𝟖

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𝑷𝒐𝒗:𝑴𝒊𝒏𝒂

El día siguiente comenzó con un cielo gris y pesado, perfecto reflejo del estado de ánimo dentro de nuestra camioneta. Nos movíamos lentamente por las calles destrozadas, tomando atajos para evitar cualquier posible encuentro con los Siniestros.

NamJoon estaba al volante, siempre alerta, mientras Suga miraba por la ventana, en busca de algún signo de peligro. JungKook y yo estábamos en la parte trasera, hablando en susurros para no romper la frágil calma que nos rodeaba.

JK:Deberíamos estar cerca de la próxima salida..

Murmuró JungKook, consultando un mapa que teníamos.

Mina:Espero que el camino esté despejado..

Respondí, cruzando los dedos en un gesto infantil de buena suerte. De repente, la camioneta empezó a reducir la velocidad, y NamJoon frunció el ceño.

Nam:Algo no está bien..

Dijo, antes de detenerse junto a una vieja iglesia abandonada. Nos bajamos del vehículo, listos para cualquier eventualidad. JungKook y Nam se dirigieron hacia la rueda trasera, donde descubrieron unos cables enredados que estaban ralentizando nuestro avance.

Nam:Esto va a llevar un tiempo.. JungKook, revisa que no haya más problemas con la demás camioneta.

Gruñó, mientras intentaba desenredar los cables. JungKook acató la orden, sus manos trabajando con rapidez y precisión.

Mientras ellos se ocupaban de la rueda, Suga y yo nos alejamos un poco, vigilando el perímetro. Fue entonces cuando vi algo que me hizo detenerme en seco. Una pequeña horda de Siniestros se acercaba, avanzando con una rapidez aterradora.

Suga:RM, tenemos compañía.

Nam:Maldita suerte. Acaben con ellos, no usen sus armas.. no queremos aún más compañía..

Nos preparamos para la pelea, sabiendo que no podíamos contar con nuestras armas de fuego. Era una desventaja significativa, pero no teníamos otra opción. Los Siniestros eran muchos, quizás más de veinte, y se movían con una ferocidad que me ponía la piel de gallina.

JungKook fue el primero en entrar en acción, lanzándose hacia el primer Siniestrø con una precisión letal. Yo le seguí, sintiendo la adrenalina correr por mis venas mientras golpeaba a uno tras otro. Cada movimiento era calculado, cada golpe dado con toda mi fuerza.

Suga:¡Maldita sea, son demasiados!

Gritó Yoon, mientras derribaba a uno con un rápido movimiento de su brazo.

Nam:¡Manténganse juntos!

Ordenó RM, su voz apenas audible sobre el ruido de la batalla.

La lucha se intensificó, los Siniestros seguían llegando sin cesar. Empezaba a notar el cansancio en mis músculos, pero no podía detenerme. Cada segundo contaba, cada golpe era crucial.

JK:¡Mina, cuidado!

Me gritó, advirtiéndome de un Siniestrø que se acercaba por detrás. Me giré justo a tiempo para esquivarlo y devolver el golpe.

Pero por cada Siniestrø que caía, parecían aparecer dos más. La situación estaba empeorando rápidamente y el número de enemigos era abrumador. Estábamos siendo superados y, aunque luchábamos con todas nuestras fuerzas, comenzaba a parecer una batalla perdida.

El miedo se apoderaba de mí, pero no podía permitirme flaquear. Teníamos que resistir, teníamos que encontrar una manera de salir de esta situación. Miré a mis amigos, viendo la misma determinación en sus rostros. Sabíamos que no podíamos rendirnos, no ahora.

𝐄𝐥 𝐕𝐢𝐫𝐮𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐝𝐢𝐨      •𝗠𝗶𝗖𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora