brenda sé levantó por fin, con la cara llorosa para abrazar a su amiga y refugiarse en ella.
—¿Por qué no me quiere...?—Erick era el novio de Brenda desde hace más o menos un año atrás, tendría quizás la edad de Gabriel pero aparentaba tener mucha más experiencia que Helena y Brenda juntas, el chico gustaba de subir y bajar con varias chicas incluso teniendo pareja, lo que le extrañaba porque no era especialmente guapo...en realidad era feo, muy muy feo y las chicas con las que gustaba de salir eran igual. Suponía que la basura tendía a buscarse...
Pensó, que ella jamás lloraría de esa forma por un hombre.

—Iré a buscar a la asesora, necesitas hablar con un adulto, todo esto es...—Brenda la tomo del brazo para jalarla de vuelta a su sitio, a pesar de que Helena podía librarse de eso muy rápido no se movió más, abrazo a Brenda ocultando toda la rabia que sentía. Le prometió a su madre que no se metería en problemas ajenos, mucho menos si...la víctima no quería que la ayudarán; después de todo Brenda había vuelto a ir a la boca del lobo, todo por un supuesto amor que ella no parecía entender del todo.

Notó que el teléfono celular de su amiga se encontraba aún encendido con una foto en él, en ella se mostraba a Erick, abrazando a Janet, una de sus compañeras de clase...Helena repetía, una bastante fea. No es que Brenda fuera especialmente guapa, pero era dulce y cariñosa, en su mente, Brenda se merecía a un príncipe azul de verdad, no entendía porque gustaba de tipos tan imbéciles como Erick.

Minutos después su profesor entro para dar inicio a la clase, aunque ahora le costaba concentrarse teniendo la visión presente de Brenda con la mirada perdida y los labios entreabiertos. Ni siquiera se había molestado en tomar apuntes y de inmediato, Helena acudió a la ayuda, discretamente se encargo de intercambiar libretas con ella, no le temía a lo que los profesores dijeran, más bien a la mirada curiosa de sus compañeros sobre la espalda abatida de Brenda mientras susurraban lo que todos sospechaban desde hace tiempo.

Con el final de las clases tuvo la intención de acompañar a Brenda hasta que llegarán por ella, bien sabía que no podía dejarla sola, sin embargo, la chica se apresuró a guardar todos sus útiles y salir casi corriendo del salón, a Helena no le molestaba seguirla, pero si el hecho de que Janet saliera tras ella...como si de verdad le preocupara y pronto, otras dos chicas, amigas de Janet salieron con velocidad, preguntándole si estaba bien antes de llevársela al baño para hablar; estaba enfadada porque esas mismas chicas sabían bien lo sucedido y aún así se atrevieron a fingir preocupación por Brenda, no sabía si era una especie de venganza o eran tontas y creían que portándose como hipócritas podrían enmendar su error.
Camino con dirección a los baños de de la escuela (una corazonada le decía que su querida amiga se encontraba ahí) antes de que fuera interceptada por Gabriel.

—Mi mamá dijo que me fuera hoy contigo—dijo colocándose junto a ella para después apoyar su brazo en la cabeza de Helena.
—Si esta bien, perdón pero necesito buscar a Brenda, esta triste—se movió para evitar que Gabriel volviera a interponerse en su camino, sin embargo él recargó más su peso sobre ella.
—¿Qué pasa últimamente?, ¿por qué me evitas?—él parecía molesto, Helena ignoró ese detalle para responder solo como ella sabía hacerlo.
—No lo hago, pero en verdad necesito...— Helena trató de quitarse el brazo de Gabriel de encima, sin embargo falló—Brenda me necesita, te buscaré más tarde, ¿si?—Por su tono de voz, dedujo que él lo había entendido, así que la dejo libre.
—Entiendo...espero que puedas ayudarla.

Delirios Juveniles #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora